pasajero
desconocido"
Se
rascó la cabeza, meditó y arrancó así…
-
El se lanzó a gobernador…
-
¿Quién?
-
¡…El capitán! ¿No te recuerdas?
-
No. – Realmente ya no me interesaba su relato, pero a él si y continuó…
- ¡Y ganó!
-
¿Ah…si? (Me parece demasiado fantasioso…) ¿Y tú lo conociste? - ¡Qué coraje me
daba el sentirme tan ignorante!
-
¡Como estamos hablando los dos ahorita! – En este instante me pareció demasiado
“petulante” y en verdad que me costó muchísimo tolerarlo.
Venirme
a “vacilarme” así de esa forma.
Reconozco
que me molestó grandemente, y hasta lo “miré” con mayor detenimiento.
Seguramente que él lo notó.
¿Qué
se estará creyendo que soy yo?
Sin
embargo me contuve y alcancé a indagar…
-
¿De verdad…No me estás vacilando?
-
¡De verdad! No tengo por qué estar mintiéndote.
Y
te aseguro, por lo menos cuando estaba en su etapa de candidato, que fue cuando
más lo trate.
Porque
después como que se le subieron los humos…A la azotea. -
¡Y
ya era insoportable!
Y
me recuerdo, que era “un pata en el piso”.
(Mientras
me hablaba…No cesaba en detallarlo: ¿Y quién es este cristiano que se expresa
de esta forma?) – Y él no pareció darse cuenta de mi estupor.
Y
así continuó diciendo…
-
¡Pobrecito!
(Me
molesté al principio y en ese preciso instante no atiné a hacer nada…Pensé que
se refería a mí…Pero al detallarlo, me di cuenta que era del “famoso” personaje
oriundo de uno de los estados de este país. Me tranquilicé… ¡Qué alivio!)
-
Ni dinero tenía para sus “movilizaciones”. – Hablaba sin mirarme, asumiendo que
le oía todo cuanto me expresaba -
-
Ya sabes para transportar a sus seguidores. Conseguir los carros adecuados, la
logística requerida para todo eso. Son muchas y costosas.
¡Y
no sé de dónde lo sacó! …Y esto me llenó
de dudas…
Pero
al parecer se lió con unos poderosos de por allá…
Cuyos
nombres mejor ni te los doy… ¡Grandes cacaos! De esos que aunque tiren…Piedras
y Rocas, jamás nadie les ve la mano y nunca aparecen implicados en ¡Nada!
¡No
te diré sus identidades! ¡No soy Sapo!
¡No
vaya a ser que me metas en problemas…!
-
¿Si lo dices por mí…? (¿Qué le pasará a este individuo? ¿No sabe vivir en paz…? ¿Y yo qué tengo que
ver con “su pasado”? ¡Estás loco de remate!)
¡No
conozco a nadie de por esos lados! Mis visitas a esos pueblos, son para conocer
sus costumbres, sus cosas… ¡Nada mas!
Y
me daría igual, si los nombras o no.
¿Total?
(Este señor no parece ser, lo que
aparenta.)
¡Ni
sé quiénes son!
-
…Son gente muy poderosas.- Bajó su voz casi al extremo de que poco lo oía.
-
¡Mafia! – Pronunció esa palabra hasta con miedo, chequeaba que nadie lo
estuviera escuchando, y al comprobar que nadie estaba pendiente de lo que me
hablaba, siguió…
-
Y te cuento que después que trabajé para este capitán ya retirado…Escuché
muchas cosas. ¡Muy peligroso ese tipo! ¡Malo, malo con ganas!
-
…Será…
-
Mira al principio, no me pagaba porque no tenía plata…
-
¿Y de qué vivías entonces…?
(Me
pareció muy extraño que un hombre de apariencia pobre, renuncie a ganarse su
justo salario, pero en fin: ¡Se ve cada loco en este mundo!)
-
…Ya vas a ver…- Miró distraídamente por su ventana y me dio la impresión de que
estaba poniendo sus pensamientos en orden.
A
los pocos segundos, continuó…
-
El me alojó en su casa. ¡Su propia casa!
Comía
de su propia mesa. ¡Allí comían toda su familia!
Conocí
a su esposa…Y también a las que no lo eran.
Él
me llevaba a sus “sitios” en dónde conseguía sus “tiernitas” como las llamaba
él.
El
tipo era buena gente. …Eso era lo aparentaba…En ese entonces, eso creía de él.
No
te digo que comía de su propio plato. ¿Es increíble, verdad?
Era
muy humano. ¡Hasta me engañó a mi mismo: Lo creía todo un Hombre!
Pero
el poder. ¡Eso corrompe y ensucia el alma!
¡Hermano
mío! ¡Ay el bendito Poder!
¡Yo
he tenido todo el poder del mundo! ¿Acaso dudas de mis palabras?
-
¿Yo…? ¡JAMÁS! – Le contesté en el acto. Se me quedó mirando y luego continuó…
-
¡Poder sobre muchísimas personas!
¡Ni
idea tienes de quién soy yo, realmente! …Mucha gente se equivoca conmigo…
–Es
mejor que ni te enteres- Y si te lo estoy diciendo es: ¡Por tu propio bien!
No
me insistas, que nunca te iré a decir: ¡Quién soy yo!
Debe
mantenerse en una incógnita…Y lo estoy diciendo es por tu bien.
No
por mí. Créeme.
Mejor
que siga con mi relato…
He
visto con mis propios ojos, ¡con estos mismos ojos que te están viendo ahora!
Cuando
él hacía sus concentraciones…
Ni
ideas tienes de lo que es una concentración de miles, decenas y hasta quizás
centenas de miles de seguidores.
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