¡El
caso es que me vencieron! Siempre he pensado, que en esta cuestión los que
vayan conmigo, debemos ser conocidos y tenernos confianza. Ya he oído muchos
cuentos.
Demasiados
para mi gusto y mi entender.
De
gente que han tenido enfrentamientos anteriores y…”
- ¿Y qué pasó? – Inquirió intrigado Solís.
-
“¡Ya van a ver! El caso, es que salimos con el indiecito”
-
¿Y cómo se llamaba el indiecito? - Lo
interrumpí nuevamente
-
“¡Dago! Así dijo que se llamaba…y la verdad es que a ninguno de nosotros se nos
ocurrió pedirle algún documento de identidad o su pasaporte… ¡Y bueno, así lo
conocían todos!”…Así lo aceptamos y es que allá en la selva…cada quién se hace
llamar, como le de su real gana.
-
¿Aja? – No sé el por qué, pero tenía mis dudas al respecto. Y es mejor que
sigamos con lo nuestro que es mas importante que esa bobada.
-
“Fuimos los últimos que subimos. Digo esto para los que no la conocen. Mucha
maleza.
Es
sumamente peligrosa. Uno debe andar: ¡Mosca! ¡Siempre pendiente y no dormirse!
Hay
toda clase de depredadores: Pumas, Leones (Y hasta los americanos…), Tigres (De
todos los colores, tamaños y especies horribles, sumamente letales para nuestra
salud), Hienas (También las legendarias africanas y las que trajeron para estos
lares….), también Grandes Depredadores de esos que te muerden y te despedazan,
como también…Aves de la época “antidiluviana” que cuando alzan vuelo…cubren
varios metros y los que están abajo, lo que ven es una inmensa oscuridad… Hay
que tomar todas las precauciones habidas y por haber. ¡Ah y además! Grandes
culebras…De esas que miden varios metros (de ancho) y que hasta este momento
nadie se ha atrevido a medirle lo largo…Sospechan que puede llegar a ser hasta
traumático y por esa razón, han preferido dejarlo así. Y claro no pueden faltar
en esta difusa fauna los simpáticos y estilizados:
Elefantes,
que por estos lados se rumora que miden de altura…algo así como un edificio de…unos
cinco a diez pisos…Aparte de muchas mas especies y bestias que se la pasan
diseminados por todos esos caminos de Dios… (Pero es bueno que lo entiendan de
una buena vez: ¡No los estoy asustando ni lo pretendo! ¡Sean todos bien
venidos!
-
¿Y hacia allí vamos? - Protesté sin
molestarme en dejar traslucir, que me atenazaba el pánico. Mis amigos rieron a
batientes. (¡Qué vergüenza, me sentí muy mal…)
Me
molesté al ser el objeto de sus burlas. (¿Y por qué conmigo, ah?)
¿Pero
cuando en mi vida he estado cerca de esas bestias? ¡Nunca!
…No
suelo hacerme rodear con esa clase de…
¡Solamente
he estado a escasos centímetros de uno de esos, desde mi televisor, claro está!
-
¡Tranquilízate! - Me sugirió.
-
Se te olvidó. ¿Acaso no le contaste
también? – Le indicó Saulo.
-
¿De qué?
-
¡Qué también hay MATMUTS! – Afirmó Saulo. - ¿De los gigantes y melenudos…? ¿De
esos que tienen los dos cuernos…todos doblados?
-
¿Y le contaste lo de las BOAS GIGANTES? – Preguntó Solís. – Dicen…Es mas lo
aseguran que…bueno que son un “poquitos” bravitos…Hay que ir prevenidos,
mirando siempre el suelo por si acaso sale algún bicho de estos…Y por los
cielos también….Pueden aparecer los “alados”…Y no hablemos de los grandes árboles…Suelen
estar: leones, tigres y esas cosas…
Los
demás se agarraban sus escuálidos estómagos. Las risotadas aunadas a las
infaltables burlitas de todos los tonos y colores.
De
más está alegar.
Que
me hicieron enojar. Protesté todo lo que pude.
(He
de hacer un paréntesis aquí.)
Casi
nunca exteriorizo mis pensamientos. Pero cuando lo hago: ¡Este es el resultado!
Cuando la tos, acudió en mi ayuda.
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