"Cachirulo"
¿Ya me trajeron a todas mis
bellezas? …He dicho: ¡YA!
- ¡Sí jefecito, todas!
- ¡Ok, fuera todos ustedes! …Y no se me queden por allí a “espiarme”…
¿OK?
¡…Bueno…Todos fueras…Ya…Ya!
Una vez, que estuvo solo. Las
contempló. Se frotaba sus manos….
Las fue desnudando una a una. Con mucha
parsimonia, canturreaba…
Con toda la calma del mundo. Se
sentía muy “realizado”
¡Estaba muy radiante, contento y
satisfecho! Por todos sus poros…Transpiraba: Placer.
(¿Todo esto para mí solito? ¡Y no
tendré que compartir con nadie!
¡Sigo siendo el Rey, el
conquistador!
¿Qué bueno es ser el Conquistador,
cierto?
¿Quién podrá contra mí? ¡Yo mando a
mi antojo!)
Una a una de la población femenina,
fue violada sistemáticamente por él.
Sin prisa alguna. Satisfizo todas
sus fantasías sexuales.
Afuera, quedaba su tropa.
Sus compinches estaban esperanzados.
Sabían que en cuanto su patrón, ya estuviera satisfecho.
Les permitiría a ellos, arrancar con
su juerga sexual.
Solamente tenían que tener
paciencia. Y por supuesto que la tenían.
Cuando el gran jefe, se satisfizo.
(¿Me echo mi bañito? La verdad que
sí.
He sudado mucho… ¡Sí, ya lo decidí,
me voy a bañar!
¿Qué lástima, que ninguna de estas
bellezas, no creo que se quieran acompañarme, verdad?)
Salió. Buscó una toalla limpia. Se
secó.
Buscó un buen desodorante. Consiguió
una máquina de afeitar…Y aprovechó y se afeitó.
Le gustó tanto, que una vez
terminada su faena…La guardó en su bolsa.
Salió, muy orondo y satisfecho.
Les hizo señas, para que pudieran
ingresar.
- ¡Su turno caballeros! Por favor…
No magullen tanto la mercancía…Con
suavidad…Con suavidad.
Recuerden que están tratando con
carne de primera calidad.
Los que estaban ingresaron con mucha
desesperación.
El festín, era considerable. Porque
aparte de la señora de la casa, había tres hijas más el servicio doméstico.
Cachirulo, se dirigió hacia la
cocina. El esfuerzo y el ajetreo, le produjo mucha hambre.
- ¡Este Gran Guerrero, debe comer!
¡Se lo merece! – Se decía mientras cantaba.
Comenzó a revisar. Nada se le
escapaba.
Consiguió carne, pollo, jamón,
arroz. En fin. Todo lo necesario.
- ¡Qué bien viven los oligarcas!
¡Los millonarios explotadores del pueblo!
¡Los que nos roban todo y lo traen a
su propia casa, a disfrutar de todo lo que nos quitan!
No tuvo ningún tipo de cuidado.
Desalojó con furia todo cuanto pudo conseguir.
Todo lo destruía. Lo desechaba.
Buscó licores y lo consiguió. Y
todas esas bebidas eran de calidad.
Comió y se sirvió todo el licor que
pudo ingerir.
Como buen catador, iba botella por
botella; la olía cerraba sus ojos.
Abriendo cada envase, empinándosela
tomaba un sorbo, la cataba con meticulosidad.
Y así, fue en su labor. Hasta que se
fastidió. Ya no quiso seguir en esa faena,
Aguardó durante bastante rato.
Ya el hastío lo estaba fastidiando
demasiado.
Es más, ya hasta le estaba
pareciendo que ya era más que suficiente.
Ya la jerga, debía concluir.
Era preciso, arrancar con el
trabajo.
En una forma distraída, continuó
registrando.
Consiguió en el cuarto matrimonial,
un baúl de esos pequeños en los cuales se guardan allí sus joyas, anillos,
prendas preciosas, etc.
Fue detallando una a una.
Sopesaba.
- ¡Esto parece que tiene algún
valor!
¿Cómo cuánto me pagarán por esto…?
Calculaba su precio.
Y las iba colocando en su bolsa.
- …Y éste anillo…Lleva piedras
preciosas…Debe costar una fortuna. ¡Pa dentro!
Y así continuaba con su labor
depredadora.
Una vez, concluido ese arqueo.
Continuó chequeando.
- ¡Ah en el pantalón…! Allí debe
cargar mucho efectivo. – Lo despedazó.
Rompió cada uno de los bolsillos en
busca, de algo de valor.
- ¡Ah, lo sabía! ¡Chanfles…Y tiene
bastante!
Consiguió bastante dinero en
efectivo.
- ¿Tendrán una caja fuerte? ¿Pero en
dónde la tendrán? – Fue golpeando cada pared.
Nada. Siguió buscando con total
parsimonia.
Chequeó y vio que El Avión. Seguía
en su guardia.
Detalló y se comprobó a sí
mismo…Allí está El Gordo.
Tuvo sed, y se dirigió nuevamente a
la nevera. Vació todo, lo desparramó.
A la final, consiguió algo
interesante y se lo bebió.
- ¡Continuemos con mi
trabajito…Mientras aquellos están en lo suyo!
¡Temblao!
¡Er Kike! ¿Todo bien?
¿…No escucho nada…Están bien? – En
vista de que no oía, se fue acercando.
Cuando llegó, la puerta estaba
abierta…
- ¿Qué está pasando aquí?
Cuando entró, fue testigo del gran
bacanal. No pudo distinguir muy bien a sus hombres.
Pero en cuanto lo vieron, lo
saludaron con mucha efusión.
- ¡Jefe…Estamos en plena faena! – Le
gritó muy entusiasta El Temblao.
- ¡Esto está riquísimo! – Le informó
El Atorao.
- ¡Gracias hermano jefe! - Detalló que su hermano menor, estaba más que
satisfecho.
- ¿Vieron que yo si premio a los
míos?
- ¡Gracias jefe! – Le contestaron,
pero sin verlo. Cada quien estaba en lo suyo.
- ¡Porque yo sí premio y los lleno
de todo lo bueno que consigo en el camino!
¡Sigan disfrutando de todas mis
riquezas! ¡No se queden con las ganas!
No pierdan más tiempo. Y al
finalizar dos de ustedes, vayan a buscar al Avión y al Gordo.
Ellos también se merecen que coman
de este gran bacanal que les he preparado, solamente para cada uno de ustedes.
Los contempló tal como un padre,
seguramente lo hace, cuando entra y se cerciora de que sus vástagos están muy
tranquilos, jugando y pasándosela muy bien.
(¡Qué bien! Me siento muy feliz. Muy
bien realizado.
¿Qué más podré pedir?
…Mi tropa, se está saciando. Para
cuando lo hagan…
Ya yo habré vaciado esta mansión.
Tengo que irme adelantando.
Así, me voy adueñando de lo mejor.
Me hace falta.
Requiero mucho dinero, para poder
seguir manteniendo mi status.
Cada día, la inflación nos está
matando.
¡Ah, debería de aprovechar!
…Me está haciendo falta ropita. Y se
ve, que esta gente, tiene bastante plata.
¡Y viven como reyes! ¡Malditos, nos
quitan el dinero a nosotros los pobres y desamparados!
Por eso, es que no debo tener compasión
con estos depredadores.
¡Claro, como tienen bastante plata!
Pero eso siempre ha sido así los
ricos, apretando a nosotros los desvalidos.
¡Claro, como nacieron en cuna de
oro!
…Pero eso, conmigo…No funcionan.
¡Conmigo se joden!
Por eso, es que yo si los dejo en la
lona. ¿Conmigo, no se juega?
¿En dónde tendrán las riquezas…En
dónde?
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