¡Lo
seguían a él! ¡Increíble, pero cierto…!
¡Te
voy a contar una de ellas!
…Fue
en Tinacos. ¡La sin impar…!
(¿Lo
conoces, verdad? …No tienes apariencia
de haber estado allí…Se te nota a leguas.
Pero
bueno, continúo con mi relato.)
-
Se le llenó de pura gente campesinas. Claro está también lo seguían mucha gente
pobre y los desheredados de los pueblos olvidados y ya oxidados de ese lar
llanero.
¡Cuántas
bellas damiselas estaban por allí! ¡Muchas llaneras de muy fina estampas!
¡Mujeres
aguerridas tanto para el ganado, para la tierra, como para su llano infinito!
Iban
también muchos ancianos, ancianas, niños del pueblo. Abandonados sociales.
Escorias
que a muchos lo desechan…Él supo “leer” en sus rostros curtidos por el hambre,
por el abandono, por la desidia. ¡En eso si que fue grande!
Oí
cuando les prometió desde un pedazo de tierras, hasta semillas, palas,
arado…tractores…
¡Cuando
él estaba arriba, en la tarima…Se tele-transportaba!
¡De
toda vaina que le venía a su mente!
¡Se
volvió loco ofreciéndoles de todo!
…Y
lo mejor: ¡Se lo creyeron!
…Y
lo aplaudieron… La gente de pueblo cree
en cualquier idiota que les prometa…
¡Algo!
…Ranchito…Tierritas…Láminas de Zinc…Un
trabajito… ¡Qué se yo!
¡Lo
que sea!
¡Aplaudían
a rabiar! Todos los focos recaían sobre él…Y él lo sabía.
En
ocasiones se les aparecía en el ranchito mas pobre…Pero siempre se cuidaba de
que algún periodista o la televisión regional, lo acompañaran.
Y
para eso, no se detenía: ¡Si había que pagar…Pagaba!
¡Y
allí estaba él: Con lavadoras de rodillos, cocinitas, neveritas, etc. Etc..
¡Había
alborozo…Todos estaban contentos y hasta le prometieron que siempre estarían
con él!
¡Y
le cumplieron! ¡Todos, le mantuvieron la preferencia a él!
¡Siempre
contó con su pueblo!
…Una
vez que terminó con su arenga… ¡Todos contentos…Su triunfo: Seguro!
Bajó
de su tarima y caminó hacia donde lo estábamos esperando.
…Se
le salió decir: ¡Si me están creyendo…Se van a caer de una mata de coco!
¡Yo
los voy a martirizar a todos ellos! ¡Me convertiré en “su verdugo”, eso seré
para ellos”
¿Se
están creyendo que yo los voy a “redimir” de todos los pecados? ¡Ja, ja,
jajaja!
¿Si
se están “creyendo” que yo les voy a dar una casa digna por sus asquerosos
ranchos?
¿O
que se estarán creyendo…Qué los voy
sacar de su pobreza? ¡Ja, ja, ja, ja!
¡Están
chiflados de mollejón! ¡Locos! ¡Qué risa me dan! ¡Son graciosos! ¡Ja, ja, ja,
ja!
¡…Van
a llevar la “vida hereje” conmigo! ¡Eso si!
¡Van
a tenerse que “ponerse a trabajar” de lo lindo conmigo! ¡Full time!
¡Los
que quieran progresar…Tienen que “bregar”! ¡De sol a sol!
Y
los voy a dejar en la “carra plana” ¡Cuenten con eso!
…Por
ignorantes, patas en el piso… ¡Yo no tengo la culpa de que sean pobres!
¡Mal
nacidos, apestosos campesinos ignorantes! ¡Y por mí…Qué se mueran así!
¡Les
voy a quitar hasta sus tierras! ¡Patas hediondas!
¡Se
las voy a expropiar! ¡Sucios! – Estaba “poseído” de sus ojos y de su cuerpo
manaba: ¡Rayos y centellas”
¡…Y
yo lo escuché! ¡Con estos mismos oídos
que me ves aquí!
Cuando
terminó de decirlo, me descubrió y se volteó hacia mí…
Lentamente…Me
chequeaba, me auscultaba, sopesándolo todo…
¡Quién
sabe cuantas maldiciones me echó!
¡Estaba
molesto por su propio descuido!
¡Y
me vio, el desgraciado! Y me gritó:
¿Escuchaste?
-
¿…Y qué le respondiste? – Le pregunté intrigado.
-
¿Quién…Yo? ¡No mijo, yo soy sordo de perinola!
¡…Me
tuve que hacer el “pendejo”! ¡El bobalicón! ¡El gafote!
¿Qué
otra cosa podía hacer? – Fueron momentos muy penosos para mí.
Descubrí
que el mundo entero… ¡Se detuvo, así en seco!
Él
y sus guardaespaldas…Se rieron de mi ocurrencia.
…Me
hice el loco…Y se lo creyeron.
¡Todos
se reían de mí!
¡Prefiero
pasar aunque sea “rasante”, que morir en el intento!
¡…Qué
va! ¡A otro loco con ese hueso! ¿Venirme a “cortar” con “ese” vaso de cartón?
¿A
mí, a mí? ¡No chico!
He
visto con estos mismos ojos y he escuchado con estos oídos míos…
¡Muchísimas
cosas! ¡A otro perro con ese hueso! ¿A mí? ¡No que va
¿Y
por qué te estás creyendo que aún sigo vivito y coleando? ¡Por pendejo no habrá
de ser!
¡Se
lo negué muchas veces, es más le demostré que jamás escucho lo que no debo
escuchar!
¡…Gracias
a Dios! ¡Dios siempre ha estado conmigo!
¡Nunca me abandona!
…Que
se lo creyó… …Porque es un imbécil… ¡Se cree que tiene a Dios agarrado por…!
¡De
la qué me salvé! ¡Y no es la primera vez, como tampoco: la última!
Porque
una vez que quedó electo… ¡Ayyyy mi madre!
Uno
a uno, fueron desapareciendo las personas que de una u otra forma, le
obstaculizaron algo a él. …En fila india…uno…dos…tres… ¡y muchos mas!
Era
sanguinario el hombre… ¡Atila, el huno fue pendejo a su lado!
…Compañerito,
lo que oyeron estos oídos míos, es para “agarrar palco” ya que escuché en los
bajos fondos…Al poco tiempo de quedar electo y de estar fungiendo como máxima
autoridad en todo ese estado… ¡Me dejó “helado” y “boquiabierta”!
Comenzó
al “hedor” a denunciar a sus victimas. Desapariciones de: Hombres, mujeres,
viejos, viejas y hasta niñitos. ¡Eso fue espantoso!
…Y
no debo agregarte nada mas. ¡Tú propia vida y tu seguridad puede desaparecer…
¡Y
Dios no lo quiera! ¡Mis labios deben seguir: Sellados! ¡En boca cerrada, no
entran moscas!
Y al darme cuenta de esto…Comencé a separarme.
Primero un kilómetro y después…
Poco
a poco. ¡Zaperoco! ¡Vacié!
¡Ni
ideas tienes del peligro qué pasé! ¡Hoy te “puedo” narrar “algo de lo que pasó!
¡Algo!
Yo
conocí muchos secretos de él. ¡Toneladas! ¡Ufff ni idea tienes! Ni el mismo lo
supo…
¡Morirán
conmigo! (Perdóname, pero debo hacerlo así. No me insista, ni te me quedes
mirando con esa cara de…)
Diciendo
esto, un aparatoso frenazo, nos hizo perder nuestra compostura.
En
verdad, desconocía que estaba ocurriendo ahora. Quedamos en suspensos.
Todos
nos mirábamos sin entender ni comprender nada.
¿A
qué nueva desazón nos estaban llevando ahora?
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