Bernardo Enrique López Baltodano: Belbaltodano.- |
(¡Esto va a ser mucho más fácil, de lo que sospechaba!
Ja, ja, ja, ja, ¡qué risa me da! Esta gentecita…se cuidan tanto de personas
como yo, que a la final me abren ellos mismos sus puertas….
Tienen una puerta de hierro. Sólida, se ve a ciencia cierta… ¡Pamplinas!
Qué les debió costar una verdadera fortuna. ¡Oh si…y bastante!
Sin duda alguna esta gente debe tener muchos reales… ¡Qué ya son míos!
…La verdad es que nadie sabe para quién trabaja… Ja, ja, ja, ja.
…Pero, en vez de tener un candado anti cizalla, por lo menos lo que tiene
es un candadito de esos que les colocan a las maletas balurdas. ¡Qué gente para
ser tan brutas!
¡Esto es una “papayita!” …Es como
quitarle un caramelo a un carajito…)
Comenzó a
bailar en un solo pie. Danzaba y danzaba.
¡Soy muy
feliz, cuando tengo estas ganancias!
Ninguno de su
séquito se atrevió a expresar, lo que
pensaban.
…Pero para “evitarse”
algún mal entendido, preferían mirar hacia otra parte…
Pero en verdad, alguno de ellos, hasta llegó a
pensar: ¿Bailando…Aquí…Y por qué?
Y si se
sonrieron, lo hicieron con el mayor respeto. (Por si las moscas…)
Pero todos,
siempre pendiente de él…Aguardaron sus instrucciones.
De repente les
ordenó a todos, que se presentaran en el acto.
En menos de un
microsegundo, todos sin excepción, estaban cuadrados delante de él y en espera
de sus instrucciones.
- Avión.
- Mande.
- Tú vas a
vigilar en el frente.
- Ya mismo.
- ¡Arriba!
- ¿Arriba…De
dónde?
- Móntate a la
cerca. ¡Mosca!
Esperó hasta
que El Avión, se encaramara a la cerca.
Una vez, que
éste le indicó que ya estaba posicionado, le hizo la seña de conformidad.
Se volvió y le
indicó al Gordo.
- Mira
gordito…Tienes que estar pendiente de ésa puerta.
Hazme caso y
no seas terco, mira que mis órdenes deben ser cumplidas al pie de mí Letra y
cuando YO lo ordene. ¿OK?
Allí vive:
Lucho el borrachito. ¿Tú lo conoces, ya? ¡OK! ¡OK! Pon atención a lo que te
digo…
Y si sale…Ya
sabrás que hacer…
- Ok.
- Pero sin
disparos. ¿Ok? Y si lo matas…Que no quede así, como “muerto”
¿Tú me estás
entendiendo? …Aunque por aquello de “por
si las moscas”…mejor déjalo vivir.
¿Tú me estás
siguiendo el hilo de mis intenciones? Bueno ya estoy viendo que tú eres mas
inteligente de lo que mucha gente se está creyendo… ¡Así me gusta! ¿OK?
- Está bien
jefe. – El Gran líder se le quedó mirando, y este seguía en posición de: Firme.
Su enorme y
fofa panza, tenía un rictus de nerviosismo, que él captó. Se volvió al resto y
les dijo…
- El resto,
síganme. – Se dispuso a “maniobrar” como todo un prestidigitador y…
Con una
habilidad indescriptible, logró desarmar el candado. Abrió con mucho sigilo.
Cuidando de
que no emitiera ruido alguno. Una vez logrado, ingresó.
Hizo señas a
sus secuaces, que lo siguieran con mucho cuidado y sin hacer ruido alguno.
Ingresaron.
En la planta
baja estaban todos los servicios, pero
ninguno de esa familia, dormía allí.
Comenzaron con
su labor depredadora.
El Temblao desplegó una gran bolsa de tela, que llevaba
en uno de sus bolsillos.
Pero se
contuvo, cambió de colores y quedó pálido, al observar que su mentor, de una
forma muy molesta le indicaba que
guardara todo y que estuviera pendiente de sus indicaciones.
Subieron por
la escalera, al nivel superior.
Allí,
consiguieron los cuartos. Adentro dormían varios miembros de esa familia.
En cada cuarto,
fueron ingresando.
Cachirulo sacaba de su bolsa, más toallines de tela y las impregnaba con ese liquido
adormecedor.
Y así, fue
dominando y controlando a cada uno de los durmientes.
Ya para cuando
llegó al último de los niveles, se encontró que ninguno dormía allí.
Una vez, que
consideró que tenía todo controlado. Se volvió sobre sus pasos.
En el primer
nivel, era en donde dormían todos los familiares.
Hacía allí se
dirigió ya con holgura.
Iba hasta
silbando.
- Jefe… ¿Y qué
hacemos con las mujeres? – Le preguntó Er Kike, quién manoseaba a una de las
muchachas.
Pero se quedó
como una “estatua de sal” cuando se percató de la intensa mirada de…
- ¡Primero el
jefe! – Lo miró con el mayor desprecio.
Paseó su mirar
por el resto de su tropa, todos le bajaban la mirada. Gozó con su triunfo.
Y al poco les
concluyó así:
- Y después
que el jefe se haya saciado…Seguirán ustedes.
Tráiganme a
todas las bellas damas…
…Ésta se ve…
¡Riquísima!
…A esta
otra…Me la ponen…Por aquí…
¡Sigan! ¡Las
quiero a todas para mí “solito”!
Colóquenmelas
a todas en este cuarto.
- ¡Ay
mamacita!
¡Lo que voy a
gozar yo solito! ¡Esta sí que está buenota!
¿Tanta
carnecita…Para papaíto solito? …Y hasta
se estaban “marchitando” pero en cuanto le ponga mi “mano mágica” y queden “inoculadas”
contra el virus de…
¿No serán
bacterias u hongos? ¡Lo importante es que…ya, dentro de poco…!
¿Ah…No es
maravilloso? ¡Esto es fantástico!
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