“Pilin sale de viaje”


Aprovechando que sus hermanos están cerca, ella aprovechó y le pidió permiso a su madre para ausentarse.
¿El motivo?
Se estaba recibiendo como Maestra y requería viajar a la capital, para tramitar su Titulo, que la autenticara como tal.
Su hermano mayor Conrado no estaba muy de acuerdo, pero accedió: Era por motivo mayor.
Su madre siempre recelosa, al principio se negaba a dejarla ir, pero en verdad era perentorio.
Ya la estaban esperando, para darle su famoso legado en el cual la autorizaba a ejercer la docencia, un sueño muy añorado por ella.
Su hermanito Juan, casi estuvo por aguarle su viaje; no paraba de llorar y de querer acompañarla, pero ella iba en un grupo de chicas, que al igual que ella, se estaban graduando y anhelaba (Pilin) un tiempo para apartarse de tanto y tanto stress producto de los problemas que mantenía a su familia en estado de “alerta máxima” y estos eran:
En primer lugar….La muerte inesperada de su padre; y toda su herencia.
Muchos de los que ellos habían considerado como los amigos eternos de su progenitor…se estaban transformando en pirañas en su cacería de obtener el mejor resultado.
Y prácticamente se estaban quedando en la mayor de las indigencias.
Les habían arrebatado tres de las haciendas del difunto y todo ese dineral, que había prestado a mucha gente.
Y como no llevaba anotado nada, como tampoco se lo manifestó a su esposa, ellos ignoraban la cuantía exacta de su inmensa fortuna.
Fue testigo de cómo su mamacita, tuvo que pelear como un “macho” tratando de impedir, que los dejaran en la calle.
Y es que sus propios tíos (hermanos de su padre) se presentaban a cada rato, exigiendo la posesión total de la casa y de la finca.
Y estuvieron a punto.
Se salvaron por la terrible determinación de doña Rufina, quién se plantaba en el frente de su casa, armada de un machete.
Vio como se arremolinaban para agredirla.
Pero nunca se dejó amilanar ni avasallar por esa “horda de salvajes”  que iban solamente para repartirse, lo que no les pertenecía.
A duras penas, logró salvar para ella y sus hijos, la finca (La mas pequeña de todas esas posesiones) ya que las haciendas, a esas: No las pudo pelear.
Sola contra todos. Nadie se le acercaba a consolarla…
Solo para ver que mas se podían llevar.
Así lo retrató ella. Y de igual forma sus dos hermanos: Conrado y Juan, lo sabían.
Su progenitora, nunca les permitió que albergaran resentimiento hacia sus propios tíos.
Siempre trató por sobre todos los medios, que no salieran contaminados con el virus de la venganza.
Pero una mujer sola, y con tres hijos menores, nunca podrá pelear contra toda una familia, y contra muchos de los “amigos” de su papacito.
(Se imaginaba: ¿Cómo se sentiría su papacito, al contemplar todo esto…?
-Que allá en donde el Buen Dios, el Padre Celestial, en su regazo lo tendrá para su Descanso Eterno. Así será.
Sus amigos a los cuales siempre ayudó.
A su propia familia, despojando de todas sus pertenencias, a su mujer y a sus tres hijos.
¿Qué pensaría?
A tantos y tantos, que su mano generosa socorrió. Pero…
¿Por qué se ensañaban así en su contra?
¿Que germen maligno, se enseñoreaba entre todos ellos?
No. No lo entendía. Y por mas que trataba, explicación lógica…No tenía.
Pero ¿cómo se estará revolcando en su tumba, su padre?)
…Estos y muchos mas pensamientos revoloteaban en su juvenil cabecita.
Con mucho sacrificio, lograba estudiar.
Su madre la aupaba siempre.
- ¡Nunca te rindas! – La regañaba cuando la presión que tenían por arrebatarle todo y dejarlos en la calle y ella daba muestras de cansancio.
- Pero Madre déjeme ayudarla a enfrentar a todos esos hambrientos…
- Esa es tu propia familia…y “esos” son los mejores amigos de papa.
¡Pobrecito él!
¿Cómo estará él, al vernos en este tremendo predicamento?
- Pero mamacita, yo puedo ayudar también…
- ¡Usted dedíquese a estudiar y a graduarse! Yo me encargo de todo esto.
Y nunca le estés contando a tus hermanitos, lo que nos está pasando. ¿OK?
- ¿Pero por qué? Ellos también tienen derecho a enterarse.
- ¿Y se me llenen de odio, hacía su propia familia y amigos de toda la vida? No.
Jamás permitiré que Conrado se entere.
- ¿Pero; por qué?
- Porque si se llega a enterar, su pobre corazón se va a angustiar y de tanto resquemor se le va a llenar de: odio. Impotencia.
Y pronto va a albergar en él, la sed de venganza.
¡Y yo no quiero sangre en esta familia!
Tu propio padre, era enemigo número uno de la violencia.
Voy a seguir sus propios delineamientos.
Ya las dos sabemos de la maldad que radica en sus corazones.
Ya estamos enteradas.
Y no te niego que les tengo: ¡Desprecio!
Me indigna tanta bajeza humana; porque cuando mi finado vivía…
Aquí le llegaban a suplicarle que les prestara dinero, para poder comprar: Comida o medicinas, o para pagar sus deudas.
…Pero ya estamos viendo la otra cara de la moneda…
¡Arriba hay Uno que para abajo Ve!
¡Él es testigo de todos nuestros sufrimientos!
¡Él nos redimirá! Solamente en Él confío.
Y no te llenes de odio, ni de resquemor. ¡Mantente: Limpia a los ojos del Altísimo!
- Ay mamacita, pero es que…
- Es que nada. ¡No hay tiempo para nada! ¡Y ni siquiera me han dejado llorarlo!
No me han permitido siquiera hacerle sus honores. ¡Nada he podido hacer!
Me tienen en la raya. ¡Bien medidita!
- ¿Y ya se perdieron las haciendas?
- …En el momento en que lo estábamos veloriando, llorando al ver su cuerpo sin vida…
Yo nunca podré entender el que siempre lo haya visto rozagante, lleno de vida.
¡Con todas sus ilusiones de ver crecer a cada uno de sus hijos!
¡Un hombre fuerte, poderoso y con su corazón exento de odios y de rencores!
¡Integro, honrado, amigo de sus amigos! ¡Hermano de sus propios hermanos!
…Y que de repente; me lleguen con la infausta noticia: ¡De que está muerto!
¿Cómo un ser tan bondadoso y con su mano presta ayudar a todos…Esté hoy: Muerto?
¡Oh Dios de todos los dioses! ¡Señor de la Vida y de la Muerte!
¿Por qué me has quitado el Objeto de mí Vida?
¿Por qué me rodean: Chacales, Hienas y Chupa Sangre de todas las estirpes?
¡Desde que te lo llevaste…No he tenido reposo ni de mí cuerpo, ni de mis sentimientos…!
¿Pero el por qué me has destruido?  …Pudiste llevarme a mí… ¡Y no a él!
(Perdona mi momento de debilidad, hija querida…Perdóname, porque también soy humana y tengo mis momentos de duda y de cansancio….Y en este momento…Estoy por desfallecer.)
…Pero… ¿El por qué la muerte es mas poderosa?
La duda se ha cernido en mí. La cólera la ha removido, al ver tanta y tanta bajeza humana.
Mientras nosotros lo llorábamos…
Mientras mi corazón, mi alma y mi propio ser…Estaba destruida…Sin esperanza…
Un desasosiego en el que al parecer, ya nunca mas volveré a ser feliz.
¡Me han quitado mi vida, mis ilusiones! ¿Y por qué?
¿Qué mal hemos hecho nosotros?
Pero mientras nosotros estábamos destrozados, lamentando nuestra gran perdida…
Esos desgraciados nos estaban despojando de nuestras reses, de nuestras tierras, de nuestro dinero.
¡Hienas desgraciadas, chupa sangres degenerados!
…Ellos nos desangraron, se aprovecharon de nuestra inmensa perdida.
¿Y ahora qué podemos hacer?  Mas que nuestros despojos mundanos, como esas haciendas y todo el dinero del mundo… ¿Cómo podremos reponer la ida de tu padre?
Es un vacío…Imposible de llenar. ¡No puedo llenarlo, no hay con qué!
¡No hay Poder Humano, que nos pueda redimir.
¡Dios…Tenlo en tu Gloria! ¡Perdona nuestro dolor!
Pero…
Y es que no podía dejar de llorarlo. ¡Pero ni eso he podido hacer bien!
- ¡Son unas hienas! ¡Me provoca matarlos! – Pilin no pudo contener sus palabras…Pero ya las había pronunciado, y contempló el estupor de su ma, quien arrancó con esta pregunta…
- ¿Ya estás viendo?
- ¿…Qué…? – Intentó minimizar sus efectos…Pero ya no pudo hacer mas nada…
- …Ya ponunciastes las palabras que jamás permitiré que ninguno de tus hermanos…Digan.
- …Pero ma es que no podemos seguir así…
- ¿Así cómo? – La contempló que se estaba encendiendo en cólera.
-  Yo creo que ellos deben ser enterados…
- ¡Jamás!
- ¿Pero por qué no? Ma…
- Ya te dije. Tus hermanos van a reaccionar como hombres.
- ¿Y no lo son?
- …La vida, los ha llevado a que siendo apenas unos chavalitos de escasos años; han tenido que asumir las funciones de un hombre. ¡Once añitos tenía Conrado cuando vio como lo mata… ¡Digo lo vio morir! – Intentó corregirse a tiempo, pero no lo pudo evitar, su hija abrió profundamente sus ojos y le gritó…
- ¡Lo mataron! ¿Cómo que lo mataron? – Su madre acudió en su auxilio y tratando de desviar su terrible secreto, le dijo…
- ¿Qué lo mataron…? ¿A tu papacito? ¡No, chica! Quise decir otra cosa. Te estaba diciendo que tu hermano, no debió haber visto…Cuando su padre caía.
Y eso no es correcto. ¡Deja la cosa así! Te propongo que hagas tu viaje con toda tranquilidad y para cuando ya regreses, yo estaré menos nerviosa y quizás podamos hablar mejor.
¡Vamos a preparar tus cosas!
- Pero es que…
- Tus hermanitos deberían estar al igual tuyo: Estudiando. Preparándose para el mañana.
Y no estar ahora como unos peones cualquiera. ¡Dios no nos abandonará nunca!
¡Yo nunca quise esto!
- Ay ma…
- Por eso es que no quiero que se enteren de todos estos vejámenes. Ya habrá tiempo.
Tiempo al tiempo.
- ¿Para cuando?
- Cuando llegue su tiempo. Todo tiempo tiene su duración.
Hay un momento para ser feliz. Para reír. –Ya nosotros lo pasamos. Papa estaba vivo y durante su presencia, fuimos los mas felices.
- No es justo.
- ¿Habrá Justicia en esta vida?
- Debe haberla.
- Los designios de Díos. Solo Él los conoce. Nosotros no.
- ¿Y qué nos tocará a nosotros, ahora?
- ¿Estamos vivos?
- Bueno si…
- ¿Tenemos salud?
-  Si.
- ¿Estamos unidos?
-  Si. Por que usted así lo ha logrado.
- Y así mismo debemos seguir. Y por esa razón, déjame en mi pelea.
Es a mí a quién le corresponde presentarme en el cadalso con esas hienas hambrientas.
No te quiero cerca, ni quiero que le vayas con el chisme a ninguno de tus hermanos.
Ya mas adelante me tocará a mí el decírselo.
- Ma ¿Y el problema con el gobierno?
- ¡Eso también es muy delicado! Y presiento que hay gente interesada en seguir echándole mas leña al fuego, con la finalidad de hacernos mas daño.
- No es justo que mis hermanos tengan que “dormir” allá en las montañas, en medio de tantos depredadores, y de quien sabe que de cosas mas hay allá en esos sitios tan salvajes.
- Como tampoco es justo: Que tengan que vivir los dos solitos en esa finca.
Me angustia que mis enemigos se desquiten con alguno de ellos.
- ¿Enemigos?
- Si hija  con mucho dolor debo confesarte, que los que antes eran nuestros mejores amigos y familiares hoy en día…Nos quieren eliminar.
Así que la situación es muy sencilla: O ganan ellos o logro salvar lo que pueda en esta guerra a muerte.
- ¿Pero por qué se están portando así en nuestra contra?
- Porque son gentes vacías, sin corazón en el pecho. Porque los anima el pillaje y el raterismo.
Porque nunca me aceptaron como la esposa de tu papa. Me menosprecian y trasladan su intenso odio hacía mí…Transfiriéndoselas a ustedes.
Que nada de culpa tienen.
Y si a culpa se refieren: Es porque son mis hijos.
Además esa gente se han separado del Amor de Dios.
No creen en el Dios Bueno y Misericordioso.
En cambio adoran al Dios Dinero.
Al Dios Poder. Para avasallar. Destruir. Aniquilar.
Al Dios que crucificó a Nuestro Señor Jesucristo.
- ¡Ave María Purísima!
- ¡Sin Pecado Original concebida! – Estos pensamientos y muchos mas se agolpaban en su mente.
Y realmente la mantenían muy preocupada.
Y el alejarse así, en medio de todo esto.
Ciertamente que ya lo peor había pasado. Pero no sus secuelas.
Y el saldo final fue muy lamentable para todos ellos.
En la actualidad, sus dos hermanos se veían precisados a esconderse de la Justicia del gobierno, por razones que ninguno de ellos entendían…Pero la política es sucia.
- Pilin no olvides de preparar muy bien tus maletas.
- Si ma.
- Recuerda que debes llevar todos tus documentos en originales.
- Si ma.
- ¿Cuántos días estarás ausente?
- No sabría responderle. La verdad es que no lo se. Es mi primera vez.
- Tu Padre estaría muy orgulloso de que su hija, ¡se le gradúa! – La miraba de los pies a la cabeza y se hundía en sus recuerdos.
(Hasta hubo ocasiones que a ella, le pareció haberlos visto a los dos. Agarraditos de la mano.)
- Cuando venga con mí: Titulo de Maestra, se lo llevaré ¡a su tumba! – Sin querer pronunció estas palabras, y al percatarse de esto, ya era muy tarde.
Su madre arrancó a llorar, presa de un ataque repentino de nervios.
- Ay ma. – Quiso disculparse, ella le dijo…
- ¡Si él estará muy orgulloso de ver a su hija graduarse!
¡Y allá en los cielos, en compañía de Nuestro Señor Jesucristo! – Ambas no pudieron seguir. Ahora lloraban hermanadas en su dolor.
- Bueno por una parte, me alegro mucho por ti. Pero me entristece la realidad de tus hermanos.
…Tu padre y yo, habíamos idealizado un futuro mejor, para todos ustedes…
Tu papi soñaba con que su hijo mayor, se fuera a estudiar al extranjero y se hiciera… ¡Doctor!
Y fíjate que al contemplarlos a ustedes, él pensaba que Juancito al ir creciendo, él mismo decidiría su propio futuro…
¡Qué de planes tan bello les tenía reservados a todos ustedes…!
…Pero la maldad anidada en el corazón de muchos que los rodeaban…
…Tu papi no pudo discernir…Adivinar ni sospecharlo…Que todos los que lo rodeaban conspiraban en su contra…Ambicionaban sus pertenencias, sus riquezas, sus aciertos…
No los vislumbró. Se agazaparon en las sombras. Quizás por eso nunca los descubrió.
Esperaron el momento preciso para lanzar sus horribles zarpazos.
Hoy en día…Nos lo despojaron. Y ni papa nos podrá de esta librar.
Y no puedo decirles que abandonen la finca, porque nos la van a quitar también.
¿Cuánto no me gustaría que sus tres hijos se gradúen todos?
…Pero si lo hago… ¿Quién producirá?
No tenemos mas trabajo que el que nos da nuestra finca.
¡Nos dejaron sin dinero alguno! No tengo ni siquiera para poder sentarme a descansar.
- Bueno ma, no se preocupe…Que en cuanto yo comience a trabajar, les daré a ellos la oportunidad de ponerse a estudiar.
- ¡Muy loable tu intención!
- ¡Cuente con eso ma!
- Con lo que debemos contar primero es con: Conseguir ese Titulo.
Y después, vendrá lo de después…. – Tantos y tantos pensamientos.
Tantas vivencias ha tenido que vivir. La muerte repentina de su papacito.
La pérdida de casi toda su herencia.
Los escapes de sus hermanos a la montaña, cada vez que había cualquier asonada en el país.
En fin. Son muchas sus preocupaciones.
No tenía mucho dinero, y el hecho de que sus hermanos estén huyendo les dificulta el poder producir el dinero necesario para poder sufragar todos los gastos.
- Ya el Buen Dios, suplirá el dinero necesario para poder pagar todos los gastos. – Le indicaba su madre. Ella suspiraba, su impotencia la dejaba sin aliento.
Pero…. ¿Qué otra cosa podía hacer?
No podía trabajar como un hombre, siendo una mujer.
Además no estaba familiarizada con las labores propias del campo.
En cambio sus hermanos, ya dominaban esas tareas y producían siempre buenas ganancias.
Conrado era el mayor y el mas fuerte y sobre sus hombros recaía todas las operaciones, pero Juan su hermano menor, era mas bien un “artista, un poeta, un trovador” y no encajaba “muy bien” que digamos, pero sin embargo su hermano siempre lo “arreaba” y al pobre no le quedaba mas que cumplir con las labores que le asignaba,
Juan era detallista. Todo un ejemplar “gentleman” y por lo que habían leído en la prensa, él calzaba a la perfección. Y muy en secreto le había confesado docenas de veces que: “No deseaba esa vida” Mas bien prefería la del “gentleman” La del músico. O la del poeta.
- Deseo vivir el resto de mis días, dedicándolo a las artes. – Le confesó en un momento de desesperación, a lo cual le respondió…
- Pero hermanito la vida no la escogemos nosotros…
- ¡Pues debería ser así…Pero no lo es! – Respondió después de meditárselo por unos instantes. Acto seguido detalló muy bien su machete y como pensándolo él mismo, le dijo en voz audible, clara y fuerte…
- …A veces veo a mi papacito…
- ¿De verdad?
- Si.
- ¿Y cómo es eso que lo ves?
- Cuando estoy macheteando, cansado sudando copiosamente, ya bien mareadito…
Me recuesto en la tierra.
Agotado. (¡Esta vida es para burros!)
Y es en esos momentos, en que me parece estar viéndolo…
- ¿Y él que te hace?
- Me mira. Siento que me tiene lastima. (Me imagino que me está “arrulladito”)
Y le noto que su forma de mirada es melancólica.
(Y hasta me parece que me está hablando…Claro en mi mente…)
- ¿Y no te habla?
- Si. En ocasiones, claro.
- ¿Y qué te dice?
- …Mi chavalito lindo… (Y creo que me está…Acariciando. Abrazándome.)
- ¿Y qué hacés?
- Y… ¿Qué puedo hacer?
-  Le pedís ¿la bendición o no se qué?
- En ocasiones. Lo normal es que me está mirando. A veces a lo lejos.
Poco se me acerca a hablar, pero siento su magnetismo. Su presencia me reconforta.
- ¿Y se lo has contado a Conrado?
- ¿Para qué…Para que me regañe otra vez?
- Pero ¿Y por qué?
- Porque asegura que ¡como soy un flojo! Y busco cualquier excusa para estar “vagueando”
No. Y no creo que lo llegue a contárselo.
No me gusta que me esté regañando y me trate como un “flojo, haragán” (Porque no lo soy.)
Ciertamente y fue allí cuando en su mente se vislumbró que sus dos hermanos a pesar de ser hijos de los mismos padres, eran diametralmente opuestos:
Conrado siendo el mayor, en él se afincó su madre, para poder salvar algo de toda esa herencia. Nunca tuvo la oportunidad de elegir. Nació para ser “mantenido” en las labores del campo y era muy posible que si él hubiese tenido alguna opción: Con seguridad, allí no estaría.
Al igual que Juan. Pero en su hermano menor, era mas fácil.
Era manejable y es posible, porque era el menor.
Ninguno puede decidir su futuro. Ni siquiera su presente.
La realidad circundante, los alienaba. Los conducía aun virtual  pesimismo.
Pero en su caso muy personal, creía tener la única llave, que podría librarlos de su esclava realidad.
Era perentorio ejecutar ese recorrido, anhelaba los grandes triunfos que con toda seguridad, le vendrían una vez trajese ese trofeo.
Y esa fe, la movía. Estaba sumamente convencida, que a través de ella, su padre los estaba ayudando a salir, de ese tremendo atolladero en que estaban sumidos.
Presentía que su madrecita, estaba haciendo de tripas corazón.
La conocía muy bien, y comprendía que por cada día que se ausentara, era una intensa puñalada que su madre sentiría.
Pero que ella lo aceptaba en su creencia de que su marido, feliz estaría ante el tremendo triunfo logrado por su hija.
Inundada en lágrimas, festejaba su futuro.
Era corto su recorrido en tiempo, pero en sus anhelos eran intensos.
Podría voltearles la tortilla a todos.
…Un nuevo camino, un nuevo andar…Ilusiones por venir.
Pondría todos sus esfuerzos en que el triunfo fuera para todos los miembros de su familia.
Su papacito allá en los cielos, le daría la fuerza necesaria para lograr sus nobles objetivos.
Y con esa creencia fija entre ceja y ceja, agarró sus mascúndales, besó a su madre y marchó.
Nuevos mundos por descubrir.
Nuevos derroteros a los cuales enfrentar.
Caminante no hay caminos, se hace camino…


Marcaibo; 31 de enero de 2014.

Belbaltodano.-

                                                                                                

 "El Guegüence"
A los pocos minutos llegó a otro de sus centros de negocios. Allí ya lo estaban esperando.
- ¡Hola jefe! – Se le adelantó uno de muy fea apariencia, con la cara llena de moretones y cicatrices. Era alto y fornido. Quién se había desempeñado como boxeador, teniendo un débil desempeño, aunque con fama de boxeador. El licor, las drogas y las mujeres terminaron de opacar su fama de noqueador nato. Ya en ocaso final de su carrera pugilística y para mantenerse tuvo que servirle como matón de poca monta. Constantemente lo buscaba para que le diera algún que otro “trabajito” demoliendo a golpe a todo el que el Guegüence le señalara. Y lo poco que le “pagaba” lo gastaba en sus vicios destructivos.
- ¿Moliste a golpes a la rata asquerosa? – Ése ejemplar le estaba trayendo ciertos problemas y por esa razón le envió ese regalito.
- ¡Claro jefecito!
- Mira “Chiquito” (Era el apodo que él mismo le endilgó) necesito pruebas… ¡Sin pruebas, no pago!
- Jefecito, tendremos que ir al hospital. La última información que me dieron es que le rompí casi todas las costillas.
Le di durísimo en su columna vertebral.
Le desalmé sus omoplatos.
Le reventé los tímpanos.
Le destrocé su panza.
Le trituré cada una de sus huesos.
Le deformé cada una de sus piernas…le machaqué su cerebro…
Le saqué casi todos sus dientes. Quedó con los dos ojos prácticamente cerrado.
¡Casi lo mato! ¡Le deformé la nariz! A cada herida, sangraba más y más.
Tuvieron que hacerle una operación para enderezarle las fosas nasales. ¡Está vivo, porque llegó la policía! Y tuve que escapar, ya que si me agarran… ¡Me matan!
- ¿Seguro “chiquito”?
- Cien por ciento.
- ¿No me estás engañando?
- ¡Ni qué Dios lo permita!
- …Tendré que verlo con mis propios ojos…
- Jefecito, ¡Hasta su propia madre me puede servir de testigo!
- ¿Y qué, ella te ayudó a someterlo?
- ¡No! Se enteró, por cosas del destino. Está allá adentro. ¿Se la llamo?
- Ok. – A los pocos segundos llegó su progenitora. Excesivamente pintarrajeada. Y con ese caminar inconfundible de las féminas que se dedican a satisfacer a su extensa clientela. Al verlo corrió desaforada a abrazarlo y besarlo. Por respuesta recibió golpes y empujones.
- ¡Quédate quieta! ¡Respeta a tu jefe! – Visiblemente enojado, le propinaba sonoros golpes con el puño cerrado, tal como el que se utiliza en peleas callejeras.
- ¡Si papito, lo que tú órdenes!
- ¡Jefecito para ti! ¿Ok?
- Como tú me digas papito, ¡digo Jefecito! – Su retoño la miró de arriba abajo. Ya los años le estaban pasando cruelmente la factura.  Ya esa figura que volvía loco a todos sus “Admiradores” ya se estaba comenzando a verse algo marchita. Aunque a decir verdad, se mantenía. Pero al verle su rostro… ¡Mejor era mirar hacia otro lado!
- ¿Dónde está mi dinero?
- ¡Ay mijito, perdón Jefecito! Ya no estoy tan productiva a como estaba antes. Además tú no me has querido poner en la misma acera en dónde están mis coleguitas…
- ¿Estás loca?
- Si, me pones a trabajar allí, te produciré mucho más de lo que ya estoy logrando reunir.
- ¡Allí solamente pongo “Carne tiernita”! ¡No viejas como tú! ¿Estás loca?
- Pero recuerda que cuando yo te servía allí, mucho dinero te producía…
- No.
- …Anda papi…digo Jefecito…
- No. ¡Límpiame los zapatos, ya! – Su madre se tiró al piso para obedecer la instrucción terminante que le ordenó su vástago. Con la tela de su vestido, le sacaba más brillo. Primero uno y luego el otro.
- ¿Así, están bien? – Se dignó a bajar su cabeza y a chequear el resultado, mientras su madre lo observaba sentada en el piso.
- …Si, aunque pudieron quedar mejor. Y aprovechando que estás allí… ¡Hazme el oral! ¡Rápido…que quiero comprobarme si aún estás apta para esto!
- Jefecito… - Lo interrumpió el boxeador muy tenuemente, como para que no se enfadara. Pero éste ni le prestó atención. Así que aguardó un momento más. Fue testigo mudo de aquella escena, contempló con que lujuria la progenitora ejecutaba su acción, ante su cachorro, que al parecer no estaba ni pendiente, ni daba la impresión de agradarle en nada. Sin darse cuenta, se persignó y cerró sus ojos.
- ¡Basta! ¡Ya quita tu hedionda jeta de mí! ¡Límpiame, anda búscame agua y jabón! –  Sus quejosas palabras rompieron ese silencio muy elocuente.     La ejecutante corrió a obedecerle. Regresando casi al instante. Lo limpió con mucha delicadeza. Lo secó y luego le dio un sonoro beso.
- ¿Quieres darme más? – Lo trataba de seducir, poniéndole su trasero en forma voluptuosa. Por respuesta recibió una potente patada. La pobre mujer cayó aparatosamente a varios metros de distancia. Su hijo, ya no le prestaba atención alguna.
- …Siempre ha tenido ese carácter. ¡Es mi macho! – Gritó eufórica dirigiéndose ante el inmóvil ex atleta. Él la contempló y pudo notar la inmensa satisfacción que sentía a pesar de los malos tratos de que era víctima. Sin embargo, corrió a auxiliarla. Un dejo de tristeza y rabia contenida lo invadió.
En su aparatosa caída se rasguñó la frente, y de su nariz brotaba abundante sangre. Con su experiencia boxeril, logró contenerle la hemorragia.

Le buscó una silla y allí la ayudó a  sentarse. Lágrimas brotaron de sus ojos. A su lado estaba un potente pegador, gladiador de extensas batallas, pero que ya estaba en destrucción. Contemplándola hasta con tristeza pero que se sentía impedido a contradecir a su generoso mentor.


¡Hola!
Pronto les publicaré ese nuevo relato.
¡Saludos!

"Pilin sale de viaje"

Y es que sus propios tíos (hermanos de su padre) se presentaban a cada rato, exigiendo la posesión total de la casa y de la finca.
Y estuvieron a punto.
Se salvaron por la terrible determinación de doña Rufina, quién se plantaba en el frente de su casa, armada de un machete.
Vio como se arremolinaban para agredirla.
Pero nunca se dejó amilanar ni avasallar por esa “horda de salvajes”  que iban solamente para repartirse, lo que no les pertenecía.
A duras penas, logró salvar para ella y sus hijos, la finca (La mas pequeña de todas esas posesiones) ya que las haciendas, a esas: No las pudo pelear.
Sola contra todos. Nadie se le acercaba a consolarla…
Solo para ver que mas se podían llevar.
Así lo retrató ella. Y de igual forma sus dos hermanos: Conrado y Juan, lo sabían.
Su progenitora, nunca les permitió que albergaran resentimiento hacia sus propios tíos.

Siempre trató por sobre todos los medios, que no salieran contaminados con el virus de la venganza.
                                                                                        

"El pasajero
desconocido"

Es que no se cuando podré aprender a comprenderte…Claro es muy “difícil” – Por ese instante se quedó callado.
Pasado unos minutos, arrancó él solo, pero mirándome en todo momento…
- Bueno. En verdad es Cultura General.
Y no debo privarte de mis conocimientos.  (Y que son… ¡Muchos! Modestia aparte, claro está.)
Y debo aceptar el que tú por tus “múltiples ocupaciones” no te estés al tanto de los últimos acontecimientos de carácter Mundial. (…Bueno lo de tus “ocupaciones”, en verdad, no me consta… ¡Pero bueno es una “forma de hablar” ¿OK?)
Es cierto –y hago este énfasis- que estamos rodeados de tiros por doquier.
Pero debemos ensanchar nuestros sentidos… (Esto me va a resultar muy difícil, pero tendrá que entenderlo…Algún día.) Entiéndelo de una vez por todas.
Y ya que con tu silencio, así me lo estás aprobando. (¿Será tarado este?)
Arranco nuevamente en esta historia verdadera.
Lo de los charros es otra historia. Quizás mas adelante te la cuente.
Pero en este momento: Lo de esta heroína. Bella.
¡Dama decidida y presta a enfrentarse a esos forajidos!
(¿Cómo le explico a este “cara de yo no fui”?)
Y como asumo que ya oíste lo anterior…Continúo…
Yo intenté ponerme a su disposición.  ¡De verdad!
- No. No lo pongo en duda, pero y ¿lo de los charros, qué? – Me miró y no me respondió…
- Prestarle todo el apoyo que un ser como yo podría ofrecer.
Pero cuando estuve cerca de ella…
¡Ya la habían secuestrado!     
Intenté todo lo que pude tener a la mano…Pero cuando la logré ver…
¡Ya era una osamenta! Toda destrozada.
Le trituraron sus nervios.
La aislaron de todos y en la oscuridad…
La ejecutaron.
Jamás sabremos de sus torturas.
Mucho menos de los padecimientos que ella tuvo que afrontar.
¡Hay tantas cosas ocultas en nuestro diario vivir, que las tenemos en nuestras narices…Y no la podemos ver!
Tenemos vista…Pero no podemos ver.
Tenemos audición…Pero somos sordos.
Tenemos sentimientos…Y nos volvemos bestias.
Nos llamamos a nosotros mismos: “Humanos”…
Y no sentimos al prójimo.
…Pobrecita ella.
Me duele solamente el saber por todo lo que tuvo que pasar; y me avergüenzo el llamarme y el pertenecer al género: Hombre.
Ya que fue una banda de: Hombres los que se ensañaron en contra de una vida pura y amorosa.
Y me pregunto yo: ¿Cómo puede una sociedad existir con estos parámetros?
¿Cómo puede mirarse a los ojos? ¿Cómo?
¿Cuáles serán los designios que nos gobiernan?
¿Habremos dejado las “cavernas”?
¿O es que las cavernas estarán “incrustadas” en nuestros corazones…?
El caso es que…Mi querido amigo, es que estoy en duelo perenne.
Me apena eso que pasó.
Le destruyeron su vida.
Jamás pudo disfrutar de mas nada.
Pero jamás se doblegó. Su determinación no tenía otra mira que destruir a esos carteles.
Y desde ese entonces les declaró la guerra.
Ella solita. ¡Valiente esa mujer!
- Dime algo…Tú me tienes asombrado…
…Y me disculpas, pero es que no logro entenderte… - Se sonrió y me dijo…
- Aja, dime que es lo que te inquieta de mí…
- Es que por tu apariencia, a simple vista lo que me dices de tu persona es que eres un ser.
…No sé, que “vives al día”.
¡Me desconciertas!
Pero al hablar contigo…Resulta que no eres un ignorante, y ni siquiera un “borrachito” aunque des esa impresión…
Me perdonas mi sinceridad, pero es que... – Me da pena tener que reconocerlo, pero no me gustó su forma de mirarme, ya que lo hizo como si él fuese un “Juez” y yo un miserable reo, el cual estuviese pidiendo clemencia y que se apiade de mí.
Así fue como me miró y en ese momento no pude descifrarlo, pero ahora si.
En forma algo melancólica me dijo….
- ¡No te preocupes! La verdad, es que las apariencias siempre te engañan…
Y ya estás viendo esta.
Y déjame decirte, que no eres ni el único y ni siquiera el último.
¡Nos dejamos llevar por las apariencias!
…Me recuerda la vida y obra de tantos y tantos filósofos.
¡Ah si yo te hablara! Te contaría muchas cosas, que con seguridad, ignoras.
¡Tengo mucho de que hablar! ¡Mucha sapiencia que reposa en mí!
¡Hasta de Santos que nunca se dejaron llevar ni por las ropas, ni por las apariencias!
¿Pero qué le podemos hacer?
…Si bien es cierto que “Los hábitos no hacen al monje”
¡…Pero cuánto lo ayudan!
- ¿Y tú…Sabes leer?  …Me perdonas mi necia duda…
- …Aquí en dónde me ves, con esta apariencia que tengo…
Hablo, escribo, leo y pienso a la perfección en los siguientes idiomas: inglés, Francés. Alemán y el Mandarín (El de China) 
Aparte por supuesto de nuestro: Español.
Y soy traductor oficial y con documentación de la misma: ONU.
He vivido en: Inglaterra, en los Estados Unidos, en Paris, en Alemania como también lo hice en la China Milenaria.
Conozco la “Ciudad Perdida”.
Me he “paseado” literalmente todas las capitales de este mundo.
Aunque te sea dificilísimo aceptarlo.
Lógicamente tengo toda mi documentación en regla, con toda la certificación en regla.
(Pero como entenderás; aquí mismo no la porto. Por favor…Ando de civil. De incógnito.)
¡He dictado clases y conferencias!
En el idioma que tú prefieras…De los que domino a la perfección, porque hay otros que apenas los domino a un setenta y cinco por ciento, es decir puedo hablarlos, pero no soy ninguna autoridad que digamos.
¿Me entiendes?
Yo leo mucho. Y hasta he llegado a pensar, que por eso es que he perdido mi vista y me veo precisado a utilizar estos “culo de botella”, je,je,je
(Es un chiste muy malo, pero es mío)
Soy ampliamente conocido en las mejores bibliotecas de: Paris…
De Alemania…
De Inglaterra…
De China…
Rusia…Me la conozco: Como la palma de mi mano.
No necesito traducción de ningún tipo.
He leído en: Hebreo antiguo. En arameo. En latín.
Y en casi todas sus variantes.
En la mismísima lengua que habló Nuestro Señor Jesús Cristo.
He leído Documentos originales de la Biblia.
He estudiado las Tres Principales religiones monoteístas.
¿Qué mas te puedo agregar…Qué mas…?
Me la paso pegado en el Internet.
Me llegan todas las Revistas Científicas y Tecnológicas del Mundo Entero.
…Pero por la cara de incredulidad que me estás poniendo no me crees…
¡Ni siquiera un poquito!
…Y no te culpo. Estamos “condicionados” a aceptar las apariencias, como un hecho cierto.
Es nuestra condición “humana” y muy pocos la logran…
¿Dominar?
O sería mejor decir: ¿“Controlar”?
– Acto seguido chequeó dentro del grupo de personas que estábamos hacinados en ese bus y descubrió a una pareja de asiáticos y sin pensarlo mucho, les habló en su lengua natal. 
Observé que se entendían, ya que la pareja le sonreían con mucho placer y estaban asombrados de encontrar a alguien que les pudiera hablar en su lengua natal.
¿Yo? Seguramente que estaba con mi boca toda abierta, ya que me indicó con señas de que cerrara mi bocota.
Ciertamente que hablaba esa lengua tan extraña e incomprensible para mí.
Ya no tenía dudas.
A los pocos minutos y haciéndole las reverencias propias de ellos, se alejó de ellos y vino a mi encuentro, y me dijo…
- No son chinos. Son vietnamitas. – Y yo pensé para mis adentro….
(¿No serán del Vietcong? Los asiáticos esos que eran comunistas… Lógicamente: No quise alarmarlo.) Pero él ajeno a mis elucubraciones continuó parlando así…  
- Otro de los idiomas que domino…No a la perfección.
Pero si; lo hablo, escribo, leo y pienso como ellos, digamos como a un…
¿Noventa por ciento? – Se sentó a mi lado y obviando mi asombro, me dijo con la mayor naturalidad…
- Me encanta mucho observar al “Zoo  Humano” – Calló por unos instantes.
(Muy generoso de su parte…
Ya que me tenía al borde de un ataque de: Inquietud.
¡Demasiada información enmarcada en un ser tan anónimo e insignificante – Pensaba yo, claro en ese momento)
Buscó su “botellita” la destapó y se tomó un sorbo muy generoso.
En esta ocasión, no me la ofreció y pienso que si lo hubiese hecho; ¡Claro que me hubiese echado mi tremendo buche! Estaba anonadado. Mas bien: Electrocutado.
Fascinado ante tanta verborrea ambulante.
Pasaron unos instantes, guardó su “tesoro” con mucho cuidado y después que se pasó por su boca ese trapo sucio que portaba, carraspeó y continuó de esta forma…
- ¿No te has puesto a detallar la diversidad de rostros?
Unos son cuadrados…Otros redondos…Ovalados… - Y pensé en ese entonces…
(¿Y ahora qué? ¿Es que no me deja ni siquiera echarme un…? ¡Este tipo es mundial! ¡Déjame medio asimilar lo que me estás atragantando! Tengo que cortar…Después tendré tiempo de analizar. Tengo que grabar.)
- …Y a pesar de que tenemos la misma cantidad de ojos, que todos tenemos nariz y boca…No nos parecemos…
¿…Sabías que la forma de nuestro rostro, delata nuestra personalidad? ¿Lo sabías? -  Me preguntó y yo pensé…
(¿Y yo qué carajo sé de estas cosas? ¿Este hombre es lunático o viene de Marte? ¡Auxilio – Socorro! Quítenme a este hombre de encima.) Sin embargo logré calmar mis tremendos impulsos y le respondí…
- ¡Ni la mas mínima idea de lo que me estás hablando! Me
disculpas, por favor.
- …Hay personas que te miran de frente…y otras cuando tú pasas y le das la espalda…
Entonces te miran… Y tú te crees que no te miraron.
Y en verdad, no. No lo hicieron…
Pero te leen tu mente. Saben a la perfección todo.
Y la mayor parte de todos nosotros; vivimos pendiente solamente de “nuestra apariencia”
Que si te viste de una forma: Elegante.
Te tratan elegantemente.
Y si me ven como estoy vestido…Me tratan como un mendigo. Un orate. Un “borrachito”
…Y este es mi disfraz. Por eso…No requiero esconderme.
¡Aquí a la vista de todos! 
…Pero nadie me puede descubrir.
¿Qué tal?
…Y como te estaba comentando y sigo con lo de las apariencias…Hay miradas.
Hay rostros. Rostros, faz…
Como también los hay que dejan… ¡Sombras!
¿Y sabes por qué? – Volvió todo su rostro hacía mí, y no sé el por qué, pero me sentí como “intimidado”.

Y pienso que fue porque descubrió en mí…