“Conversaciones con don Carmelo”
Lunes….


En verdad que me quedé: ¡impactado!
Y es que cuando lo vi, estaba de rodillas pintando y repintando, con un esmero muy especial.
Con que delicadeza y dedicación efectuaba esa labor, concentradito se esmeraba a que le quedase en óptimas condiciones.
Asumo que le dieron ese trabajito y lo estaba efectuando.
En fin, muchos pensamientos llegaban a mi mente mientras él estaba en su faena.
Al poco tiempo, terminó y le vi su cara de satisfacción.
Me sonrió con alegría y pensando en voz alta, me dijo…
- …Chico yo me estoy creyendo que la tal Pilin… ¡Cómo que me hizo enfermar de la próstata!
- ¿Y cómo así? – Pero no escuchó mi pregunta, asumo que cayó en sus propias elucubraciones.
Y en vista de esto, le volví a hacer la misma pregunta.
Pero o no me quiso escuchar o no me quiso responder.
Mas bien se quedó con la mirada como perdida.
Y yo hasta llegué a pensar: “Cónchale de tanto alabarlo, y ahora ¡comienza a rajárseme! –Porque nunca lo había visto así: “perdido en su interior”
Miraba de un lado a otro, como si tratase de recordar algo muy importante, por lo menos para él.
Al poquito tiempo, se volvió hacía mí persona y me agregó…
- ¿No te he contado lo de mí operación de la próstata? – Yo le respondí con señas de que no.
Y él tomando aire, arrancó después de una leve risita y me dijo…

- Quién me operó fue el famosísimo doctor  Parra  y él me dijo: “¡Chico no te voy a cobrar un solo centavo! ¡Nada te voy a cobrar, y te va a salir: Gratis!  








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