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Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): Mi hijo: Cristóbal Enrique“Mis reflexiones”
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: Mi hijo: Cristóbal Enrique “Mis reflexiones” Hoy está por finalizar este año: 2.013 y en verdad que ha sido una etapa muy dura. H...
Mi hijo: Cristóbal Enrique
“Mis reflexiones”

Hoy está por finalizar este año: 2.013 y en verdad que ha sido una etapa muy dura.
Hemos transcurridos unos días de total incertidumbre.
(En lo económico, social y hasta político)
A unos nos han sorprendido la partida de un ser querido y su ausencia se hace cada vez mas notoria, con el transcurrir de los días, semanas y meses.
En Febrero de este año, mi hermano mayor se fue, sin ni siquiera poder despedirnos.
Muy triste e inesperada su partida.
Siendo la primera en cuanto a hermanos se refiere.
Y hace muy poco también se fue uno de mis cuñados.
Otra triste despedida.
¡Qué tristeza da el ver a tu ser querido…Dormido!
¡Estático y sin prestarte atención alguna!
…No estamos acondicionados a la partida…No la aceptamos.
Nos aferramos a la “vida” y en nuestros itinerarios, no nos atrevemos siquiera a contemplar que “algún día” inexorablemente tenemos que “despedirnos”, pero nunca en los hechos logramos despedirnos de ellos.
Tan solo ¡se van y ya está!
¡Vida! ¿Para qué te quiero?
Si cuando mas confiado estoy de que estoy vivo…
¡Muero sin percatarme de ello!
¿Y tenemos que aceptar este dogma?
¿…Lo acepto?
¿…No lo acepto?
¡No importa!
…Hay un Poder mas grande que tus deseos…Ellos lo deciden.
 …Y ni tu voluntad, ni tus deseos… ¡Nada lo cambia!
Lo aceptes o no…la vida se te esfuma. Y tú, nada puedes hacer.
Tus seres queridos se te están yendo.
Y tus deseos, poco importan.
Si tus problemas tienen solución… ¿Para qué te preocupas?
Y si no tienen solución… ¿Para qué te preocupas?
En contra posición a esto, hace unos pocos meses, nació la hija de mi hijo Bernardo.
¡Qué alegría trajo a mi familia!
En medio de la Partida… ¡Viene la Bienvenida!
Bueno así es la vida, lo aceptemos o no, esto es lo que nos depara todo el tiempo.
Tiempo de tristeza.
Tiempo de alegría.
Tiempo de problemas, de aflicciones, de angustia
La sal y el azúcar. Unas son de cal y otras de arena.
¿Qué le podemos hacer?
Ciertamente todos queremos vivir en una felicidad eterna, pero al parecer en nuestro tránsito terrenal, “o lo tomas o lo dejas” esa parece ser la consigna.
Y varios años atrás…
En un día como hoy, pero en el año 1.980 estaba por nacer mi hijo mayor: Cristóbal.
Él nació un Primero de Enero de 1.981, no eran las tres de la madrugada y quedó como en segundo lugar de los nacimientos de ese año, por lo menos en el estado Zulia.
Recuerdo que para esa fecha, mi madre
(Que en ese entonces fungía como Enfermera Graduada en el hospital Central Dr. Urquinaona en Maracaibo) y yo, partimos hacia allá después del cañonazo.  Como a las 2 a.m. aproximadamente) y cuando llegamos mi madre pudo entrar hasta el Servicio y encontró que su nuera ya estaba en “trabajo de parto” y ella misma tuvo que recibir a su nieto.
¡Qué alegría recibí! cuando mi vieja, me informó ella misma del nacimiento de su nieto…Mi hijo.
Es una emoción muy grande.
Recuerdo que lloraba, mientras reía al tenerlo en mis brazos.
Y ciertamente estaba horrorizado, pensando que sus  recién formados huesos se fueran a deteriorar por mi torpeza al cargarlo.
¡Temblaba de la emoción!
¡Mi felicidad superaba todos los confines de este mundo!
Pero mi temblor era porque para colmo, me encontraba sin trabajo y me angustiaba el saberme que no tenía ningún poder económico ni casa para poder tenerlo.
Fueron meses muy angustiantes para mí. El saberme que ya era cabeza de familia y ahora padre en ejercicio.
Una boca inocente a la cual debía alimentar, cuidar, velar y sostener.
¡Mis deberes arrancaban, ya había roto el cascarón de mi vida!
No me era ya lícito seguir amparado a la falda de mi madre y al pantalón de mi padre.
Por lo menos, así lo asumí yo mismo.
“Y el que se casa, casa quiere”
Y yo debía comenzar a forjar el futuro de mi propia prole.
¡Cuánta ilusión tuve al saberme que ya era Padre!
Y esa ilusión prendió en mí, con el deseo irreprimible de buscar el sustento diario a como diera lugar. Y así lo he venido haciendo.
Hoy en este día, he comenzado a despedirme de mí hermano Juan y de mi cuñado Arnaldo, y no les puedo decir un “Adiós” por cuanto seguro estoy que mas pronto que tarde…Seguiré sus pasos.
Siguiendo con ese proverbio que de alguna parte tuvo que venir: “Lo mas seguro que tenemos los que estamos vivos es…La muerte”
Y en cuanto a los placeres de esta vida, pues me siento profundamente feliz al saber que todos mis hijos tienen su techo propio y que seguramente vivirán debajo de su techo y si tienen sus limitaciones –tal como todos lo hemos tenido-  ellos sabrán remediarlo entre sus cuatros paredes, su techo y el piso el cual les pertenece enteramente.
“Porque los trapitos sucios, se lavan en la casa”
Como también, seguros están que en cuanto yo pueda “echarle una mano” con seguridad tendrán mis dos manos, junto a mis brazos, mi cerebro y mi corazón siempre tendiente a socorrerlos en todo lo que humanamente pueda.
La vida es la vida, y hemos venido a estos solares sin ningún tipo de preparación y aquí estamos y aquí seguiremos hasta que la “mano divina” así lo determine.
Por mi parte y en forma muy personal, debo agregar que me siento en plenitud al tener esta “vía de desahogo” y de poder expresar en palabras y signos, muchas cosas que han dormitado en lo mas profundo de mi ser.
¡Muchas Gracias amigo Lector!
Donde quiera que te encuentres, puedes tener la mas absoluta seguridad, que día a día iré mejorando en mis escrituras y ojala “La Providencia” me siga “iluminando” de manera tal que no pierdas tu tiempo leyendo mis ejercicios literarios.
Porque es mi intención seguir escribiendo mis: Relatos, Cuentos y Novelas.
Y ya lo sabes, todos los días trataré de ir mejorando.
Espero seguir contando con tu atención.
Me propongo  seguir en esta página, alimentándola todos los días y como dice la letra de aquel dicho muy vernáculo y criollo: “Mientras el cuerpo aguante… ¡Que la voluntad no falle!”
¡Hasta siempre!


Maracaibo; 31 de diciembre del 2.013.

Belbaltodano.-  

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"El  pasajero                         


desconocido"
- …Si, pero de verdad…Nunca me enteré…
- ¡Eso Salió por todos los periódicos y todo! – Y me miraba como si yo fuese un…Extraterrestre o algo parecido. Me hizo sentir muy incómodo.
- …Está bien…pero no me enteré. Pero sigue, sigue…
- Contaron… ¡Seis! ¡Fueron seis los delincuentes que ella misma liquidó!
¿Y no sabes lo que le pasó a ella? Verdad… ¿Qué no?
- …No…Lo ignoro.
- ¡Nada!
- ¿Nada? ¿Qué era la “Mujer Maravilla” o qué?
- ¡No le pasó absolutamente…Nada!  - Como por cosas de loco…
Entraron un grupo de personas, como unos cinco o seis hombres, venían vestidos de “charros mexicanos” y no bien habían subido, cuando de repente sonó una trompeta a unos cuantos millones de decíbeles.
¡Que espanto! ¡Quedé electrocutado!
…No supe como podía reaccionar…
Me podía tirar por la ventana, pero mi compañero me obstaculizaba…
 …Y seguramente que mis pelos se habrán erizados hasta quedar como un puerco espín.  
En verdad, no supe ni qué hacer. Mucho menos hablar. Todo se detuvo.
Solamente sonaba ese escandaloso instrumento, que seguramente en un sitio abierto y amplio, uno podría escuchar los arpegios… Solamente pude “escuchar” volúmenes estereotipados.
…Mis tímpanos estaban a punto de: implosionar o de explotar.
A ciencia cierta, aún lo he podido describir.
¿Cómo se podía apreciar algo ante tanto bullicio…?
Uno de ellos cargaba una guitarra inmensa, grande, enorme…
Y por el volumen tan estrambótico de ese instrumento de viento, no lo pude apreciar y el pobre
le costaba mucho mantener su propio equilibrio.
(A pesar del escándalo, me pareció gracioso el ver los esfuerzos que realizaba para poder mantenerse en equilibrio y de llevar el ritmo.)
Un tercer ejecutante cargaba un violín… ¿Un violín…? ¿Y quién lo podía escuchar?
¡Yo no lo pude apreciar! Y este se meneaba tanto a la derecha como a la izquierda, como para atrás y para adelante. Ridículamente gracioso.
Un cuarto perteneciente a ese grupo musical, venía con un sombrerote grandotote el cual luchaba por mantenerlo puesto en su cabeza, a la vez que pegaba unos berridos…
Que para decir verdad…No supe apreciar.
Un quinto perteneciente, cargaba los sombrerotes del resto, ya que el cantante era el único que persistía en tenerlo puesto sobre su cabeza.
Y el sexto, quién no venía “disfrazado de charro” estaba haciendo las presentaciones de rigor.
Solo que yo, en lo personal, no escuché.
Pero en un instante en que todos se callaron, al parecer todos estaban de acuerdo, entonces el “presentador” a viva voz y con toda su emoción comenzó a presentar a cada ejecutante.
Primero fue el trompetista…Quien lanzó sonidos cada vez mas y mas altos, perdiéndose el poder escuchar su nombre.
Luego el de la inmensa guitarrón….
El del violín se lució, porque aparte hizo unos pases de “torero” que de “mariachi”, muchos de los presentes se levantaban y le lanzaban “vivas”.
Y cuando le tocó al cantante, primero se lanzó nuevamente el de la trompeta, el del guitarrón, el del violín…
Y por lo menos yo no le supe apreciar si tenía voz de: soprano, o de barítono o de bolerista.
O si era un guarachero. 
Y no bien habían terminado una melodía, cuando arrancaba con la otra.
La situación era harto insoportable. Por espacio de unos diez minutos estuvieron en su función.
Pero para mi…Fueron unas cuantas horas de suplicio.
Con ese calor extremo.
Con las peripecias de ese loco chofer.
Con el tráfico endemoniado que había en ese momento.
Pero no me quedó mas remedio que aguantármelo… ¡No tenía escapatoria!
Aguanté estoicamente todo.
¡Hasta que al fin, terminaron y su presentador comenzó a pasar su sombrero por cada uno de los que allí estábamos!
Y a los que como yo, no dimos ninguna propina…
Nos lanzaban pitas tan escandalosas…
No me quedó mas remedio que meter mi mano al bolsillo de mi pantalón y saque el primero que pude tocar.
Y el muy desgraciado, ni chance me dio de poder ver si era de baja, mediana o de alta denominación.
Me lo arrancó de mi propia mano, que aún no había sacado a plenitud.
¡Fue rapidísimo todo, ni tiempo me dio de pestañear!
¡No me dio oportunidad alguna!, ya que el trompetista me “atacó” con mucha vibración de su instrumento de viento, atrás venía el de la guitarra enorme, el del violín que no se me pudo acercar ya que hubiese tenido que pasar por encima de sus compañeros.
Y como para “justificar” esa acción, se detuvieron a mi lado y todos los instrumentos se enfocaron hacía mi persona.
¡Todo mi ser se estremeció!
¡Qué desfachatez!  Y este suplicio tuve que pagarlo.
Y hasta que no llegaron hasta el último…No se pararon.
¡Al final…Así como se montaron…Se bajaron!
¡Qué alivio! ¡Suspiré hasta que mis pulmones se quedaron vacíos!
Para mi asombro, mi compañero de asiento se levantó de forma espontánea y los aplaudió y vitoreo con mucha alegría.
¡Tan solo lo miré, sin pronunciar palabra alguna!
Luego se sentó y con la mayor naturalidad, sacó su “botellita” y se empinó un trago largo mientras tarareaba sin son esa horrible melodía.
Los ecos de esa terrible trompeta, retumbaban en alguna parte interna de mí ser.
El sordo y rimbombante sonido de las cuerdas, movían una parte vital de mi estomago.
Volvimos a la “normalidad” los gritos y maldiciones del chofer, quien no perdía ocasión para insultar a todos los que con seguridad: No le oían.
Y a mi lado…El pasajero desconocido.
Pasados unos segundos, me volvió a interrumpir.
(No deseaba tener ningún tipo de contacto con mas nadie.

Tan solo ansiaba que llegara mi esquina, en dónde mandaría a parar y poderme bajar…Completo de allí.)


“El pasajero desconocido”

- …Bueno como te venía diciendo. Yo estuve viviendo en esa época, allí en donde transcurrieron los hechos.
La cosa comenzó de la siguiente forma:
¿Conociste a la Inspectora Nora Araujo? – El rústico hablador era un hombre de apariencia muy desteñida.
Esta vida como que no ha sido muy benigna con él. Era mas bien una persona anónima.
De aspecto muy lóbrego, su chemise se veía además de vieja, se le notaba sucia y ajada.
Llevaba un cuñete que en algún momento fue el envase de pintura de caucho.
Por fuera se le notaba en muy buen estado.
Y dentro portaba una bolsa de hule.
Y bien escondida…una botellita de cocuy o algún licor de los más barato que venden en el mercado.
- …Y tal como te estaba comentando…
La Inspectora Nora, era una mujer de “armas tomar”.
¿La conociste? – Y yo me preguntaba en ese momento, claro en lo mas profundo de mi propio ser…Pensando…
(¿La Inspectora…Quééééé? ¿Qué le pasa a este tipo? ¡No me interesa, no me molestes!)
- …No.
- ¿Nunca oíste hablar de ella? – En realidad no estaba interesado en lo que me hablaba este hombre y menos después de verlo cuando en un descuido, se tomó un buche de ese licor apestoso…gasolina de avión.
- ¿No me escuchaste? – Me inquirió en forma directa y fue cuando le vi su cara de frente.
Aparentaba ser mucho mayor, de lentes todos rayados…seguramente era de mucho aumento.
Pero a pesar de que estaba tomando allí en ese espacio tan público, no le noté el aspecto de “borrachito impertinente” y por esa simple razón, volviendo y fijando mi atención en él, le pregunté…
- ¿Qué me preguntaste? Discúlpame…estaba absorto en otras cosas. – Me miró con una risita medio estúpida y me dijo…- Y seguí pensando…
(…Tendré que mudarme de puesto. Ahora si que me tiene fregado este tipo…)
- ¡El calor primo…es el calor! A todos nos vuelve locos. – Y no era para menos…Estábamos montado en un autobús y entre esas paradas ruidosas y esas aceleradas atormentantes, aunado a tantos y tantos vendedores ambulantes…por supuesto que son asfixiantes.
Y ya estábamos súper apretados. Es muy atosigante, desesperante.
¿Pero qué le podemos hacer?
Teníamos que seguir,  tratando de sofocar además de ese calor asfixiante, los ruidos que son para vivir como un desquiciado, el vaivén de un chofer que de repente le da un ataque de locura, acelerando o frenando o intentando pasar entre un espacio menor a tres metros, y que de repente le da otro ataque esquizofrénico y le da por entrompar ese monstruo que maneja como para tratar de intimidar a todos, para que ni se les ocurra ponérsele en su frente.
- …Esa Inspectora, esa si que era más macha.
No mascaba para caerle a tiros a tantos malandros que pululaban en Maracay.
- ¿En Maracay…Aragua…? – Le pregunté, porque en esa ciudad había vivido en alguna etapa de mi vida.
Él me sonrió, me hizo señas con sus manos de que esperara, ya que el chofer le había dado por acelerar con frenesí, haciendo ronronear el motor de ese pobre autobús.
Miré hacia el frente…
¡Dos carros pequeños iban por delante…los mismos!
(¡Mi Díos, apiádate de mí! ¿Qué culpa tengo de tener que utilizar este servicio? ¡Auxilio, socorro! ¡Alguien que someta a este loco chofer! ¡Plis!)
Al parecer encaraban una disputa entre esos dos…Uno quería adelantar al otro.
En una calle de dos vías. ¡Qué locura de estos orates! ¡Dios apiádate de mí!
Y el autobusero  pretendía que se echaran a un lado. ¡Qué pretensión!
¡Que le dejaran la vía libre, solamente para él. ¡Vivito ese desaforado!
¡Todo para él!  Como si todo lo hubieran hecho solamente para su arbitrio. ¡Qué bárbaro!
Pero no, ellos tenían su propio enfrentamiento. Lo que siempre pasa… ¿Y nosotros qué?
Así que no se lo permitieron.
Tuvimos que tragar saliva y aguantarnos, el hombrecito que manejaba comenzó a chillar y a rebuznar…Seguramente estaba en pleno frenesí. ¡Qué de riñones tiene ese desquiciado!
¿Y nosotros los pasajeros? ¡Que nos coma el tigre! No tenemos vida.
Quedamos en espera a que esos titanes en ruedas, resolvieran sus diferencias.
¡Y Dios es Grande!  …Yo me aferré a mi asiento… ¿Qué otra cosa podía hacer?
Uno de los “corredores” aceleró bruscamente…
Una cola de humo emergió de sus silenciadores y en cuestión de segundos…desapareció de la escena…El chofer aprovechó y aceleró también y logró rebasar al otro que atónito…
Se quedó con su bocota bien abierta.
(Y nosotros con el corazón en la mano)
En ese preciso instante y ante mi mayor impotencia, solo me quedó pensar lo siguiente…
(¡Qué de machos son estos dos cretinos! A nadie le importa para nada, a los pasajeros que cargan encima, nos exponen como si fuésemos “cochinos, marranos”.
Definitivamente no somos “nada”.
Y no hay Ley que nos ampare.
¿Qué nos pasaría si este “perol viejo” se le sale un caucho o se le caen…Los amortiguadores?
¡Desgraciados lunáticos son los que ponen a manejar estos “vehículos del siglo pasado”!)
En verdad que además del tremendo susto, me sentí indignado.
(Igual… ¿Hay otra alternativa, acaso?
Y nosotros pudimos respirar, muy aliviados.
Mi compañero de asiento, sacó a relucir su botellita de “gasolina de avión” y alzándola en vilo, me dijo…
- ¡He vuelto a nacer! ¿Quieres un traguito? – Me la enseñó y arrugando mi cara le repliqué…
- ¿Con eso “lavan las patas” de los gallos de pelea?
-  Ja, ja, ja, ja.  ¡Y lo beneficiosa que es! – Gracioso el amiguito – Murmuró, pero alcancé a oírlo.
- ¡Gracias compañero…Paso! – Y ni se inmutó…
¡Sonoro tragazo que se dio! Hasta eructó visiblemente.
- ¡Esto es solo para machos como yo! – Por lo visto se lo creía él mismo.
Me le quedé mirando y al instante le respondí…
- ¡Eso es para burro, mi amigo! – Tapó su botellita y la guardó.
Y enseguida arrancó con su relato…
- ¡Como te iba contando…! 
Esa mujer se echó al pico a más de una docena de malandritos. 
Fue su azote.
¡No les temía…Para nada!
Con contarte…Que se les enfrentaba…Ella solita.
No esperaba refuerzos ni nada.
En una ocasión andaba ella sola, y le llegó el chisme…Bueno tú sabes, esa gente de las policías, se pasan la información entre ellos.
O seguramente algún soplón…
¡Son muchos los medios que ellos tienen para conseguir esos datos!
La balacera fue espantosa.
¡Ella se batió solita contra toda una banda de facinerosos!
Eso fue en plena Av. Constitución y a pleno día…
¿No te enteraste? – Ya había captado toda mi atención.
Y me tenía asombrado, al escucharlo hablar con su correcta dicción, los silencios, el tono de su voz me delataba que estaba ante una tremenda dicotomía: ¿Su apariencia y comportamiento?
La de un indigente…Borrachito y viejito.
Pero al abrir su boca, me daba la impresión de que estaba ante un catedrático.
Que sabía a la perfección todo cuánto narraba.
- ¿No me dijiste que viviste también en Maracay?
- …Si, pero de verdad…Nunca me enteré…
- ¡Eso Salió por todos los periódicos y todo! – Y me miraba como si yo fuese un…Extraterrestre o algo parecido. Me hizo sentir muy incómodo.
- …Está bien…pero no me enteré. Pero sigue, sigue…
- Contaron… ¡Seis! ¡Fueron seis los delincuentes que ella misma liquidó!
¿Y no sabes lo que le pasó a ella? Verdad… ¿Qué no?
- …No…Lo ignoro.

- ¡Nada!

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Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): “Es mejor dormirtemprano…”-No te estés acostumb...

Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano):

“Es mejor dormirtemprano…”
-No te estés acostumb...
: “Es mejor dormir temprano…” - No te estés acostumbrando a quedarte despierto hasta muy tarde. – Sofía recriminaba a su joven sobrino...
ESTE ES MI CUENTO SEMANAL. HOY DOMINGO 29 DE DICIEMBRE DE 2.013,.



“Es mejor dormir temprano…”

- No te estés acostumbrando a quedarte despierto hasta muy tarde. – Sofía recriminaba a su joven sobrino, el cual no tenía sueño.
- Por lo visto tenés la mala costumbre de no dormirte temprano y te quedás despierto hasta muy tarde en la noche.
- Es que tía Sofía…No me da sueño.
- ¡Eso es lo malo! Te acostás tarde y te levantás:
¡Tarde!
Y claro está: ¿Cómo hacemos para que te levantés temprano? – La tía lo reprimía de forma muy molesta y José no encontraba la excusa perfecta.
- ¡Eso no me está gustando!
Vos te tenés que levantar temprano, tal como todos lo hacemos. ¡Tenés que dormirte ya!
- ¿Pero cómo tía? No tengo nada de sueño.
- Ve. Aquí en el campo, las cosas no son iguales que en la ciudad. 
A partir de mañana mismo, te llevo conmigo a todas mis diligencias. ¿Estamos?
Se por lo que me cuenta tú madre –mi hermana- que ustedes tienen la pésima costumbre de acostarse hasta altas horas de la noche.
¡Eso no está bien!
Y así se lo he dicho muchas veces a ella.
Y ella lo sabe.
- Tía Sofía… ¡Está bien a partir de mañana, salimos los dos!
¿Qué problema hay en que me quede leyendo?
- ¡Todos los problemas del mundo!
- …Pero cuales tía… - La tía era una mujer curtida en las faenas del campo.
Ese era su único mundo.
Toda su vida allí ha radicado y cuando iba a la Gran Ciudad, procuraba siempre acostarse temprano.
Y siempre su hermana le recriminaba:
“Estás como las gallina…Durmiéndote temprano”
- ¡No es eso!  …Es que me agobia tanto ruido.
Tantos carros. ¡Ruido por aquí, escándalo por allá…!
¡Uy no se como te pudiste habituar a todo este escándalo!
No puedo vivir así.
Ya debes estar sorda, no  puedo tolerar mucho tiempo todo esto. – La irritaba tanto trajín citadino.
- Pero allá en la Hacienda también hay ruidos… - Replicaba Teresa la madre de José, como tratando de justificar su estilo de vida.
- No puedes comparar los sonidos de la naturaleza viva. ¡Por favor! En el campo hay vida… ¡Aquí lo que hay es…!
Lo que se produce son: ruidos. Cacofonía.
Las cornetas de los carros, sus frenazos…
¡El smog…! ¡Estrés! 
En cambio allá te despiertan los cantares de los gallos.
Acaso hay algún mejor amanecer que este: ¡La alegría de vivir!
¡Eso siempre lo hemos tenido y desde pequeñas nosotras lo hemos oído!
¿Ya se te olvidó?
El cacareo de las gallinas, verlas juntos a sus pollitos…
Los sonidos que producen las aves. Sus cantos.
Los pericos, los loros el verlos y escucharlos cuando surcan los aires… ¡Ese si es un escándalo agradable!
Los patos nadando en su lago… Verles sus peripecias.
Deleitan los oídos. Inspiran a soñar, a vivir…
¡Es una delicia escuchar todo eso!
¡Es la Naturaleza viva y feliz!
Los mugidos del ganado te recuerdan que la vida se inició por aquellos lares.
Sofía era su única tía viva y se aferraba con todas sus fuerzas a sus raíces, a sus costumbres.
La hacienda era una herencia familiar y desde su abuelo, quién al morir se la dejó a su papacito y ahora que sus viejos ya habían muerto, pues le tocaba el turno al hermano mayor…Conrado.
Pero este prefería siempre la vida fácil y bullanguera de las ciudades, y desechó su herencia.
Nunca le importó. Y en sus manos… ¡Todo se perdería!
Prefería el licor, las parrandas y las mujeres fáciles.
Y Sofía, que ya era una mozuela…Tuvo que agarrar las riendas de esa propiedad.
Y desde entonces ella se transformó en: “la ama”
“La Niña” como también la llamaban sus peones de larga data.
Encaró cada faena, y tuvo que enfrentarse a los mas rudo y brutos de los peones…
Que veían en ella a una “mujercita” y que por el orgullo de su machismo, les costaba dejarse someter por ella.
Y ya había logrado someterlos a su voluntad.
Cada rincón intentó llenarlo, “tal como lo haría su papacito.”
Y lo estaba logrando, a pulso y con total dedicación.
Manteniendo férreamente sus riendas.
Olvidándose de dedicar  a su propia vida.
La hacienda “Brasilito” era una de las propiedades, de unas 150 hectáreas, con grandes rebaños de ganado vacuno.
Era muy duro para un hombre, como sería para una jovencita…Pero lo estaba dominando.
En esa propiedad pasaba el mayor tiempo posible, pero la otra hacienda: “La Panda” era cafetalera.
Y a ella acudía cada dos días.
Y todos los días, era una nueva carga.
Mantenía a los mismos hombres que su progenitor tenía, de ellos se valía para hacerse respetar.
Sofía veía en su sobrino al jovencito citadino.
Ya estaba logrando que se integrara con ella, ya lo estaba levantando temprano. Ya salían los dos. Pero…
No le gustaba lazar caballos. En ocasiones los montaba.
Poco le gustaban las faenas con las vacas.
Tampoco se interesaba por su ordeño y menos la elaboración de sus derivados como: Mantequilla, Suero o Quesos.
- Tía…Necesito leer estos libros. Pronto empezarán mis clases. Necesito ir adelantándome.
- ¿Y no lo puedes hacer de día?
- De día, ando contigo. Te acompaño a las propiedades. Estoy todo el tiempo acompañándote. – Ciertamente.
Ella lo levantaba de madrugada y hacía que anduviera todo el tiempo que pudiera con ella.
Se sentía segura. Aunque fuera un chamaco, pero por lo menos, tenía a alguien de su familia con ella.
Pero ya era muy tarde, y no era conveniente que se quedara allí, despierto.
- Mira hijo, no es que yo no quiera que te quedés despierto…
- Pero tía…No te preocupés, mañana me levantas temprano y te acompaño. Como todos los días.
- No es eso. No es eso.
- ¿Entonces qué será? – Ella se acomodó mejor, pero quedaba algo distante, decidió sentarse en la cama junto a su sobrino, apartando la silla en la que se había sentado.
- No es que te quiera asustar, pero es conveniente que te enterés por mí, a que te vengan a echar otros cuentos.
- …Dime…
- Hay épocas del año en que estas tierras se vuelven inhóspita, salvaje…enigmáticas…
- ¿…Estas tierras…?
- Estas tierras.
- ¿Y qué es lo que pasa…?
- ¡No te vayas a asustar! ¿Ok?
- OK. Arranca con tu cuento…
- “Hace mucho tiempo ya. En épocas de la Colonia, cuenta la leyenda que por estos mismos predios en donde hoy estamos viviendo, existía una tribu de indígenas, los cuales eran los verdaderos dueños de todo esto.
La hija del cacique, llamada: “Mara” se había enamorado muy perdidamente de un joven español.
Su padre, quien era el mas fuerte y poderoso de todos sus súbditos, ya les había declarado la guerra a muerte a todos los europeos, sin percatarse de que su bella hija.
¡…Se había enamorado de uno de ellos!”
- ¿Y entonces?
- …Entonces sucedió que uno de los guerreros de la tribu que se había enamorado de la joven princesa, descubrió este gran secreto. Y en vista de que se dio cuenta que de él no sería nunca…Decidió vengarse.
“Que si no era para él… ¡Menos de ese extranjero!”
Y se dedicó a romper con todo esto.
Su rencor iba en aumento cada vez mas y mas.
Pero no tenía pruebas y el Gran Cacique, nunca le creyó.
Una y otra vez, amenazaba a la enamorada.
Le decía que pronto mataría al blanco que le estaba destruyendo su gran amor.
El caso es que la espiaba de día y de noche.
Y en cierta ocasión… ¡Los encontró!
Los dos estaban besándose y amándose como unos locos llenos de amor.
Cobardemente soportó todo su desamor.
¡Y juró que pronto le arrancaría su cabeza!
- ¿Y eso hizo?
- …Ya vas a ver. En esa ocasión no hizo nada.
Se regresó a su tribu y la acusó con su padre.
Este corrió junto a un grupo de los suyos…
¡Y allí los agarraron!
¡A los dos juntitos!
A ella, él la maldijo.
A él, lo sometieron. Le cayeron a latigazo.
Lo golpearon a mansalva….
Y le arrancaron la cabeza, en presencia de ella…
Por supuesto que ella enloqueció.
No pudo soportar ver como corría la sangre de su enamorado.
Una vez que finiquitaron con su masacre…Regresaron.
Se alejaron de ese sitio. Y la dejaron sola.
Nunca mas supieron de ella.
- ¿…Y entonces…?
- “…Cuenta la leyenda que desde ese entonces…
Ella vaga por todos estos lados.
Unos aseguran que la han visto, caminando junto a un hombre sin cabeza…
…Otros alegan que no es así…Y que la ven…Desnuda.
Llena de sangre…Buscando vengarse de su desgracia…
…Muchos dicen que tiene los ojos llenos de: ¡Fuego!
Que brasas incandescentes brotan de sus parpados.
Aunque hay quiénes atestiguan que a quién han visto es a él…Caminando…Sin cabeza…Y a quién encuentre…”
- ¿…Qué le pasa…?
- “Quiénes así lo afirman…Dan su Palabra de Honor, que a quién encuentre… ¡No aparece…Jamás!”
- ¿…Y a qué hora…?
- Generalmente es o a las doce del medio día o de la noche…
¿Entiendes ya por qué no me gusta que te quedés leyendo hasta tarde?
- ¡Qué va tía…A otro perro con ese hueso!
- ¿…Ah no me crees…?
- Esas son leyendas urbanas. Lee tía y aprende que del campo han salido muchas historietas y leyendas.
Y son solamente eso: ¡Puros cuentos!
- OK. Está bien, el amigo es un: Señor muy Valiente.
No hay problema.
Te dejaré solo. Pero si te daré algunas señales…
- ¿Señales, de qué me estás hablando?
- …A medida de que pasen las horas…
…El Imperio de la Oscuridad, amplía su reino…
Solamente sus súbditos tienen la venía de poder circular y hacer cuanto les plazca. ¡Solamente a ellos!
…Y con los extraños, los petulantes y engreídos…
Son sometidos y descuartizados…
¡No hay piedad con los ilusos y tontos!
No es recomendable que vayas al sanitario.
No es aconsejable que lo hagas.
- …Bueno en eso si que tienes razón tía linda.
¿Cómo es posible que la letrina esté…Afuera…A quinientos metros de la casa?
- …Por los olores hijo. ¿No te lo dijo tu madre?
- A mi no me gusta para nada esto.
¿A quién se le ocurre hacerlo así?
- No es muy inteligente que te expreses así de tus antepasados.
Ellos lo hicieron de esta forma, y así se quedaran. ¿Ok?
Además tu madre no te comentó que uno de nuestros parientes fue un cazador de “Cabelleras” y que mató cantidades enormes de ellos y que hoy en día vagan por todos estos montes… ¿No te contó…?
-  No. ¿Y si me dan ganas a media noche?
- …No te recomiendo que salgas…No se si te reconocerán como a uno de los nuestros o…Me estoy refiriendo a nuestros Queridos Muertos…
Porque si te reconocen, puede ser que no te ataquen…
Además en esa oscuridad, reinan los espíritus, los demonios… ¡El Diablo ciega a sus victimas!
Aparte de las fieras nocturnas. ¡Que son muchas!
- Creo que es mejor que no salga. – Le aseguró él, ya tenía sus ojos brotados y le notaba un poco inseguro…
 - ¿Te imaginas que este “pujando” y me llegue…Un cochino, marrano? – Miraba aterrorizado a su tía…
- …O esté orinando y me salga una… ¿Pitón? – La tía lo interrumpió e indicándole con su dedo le agregó…
- ¿…O te salga el “Hombre sin cabeza”?
¿…O la princesa llena de sangre…?
…Que venga un demonio y le gustes…
¿Qué crees que te pueda hacer?
…Por estas razones mi querido sobrinito que está full de libros y de mucha sapiencia…
Es mejor que apagues tu luz y te dediques a…Dormir.
Porque ya no estás en tus dominios…
Estas en los dominios mas inhóspitos, crudos y salvajes…
En donde es “inteligente” escuchar la voz autorizada de tu querida tía, quién te quiere y te adora.
Y que sufriría mucho, si en la madrugada vuelvo a ti, para despertarte…Y ya no te consiga…Nunca mas.
¿Me entendiste…? – Su joven sobrino no le contestó en el acto.
Por primera vez, notó que se quedaba callado.
Siempre hacía mofa de este tipo de relatos.
Pero en esta ocasión, notó que estaba en suspenso.
Callado y meditando todo lo que le había informado.
Acercándosele le dio un tierno beso en la frente a manera de despedida.
No se movió.
Y cuando ella quiso dar media vuelta para retirarse, sintió que él la jalaba para retenerla, volteó para verlo mejor, y el le respondió…
- Querida y bella tía. Por esta noche: ¡Voy a velar tu sueño!
…No vaya a ser que se te aparezca algo y ya  yo no te pueda defender.
Así que por Hoy: ¡Dormiré contigo…Para defenderte, por si acaso!
La tía se sonrió y aceptó su ofrecimiento.
                                                 -  .  -
Maracaibo; 29 de diciembre de 2013.

Belbaltodano.-

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Mañana Domingo....Nuevo cuento....
“Es mejor dormir temprano…”


- No te estés acostumbrando a quedarte despierto hasta muy tarde. – Sofía recriminaba a su joven sobrino, el cual no tenía sueño.
Mañana: Domingo 29 de Diciembre de 2.013.-