"En la sombra" - Relato de media noche.



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“En la sombra”


En verdad no sabría decir qué hora es, presumo que debe ser cerca de la medianoche y estoy manejando desde esta mañana… ¿Serán cuántas horas…? Si salí a eso de las ocho de la mañana; almorcé a eso de las tres de la tarde, y ni siquiera me he detenido a descansar; tan solo a pararme a llenar el tanque de gasolina de mi carro.
…Entonces, deben ser muchas las horas que llevo conduciendo y en esta oscuridad espantosa.
No veo luz cercana, miro al cielo y no logro divisar ni una sola estrella. Entonces estoy en una noche sin luna y ando por un territorio a oscuras. – Sus ojos se le cerraban solo, y en realidad estaba sumamente agotado. Pero a lo lejos divisó una luz tenue.
Aceleró en su ansia de poder descansar.
En la medida que transcurrían los minutos  -que le parecían una eternidad-  se fue acercando.
Hizo esfuerzos sobrehumanos para no quedarse dormido. Bostezaba a cada instante.
Se cacheteaba con insistencia su rostro y eso era lo único que lo mantenía mas o menos “despierto”
¡Al fin! Divisó el sitio y en la medida que se acercaba, mayor iluminación encontraba.
Se alegró y se animó.
- ¡Ojalá consiga en donde dormir! No aguanto mas.
Pronto divisó los surtidores de una gasolinera.
Vio uno que otro carro. Y en la medida en que se acercaba, comenzó a verificar a personas que por allí deambulaban.
- Aprovecharé para echar gasolina al carro. Comeré un poco y espero conseguir una habitación. – Eran sus pensamientos primarios.
Bajó la velocidad…A casi diez kilómetros por hora, y el bombero le hizo señas para que se ubicara al lado del surtidor de gasolina.
- ¿Cuánto?
- Llénelo. – Apagó el motor y le entregó la llave. – Y chequéele el aceite, el agua y todo, por favor.
El hombre la recibió y procedió a abrir su surtidor y llevar la manguera.
Lo observó por un instante, y luego procedió a abrir la portezuela y se bajó. Se sentía muy pesado.
Le costó, pero cuanto puso sus dos pies sobre el pavimento, se animó y salió. Se dirigió a un pipote que contenía agua y hundió su cabeza en el.
- ¿Viene de muy lejos? – Le preguntó el empleado.
- Muy lejos. Y llevo demasiado tiempo en el volante.
¿Dónde está el sanitario? – El dependiente le indicó con una mano mientras introducía la manguera y comenzaba a surtirle el combustible.
El viajero arrastró sus pies y se dirigió hacia el sanitario. No miraba nada en específico, tan solo deseaba despejar su vejiga…
Y absorto como iba, no se fijó que una joven lo estaba siguiendo con su mirada y cuando pasó a su lado, ella se le adelantó y le dijo…
- Buenas noches señor…
- ¡Ah buenas noches!
- ¿Usted me podría dar “la colita”?
- ¿Y para dónde vas…?
- Es que me voy a casar y me urge llegar a mi casa.
- …Si me esperas unos minutos…
- No hay problema, yo lo esperaré cerca de su auto.
- Pero también necesito: comer y descansar.
- No se preocupe, yo lo esperaré. – El viajero no le prestó mucha atención y entró al sanitario.
Hizo su necesidad. Se enjuagó nuevamente su cabeza. Y después de unos minutos salió.
- ¿Podría hacerme el favor de llevarme?
- Ah todavía estas por acá. ¡Si claro que si, tan solo permíteme que coma algo! ¿Y qué hace sola una jovencita por estos lados y de noche?
- Verá…Me llamo Verónica. Y soy una estudiante y vengo saliendo de la universidad. El carro en donde venía tuvo un accidente y no me quedó mas remedio que venirme a pie. Es que  mañana me caso y necesito llegar a mi casa.
Por favor… ¡Lléveme!
- …Ya te dije que si. Pero al menos déjame comer.
Tomar café, algo.
Espérame por acá mismo que ya no tardo.
O entra conmigo y cenamos juntos. ¿Ya comiste?
- Si. Por mí no se preocupe, yo lo esperaré cerca de su auto. – No le dio mayor importancia y en vista de que no le aceptó la comida, procedió a entrar al restaurant y se sentó en la barra.
Pidió algo de comer y que le sirvieran café.
Distraídamente chequeó hacia la dirección de su carro y vio que todavía el hombre seguía en su faena.
El mesonero se veía muy adormilado y comenzó a buscarle conversación, como para despabilarse.
- ¿A cuánto queda de aquí la próxima bomba?
- Depende de adónde vaya.
- Bueno me dirijo a Maracaibo.
- En ese caso…A mas o menos unas cuatro o cinco horas.
- ¿Y hay habitación disponible?
- No. Y por estos lados no hay. Pero puede quedarse a dormir en su carro. Nosotros tenemos vigilancia y aquí nada malo le podrá pasar.
- Me gustaría, pero no puedo.
- Con esa cara que tiene de cansancio, no creo que pueda seguir mucho tiempo tras un volante, mire se puede acomodar por ese lado, que hay sombra y nadie lo va a molestar. Y le diré al vigilante que le esté echando una miradita, para que pueda dormir plácidamente.
- Me gustaría…Pero es que hay una chica que me pidió una cola y… - El hombre se le quedó mirando fijamente y en el acto le interrumpió para hacerle una pregunta…
- ¿Viene vestida con una blusa verde y pantalón jean…?
- Si.
- Por casualidad ¿le dijo su nombre…?
- Si. Me dijo que se llama: Verónica.
- ¿Verónica…Otra vez…?
- Cómo ¿que “otra vez”?
- Le dijo ¿que mañana se va a casar?
- En efecto. – Contempló en el acto como el hombre se le puso pálido y vio cuando corrió hacia la puerta…
- ¿Cuándo la vio?
- Hace minutos. Iba al baño y en el camino, me llegó y me pidió el aventón… ¿Por qué? – El mesonero llamó al bombero y le preguntó.
- No. No la he visto. – Los dos hombres se miraron asombrados. Se les notaba muy angustiados.
- ¿Y qué es lo que pasa con esa jovencita? ¿Ya se fue?
- No señor. Ella no está aquí. – Le dijo visiblemente nervioso el de la barra.
- Ella…Ella murió en un accidente hace mas de diez años. Y en noches como esta…Es cuando aparece…-
Pronto se vio interrumpido por el bombero, quien con los ojos desorbitados les agregó…
- ¡Con razón, con razón!
- ¿Con razón qué?
- …Cuando llegó el señor y me habló…Yo sentí un frio que recorrió por toda mi espalda.
¡El frio de la muerte!
- ¿Cómo es la cosa? Ustedes me están diciendo ¿que hablé con “una muerta”?
- Así es. Y cuenta la leyenda que a los que los que se la llevan…Aparecen muertos en la vera del camino…
- ¡Mejor se queda con nosotros! – Le recomendó el bombero. Pronto la noticia se regó entre los escasos trabajadores de esa estación gasolinera.
Todos se murmuraban entre si y lo miraban con espanto.
- No es conveniente que siga. – Le aconsejó el vigilante quien se había acercado al escuchar los rumores.
- ¡Pero si la vi y estaba viva! No puede ser que ustedes me aseguren que ella está muerte. ¡No lo entiendo! – En verdad no lo entendía, pero en verdad todos me lo aseguraban. Y me entró esa duda…Mis piernas comenzaron a temblar de una forma por demás ostentosas. No supe qué acción debía asumir. Me desconcertaron todo.
- ¡Ella se lleva a todos los hombres  que se la llevan! – Le aseguró el dependiente del restaurant.
- Háganos caso. Mejor es que se quede…
Debe ser que hoy se está cumpliendo un año mas de su accidente. En efecto ella se casaba al día siguiente y por ese bendito accidente… ¡Todos murieron! Y cuentan por allí…Que entre todos ellos hacen un festín con el que se la lleve…
- Un frio espantoso me hizo tiritar. En efecto, claro que temí por mi vida. El sueño se me espantó.
¿…Pero qué podía hacer…Continuar…?
…No creo mucho en fantasmas ni aparecidos…

…Pero ya como que no me están dando muchas ganas de seguir en ese duro viajar…
Mi cuerpo me reclama descanso… 
(Pero no con ella…)

Mis reflexiones...





“Mis reflexiones…”

“Un  canto  de  amistad, de  buena  vecindad  unidos  nos  tendrán  eternamente…”
Dice aquel famoso himno, del cual ya parece que estamos padeciendo.
No es posible que el pueblo mismo se desate en esa locura de cobrar lo que le de su gana.
Contemplo como en la actualidad…Casi todos (¡Por no decir todos!) aumentan descaradamente sus precios.
¿Por qué estamos próximos a esta navidad?
¿Así la vamos a celebrar?
Ahora le está tocando a todos los que trabajan en el transporte público.
Buses, carros por puestos y taxis.
 Fijan sus precios… ¡A cómo a ellos les da su gana!
No puede ser que a nivel nacional impongan un aumento de la carrera mínima.
Digo que no puede ser: ¡Pero es así!
¿No hay Ley que los regule?
¿Hasta cuándo atropellan a su “propio pueblo”?
Y los comerciantes en general… ¡También!
O sea que en este país se está produciendo una:
“Guerra sin cuartel” en dónde ¿todos somos enemigos y debemos matarnos los unos contra los otros?
…Será que eso de “sensibilidad social” y “Moral y Luces son nuestras primeras necesidades” ha quedado en ¿los libros de historias de esta nación?
Es una lástima. Pensé que entre nosotros había un “principio de humanidad” pero al parecer han: “Abierto la Caja de Pandora” y todos los demonios andan suelto.
¡Dios Salve a este pueblo!
Porque pueblo contra pueblo se ha desatado una persecución de ¿quién gana mas que quién?
…Ojalá se calmen esos espíritus revoltosos…
…Ojalá que volvamos a querernos nosotros mismos…
Ojalá. Espero que así sea, pues lo que estoy contemplando es ¡el propio canibalismo!
“¡Dios apiádate de todos estos carniceros, ególatras del Dios Dinero, que solamente piensan en llenar sus bolsillos, sus alforjas!
Y no se dan cuenta que nos estamos destruyendo como Hijos de Dios.
¿…Por qué su avaricia es primordial…?
¡Solo piensan en ellos!
No toman en cuenta que todos nosotros también estamos padeciendo tantas necesidades…Como ellos.
Y sin embargo, nos roban, nos quitan lo nuestro… ¿Hasta cuándo mi buen Dios?
…Hasta cuando existirán esos caníbales…
¿Será que este es nuestro fin?”



Venezuela somos todos, unidos.

Ceretones...



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“Coro”
“Los ceretones”
Relato de misterio, leyenda urbana…

Mi  anfitrión…Nuevamente afloró su sonrisa mientras estrechaban sus botellas de licor.
- Le contaba acá al amigo… ¿Cómo es que es tu nombre? ¡Cónchale debe ser “agarrado” porque nunca me recuerdo de tu nombre!
- Adrián. – Le recordó en el acto el recién llegado mirándome en el acto y diciéndome…- ¡Tremenda referencia puede dar de ti! ¿Y cómo se te va a olvidar el nombre del amigo chico? ¡Esa es una ofensa, y recuerda que nosotros los coreanos nos distinguimos porque tratamos muy bien a nuestros amigos! ¡Máxime si es nuestro invitado!
- ¡Cierto, cierto! Lo que pasa es que ese tu nombre, no es tan común  -digo entre nosotros-  ¿verdad camarada?
- Es cierto. Pero mientras sea tu invitado… ¡El respeto debe imperar! – Y hablándome directamente me dijo. - ¡No le hagas caso! porque allí donde tu lo ves…
Él tiene mas de ciento cincuenta años…
¡Y ya se le están olvidando las cosas! – Todos los del salón exclamaron gritos de sorpresa  -y yo que pensé que nadie mas nos escuchaba-  pero no, todos tenían uno de sus oídos prestos a los relatos del amigo en cuestión.
- ¡Y lo mejor! ¿No se lo cree, verdad tú…? – Entendí que todo era en broma y me uní a su festejo.
Nuevamente estrechamos las cervezas y de inmediato Miche le hizo una nueva seña al dependiente…
-   ¡Si tres! – Nuevamente la operación anterior y de nuevo guardamos silencio hasta que el anciano anotara el nuevo monto y recogiera ahora tres botellas vacías.
- Le contaba Gonzalo al amigo…al amigo…Bueno le contaba lo de los brujitos que se “convierten en pájaro” y se posan en las ramas…
- “LOS CERETONES” – Se escuchó clarísimo. Una voz de ultratumba…Como un eco, y por lo que pude ver…Nadie asumió su autoría.
Con mi mirada le pregunté a mis compañeros de tragos…Pero se hicieron “los locos”  Gonzalo tan solo dijo a manera de comentario…
- ¡Vacié…!
- ¡Ah mundo…! – Remató el mismo eco. Ninguno se hizo el aludido, apuraron su trago y miraron hacia abajo…
- ¡Los ceretones espían a las chicas lindas y bonitas de Coro!  …Salen en noche oscura…Se amparan de lo profundo, inhóspito… ¡Allí es cuando atacan!
¡Y eso es rigurosamente cierto! Y es que se han conocido casos en los cuales, hasta las secuestran,
- ¿Entonces la cosa es en serio?
- ¡Así mismo Adrián! – Afirmó el educador en su correcto hablar. – Y lo mejor es que “someten” a la mujer y la hacen que haga las cosas mundanas que de ellas esperan… - Y mientras relataba con tal exactitud y decoro, que en mis pensamientos  hasta llegué a pensar… “Ojalá pudiera dominar a mi mujer y hace que me obedezca ¡en todo!”  ¡Claro en mis pensamientos…Soy el dueño…Je, je, je…! – Pero  mis pensamientos fueron interrumpidos…Debía prestar atención a todos ellos.
- Es mas hace poco, los muchachos descubrieron a uno de ellos… ¡Y lo cazaron! Lo persiguieron…
¡Y a piedra lo tumbaron y lo remataron cuando cayó en el suelo!
¡Allí mismo quedó! y cuando estaba en los estertores de su muerte…
¡Se transformó en un hombre!
¡Lo juro por la salud de mi madre! – Me afirmó el hombre mientras se santiguaba y se besaba sus dedos que hacían la señal de la cruz, el de la universidad aligeró su trago y de inmediato alegó…
- ¿Ese fue el mismo caso que se dio por “Los Tres Platos”? (Porque ese ¡sí que fue ciertísimo!)
- No Gonzalo, ese fue otro caso. ¿Viste que no te miento? – Me dijo con su cara de lo mas serio.
- El que menciona el profe se dio hace…Como seis meses. ¡Y todos aquí en este pueblo lo supimos!
Pero el caso que estoy narrando se dio por los lados de la avenida “Rusbelt”  -¿Así se pronuncia, cierto?-
Por los lados del banco de Coro…Cerquita de dónde estamos… ¡Mira se me espeluca el cuerpo!
- ¡Ya  me recuerdo! – Asintió el educador, mientras otros que estaban bebiendo produjeron un grito de emoción y uno de ellos gritó…
- ¡Yo mismo vi el cuerpo del brujo! Porque cuando cayó era un pajarraco grandote… ¡Así de grande!     – Afirmaba extendiendo sus brazos-  ¡…Pero cuando cayó! en medio de un charco de sangre…
(¡Sangre negra… ¡Sucia y maloliente!)
¡Era el cuerpo de un hombre, como de unos cuarenta años!  ¿Alguien de aquí duda de mí…?
¡Porque yo lo vi, y a mí nadie me viene a echar cuento alguno! – Todos se unieron al relato a pesar de que no estaban invitados.
Pronto Miche levantó su mano y le indicó al mesonero…
- ¡Trae tres mas una para el caballero aquí presente!
- ¿O sea…Cuatro?
- ¡Exacto! – Y volviendo a mí me exclamó- ¿Todavía lo estás poniendo en duda? – No me quedó mas remedio…(Tuve que asentir… ¿Qué podía hacer?)
Me encontraba cercado, puesto que en el acto se acercaron dos mas, afirmando y jurando por la salud de sus madrecitas, que todo eso era cierto.
El amigo volvió a levantar su mano e indicándole al hombre de la barra…
- ¡Trae dos mas para estos nobles caballeros!
- ¡Es cierto, y lo juro! ¿Verdad tú? – Le preguntaba a su “ya mareado compañero”
- ¡Lo certifico! Por cuanto  -aunque no estaba en “primera línea”, estaba detrás de este y si él dice que ¡así fue! ¡Pues así es, lo certifico! – En un momento ya el grupo se había agigantado…Nuevos testigos se sumaban en esa contienda. (Cada uno traía su botella y la sumaban a la cuenta nuestra…)
Tuvimos que ir abriendo el cerrado circulo que en principio era de dos…Cuando llegó el erudito…Tres y ahora… Tres mas y por lo que estoy viendo…
¡Todos querían servir de testigos! Cinco, Siete…
Y se iban sumando a granel…
Una y otra vez el amigo levantaba su mano, y ordenaba trae mas, otra ronda…
¡Apúrate que se me está calentando!
(Aquello se me estaba asemejando a un festín que no tenían fin…De repente todos allí me querían convencer…)
¡…Mejor me voy, porque a la hora de pagar…!



Belbaltodano.-

Este es un relato de...Muertos...Espiritus y aparecidos...



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“Coro”

- …Es un demonio que se disfraza de pájaro…Y vuela…Salta como los pajaritos en la hierba y te mira con ojos muy fijos… ¡Que te hielan la sangre…!
Y se encarama en las ramas de los árboles…Y espía a las doncellas cuando en su cuarto se desnudan para cambiarse de ropa.
Y son muy peligrosos, se enamoran de las mujeres y las someten. ¡Es cierto! – Quién así me hablaba era uno oriundo de esta hermosa y enigmática capital…Coro la Legendaria y Siempre Viva.
La de sus calles empedradas, la de millones y millones de historias y de leyendas urbanas…
La de frescas y muy coloridas calles…Monumentos…
- ¿…Veo que no me crees…? – Me afirmaba Miche, quien con su mirar alegre y su siempre sonrisa a flor de piel, me relataba esas picantes historias de ultratumba y es que nos encontrábamos en el bar de la esquina de su casa.
- Vamos al estilo “americano” Mitad y mitad
– Me hizo la salvedad, antes de empezar…
Un caserón viejo y desgastado por sus muchos años de uso, y quien lo regentaba era otro viejo  -tan antiquísimo como su pueblo-  y en un descuido mío, Miche le hizo señas con los dedos…
- Tráenos: Dos – El dependiente ya entendía lo que este buen hombre le estaba pidiendo y de inmediato dio media vuelta, abrió una de sus neveras y buscó…
- ¿”Vestidas de novia, Miche”? – Le consultó mientras ya el amigo se volvía a enfrascar en ese relato, el cual ya en verdad no deseaba seguir escuchando, pero que él no me hizo caso alguno.
Desvió su mirada y le hizo una señal de triunfo, e inmediatamente continuó conmigo…
- Mira loco, es cierto.
- Pero me parece una locura… ¿Cómo se te ocurre decirme que un demonio se viste de pájaro nada mas para estar “visteando” a una muchacha…?
¿…Y no es mejor, lanzarle un conjuro o algo…?
¿Es que estás loco?
- Te parecerá una cosa de locos… ¡Pero es así!
Escúchame, conozco a varios que se las tiran de “brujos” ¡y es que lo son! Esos tipos practican “la magia negra” y créeme… Son elementos muy peligrosos y dañinos… ¡Y nunca te dan la cara!
…Pero es que son ¡malísimos! Y son capaz hasta de embrujar a su propia madre…
¡No es para menospreciarlos! – Calló en el preciso instante que el señor nos traía dos cervezas blanquitas por el hielo, mientras le decía…
- ¡Aquí están dos! “vestiditas de novia” y acto seguido borraba con su mano la cantidad que ya había anotado, sumándole dos cervezas mas…
Su blanca tiza hizo el ruido necesario y cuando ya se hubo cerciorado de que su suma estaba bien y de que estaba bien anotado, recogió las botellas vacías y se las llevó a la caja que mantenía a un lado.
Descubrí que los dos habíamos seguido paso a paso todo este trajinar, al instante Miche levantó su cerveza y esperando a que yo hiciera lo mismo, procedimos a chocar las dos botellas, mientras exhalaba diciéndome…
- ¡Salud!
- ¡Salud pues! – Le respondí y acto seguido ambos nos tomamos un “buchecito de ese líquido”
- ¡Ah qué vaina tan rica! – Me dijo una vez que hubo eructado y exhalado con todo su apremio. - ¡En el cielo debe estar el que la creo…Por la Gracia Divina!
¡Se ganó el cielo! ¿Verdad que sí?
Se restregó sus manos, luego se pasó su mano derecha sobre su boca y volviendo su mirada al resto del salón, descubrió a otros parroquianos y los saludó siempre con esa sonrisa tan rápida que siempre ha ostentado.
- ¡Epa Gonzalo! ¿Cómo estás tú? – Y dirigiéndoseme a mi persona me dijo casi en un susurro…
- Este loco es profesor de la universidad, de acá mismo de Coro. – El susodicho ya se encontraba a escasos unos cinco metros y de inmediato le hizo señas al de la cantina y le ordenó…
- ¡Tráele otra al profesor! – Ya el catedrático le estaba estrechando las  manos y después se fundieron en un abrazo de amigos.
- Mira te presento a un gran amigo… - Y dirigiéndose a mí, me preguntó casi en susurro…
- ¿Cuál es tu nombre chico?
¡Cónchale tú debes ser bien pichirre!
(…Es que nunca me recuerdo…Debes ser muy ¡”agarrado”!)
- ¿Pichirre yo? – Le dije en el acto, mientras me levantaba de mi silla y le daba mi mano al recién llegado…
- ¡Mucho gusto me llamo: Adrián!
- ¡El gusto es mío…Yo soy: Gonzalo! – Y dirigiéndose en el acto al anfitrión, le preguntó…
- ¿Y eso, tan temprano por aquí…? Un hombre “tan trabajador y sufrido” como tú…
- ¡Ah bueno Gonzalo! es que me conseguí al amigo acá presente y bueno nos conocimos y me lo traje para acá, tu sabes para libar unas cervecitas.
- ¿Y el amigo de dónde es? – Y mirándome de frente me agregó…
- Porque nunca antes lo he visto por estos lados…
- Soy un viajero y me he encontrado a este galán otoñal y me ha invitado a que nos bebiéramos unas cervecitas…Y aquí nos encontramos.
- ¡Ah con este se pasa uno un momento muy agradable! – Lo dijo refiriéndose al amigo que nos presentó y de inmediato me alertó…
- Mire compañero con este “gran carajo” se la pasa uno con los pelos de punta. ¡Mosca pues! Porque los espíritus, duendes, hadas y demonios deben estar muy cerca…




…Mañana finiquita este relato….

¿Ah te estás burlando de mí...?





Conversaciones con don  Carmelo


¡La vida…!  ¡…La vida, mi “querido saltamontes”!


Nov…27…2.014.-


Pero lo cierto es que uno de esos individuos  -con apariencia de indígena, feo para mi gusto…(Y no te estoy diciendo, como tampoco quiero que me “mal interpretes” puesto que ya te conozco y sé que eres…”de malos pensamientos”)-  se abalanzó en medio de nosotros y con pistola en mano…
¡Me miró y torciendo “su jeta”! (porque eso era lo que tenía…) y me dijo…
- ¡La mujer que es ajena…Se respeta! – Todavía yo, le hice señas de que no entendía lo que me quería decir y sin decirme mas nada… ¡Cerró sus ojos y Pum, Pum!
- ¡Me pegó un pepazo!
- ¿Cómo sí? – Estaba perplejo. No entendí como una tan historia de amor, fuera ese desenlace tan violento e inesperado.
- ¿Cómo? No entiendo. – Le volví a repetir con toda la insistencia que ese caso ameritaba.
- ¡Qué esa bestia me pegó un pepazo!
- ¿…Con la pistola…? – No logré asimilar muy bien, y se me soltó esa pregunta que al parecer era “medio tonta”. Pero ya era muy tarde, sus lentes se le movían de la cólera repentina…
Temí que me diera ese mismo trato a mí…Y lo digo por mi imprudencia.
- ¿”Qué parte” es la que no E N T I E N D E S…? – Comprendí que se me había alterado mi “echa cuentos”, me quedé sin respirar. Ni siquiera no me moví…Y sin querer bajé mi vista al suelo mientras por dentro me decía…
(¡No pego una con este viejo! Y si me preocupo… ¿Es por qué me preocupó…? 
…Y si no le digo nada…Es porque no le digo nada.
¿Y entonces qué…? Mejor es que me haga “el yo no fui” y esperemos a ver con qué me va a salir…)
En verdad no supe si me seguía “matando con su furiosa mirada” (Pienso que se calmó a si mismo)
- ¿Qué es lo que no me entiendes…? – Su pregunta me la hizo arrastrando silaba por silaba, sin importarle para nada mi intención.
- Lo que no entiendo es que si ese tipo lo amenazó con una pistola… ¿Por qué le dio un “pepazo”? En vez de pegarle: ¡Un tiro y ya!
- ¿…O sea que “problema” es semántico…?
- Semán… ¿Qué?
- Mira es mejor que dejemos eso de “¡ese tamaño!”
- …Bueno…Esa es mi impresión…Sin ofender, ¡claro está!
– En esta ocasión me miró con una mirada que hasta llegué a pensar que sus espejuelos…Se le iban a fundir. Pero se contuvo. Cerró sus ojos, se quitó sus lentes y procedió a limpiarlos con toda la parsimonia que el caso ameritaba.
¡No supe ni qué decirle! Tan solo me quedé allí “como perro regañado”
Comenzó a tararear una de sus musiquitas que tanto le agradaban. Se guardó su pañuelo, se puso sus gafas, tosió y fue cuando arrancó de nuevo…
- ¡Compañero…Me da la impresión de que usted “me está tomando el pelo”!

- ¿Quién YO? ¡Soy incapaz!

"Cachirulo"



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Cachirulo
“Un hombre muy rudo”


Esta novela la escribí en Nov. De 2. 012 y trata sobre las andanzas de un delincuente juvenil, hoy en día ya fallecido. Murió como vivió.




- …Una de las mujeres…
- ¿Ah, fue una de tus rameritas…?
- …Bueno, no es que sea mía…
Así como así…
- ¿Y de quién es?
- …Nos ha estado pasando información.
Y ya la hemos verificado.
Todo está conforme, en verdad
Mí coma…
- No me confío en esa gente…
¿Y en dónde está ese…Traidor?
- …Bueno, jefe…Nos ha estado ayudando…
- …Traidor es traidor…
- …La verdad, es que…
- ¡El que traiciona hoy…
Lo repetirá mañana…!
- ¿…Entonces qué hacemos…?
- ¡Nos aprovecharemos de su traición!
Y le seguiremos el juego.
Pero a ése…Una vez, que hayamos conquistado ese territorio en su totalidad. Una vez, que yo sea el Rey indiscutido…
Me lo eliminas… ¡Y ya! ¿Estamos claros?
- Clarito mi coman, no se preocupe.
- En mi organización no acepto: ¡Ni traidores, ni hipócritas, ni cobardes!  ¿Estamos?
- Claros como el agua.
- No lo quiero cerca de mí.
Y lo aguantaré, sencillamente porque es de mi interés…Por ahora.
Pero una vez concluido todo: Ya no existirá más. ¿En dónde está ese maldito?
- …En su territorio…
Esperando un salvoconducto  firmado por usted, para poder acercarse acá…
- ¿…Será una trampa?  ¡No me fio de ése!
- …Ya lo tenemos más que verificado, jefe. ¡Está asustado y tiembla solamente al escuchar su nombre!
¡Es más, está cooperando con nosotros!
- ¿Y por qué?
- …Se la tiene jurada al segundo…
- ¿Seguro, que no es una trampa?
- ¡Seguro!
- ¿Y él conoce, a nuestras espías?
- Ninguno conoce a ninguno.
Hemos sido, muy cuidadosos.
¡Eso nos lo enseñó usted mismo!
¡Confíe en nosotros!
- ¡Yo no confío,  ni en mi madre!
Mira Atorao, no podemos confiarnos en nuestros enemigos. ¿Entendiste?
- Ya le hemos puesto, varias conchitas de mango…
- ¿Y?
- ¡Todas las pruebas las ha pasado!
- No me confío aún. Hazle creer, que yo le estoy creyendo…
Síguele su macabro jueguito…
- ¿Se lo mando a traer?
- ¡Que no! ¿No me entiendes?
¿Qué tiene preparado…?
- …El quiere que asaltemos el cuartel general de ellos…
- ¿Ah, sí…Y cómo lo vamos a hacer?
- …El le ha mandado a decir, es que le enviemos una tropa de asalto y sorprendamos a esa gente, hoy en la noche…
- ¿Y por qué hoy?
- Al parecer, hoy se van a repartir unos “Trabajitos” que ya hicieron.
Nos informan  que la tropa, están muy descontentos. Y que…
- ¿Qué están muy descontentos y por qué…?
- Según nos ha mandado a explicar  su jefe, les está robando…
- ¿…Les está robando  a su gente, a su tropa?
- Sí. Eso nos lo ha mandado a decir.
- ¿Y entonces?
- Él y un grupo numeroso  descubrieron el robo y ahora, se quieren cobrar y vengarse de tanta maldad de su jefe.
- ¿Y cómo cuántos hombres, está pidiendo éste?


…Este relato continuará….