Este es un relato de...Muertos...Espiritus y aparecidos...



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“Coro”

- …Es un demonio que se disfraza de pájaro…Y vuela…Salta como los pajaritos en la hierba y te mira con ojos muy fijos… ¡Que te hielan la sangre…!
Y se encarama en las ramas de los árboles…Y espía a las doncellas cuando en su cuarto se desnudan para cambiarse de ropa.
Y son muy peligrosos, se enamoran de las mujeres y las someten. ¡Es cierto! – Quién así me hablaba era uno oriundo de esta hermosa y enigmática capital…Coro la Legendaria y Siempre Viva.
La de sus calles empedradas, la de millones y millones de historias y de leyendas urbanas…
La de frescas y muy coloridas calles…Monumentos…
- ¿…Veo que no me crees…? – Me afirmaba Miche, quien con su mirar alegre y su siempre sonrisa a flor de piel, me relataba esas picantes historias de ultratumba y es que nos encontrábamos en el bar de la esquina de su casa.
- Vamos al estilo “americano” Mitad y mitad
– Me hizo la salvedad, antes de empezar…
Un caserón viejo y desgastado por sus muchos años de uso, y quien lo regentaba era otro viejo  -tan antiquísimo como su pueblo-  y en un descuido mío, Miche le hizo señas con los dedos…
- Tráenos: Dos – El dependiente ya entendía lo que este buen hombre le estaba pidiendo y de inmediato dio media vuelta, abrió una de sus neveras y buscó…
- ¿”Vestidas de novia, Miche”? – Le consultó mientras ya el amigo se volvía a enfrascar en ese relato, el cual ya en verdad no deseaba seguir escuchando, pero que él no me hizo caso alguno.
Desvió su mirada y le hizo una señal de triunfo, e inmediatamente continuó conmigo…
- Mira loco, es cierto.
- Pero me parece una locura… ¿Cómo se te ocurre decirme que un demonio se viste de pájaro nada mas para estar “visteando” a una muchacha…?
¿…Y no es mejor, lanzarle un conjuro o algo…?
¿Es que estás loco?
- Te parecerá una cosa de locos… ¡Pero es así!
Escúchame, conozco a varios que se las tiran de “brujos” ¡y es que lo son! Esos tipos practican “la magia negra” y créeme… Son elementos muy peligrosos y dañinos… ¡Y nunca te dan la cara!
…Pero es que son ¡malísimos! Y son capaz hasta de embrujar a su propia madre…
¡No es para menospreciarlos! – Calló en el preciso instante que el señor nos traía dos cervezas blanquitas por el hielo, mientras le decía…
- ¡Aquí están dos! “vestiditas de novia” y acto seguido borraba con su mano la cantidad que ya había anotado, sumándole dos cervezas mas…
Su blanca tiza hizo el ruido necesario y cuando ya se hubo cerciorado de que su suma estaba bien y de que estaba bien anotado, recogió las botellas vacías y se las llevó a la caja que mantenía a un lado.
Descubrí que los dos habíamos seguido paso a paso todo este trajinar, al instante Miche levantó su cerveza y esperando a que yo hiciera lo mismo, procedimos a chocar las dos botellas, mientras exhalaba diciéndome…
- ¡Salud!
- ¡Salud pues! – Le respondí y acto seguido ambos nos tomamos un “buchecito de ese líquido”
- ¡Ah qué vaina tan rica! – Me dijo una vez que hubo eructado y exhalado con todo su apremio. - ¡En el cielo debe estar el que la creo…Por la Gracia Divina!
¡Se ganó el cielo! ¿Verdad que sí?
Se restregó sus manos, luego se pasó su mano derecha sobre su boca y volviendo su mirada al resto del salón, descubrió a otros parroquianos y los saludó siempre con esa sonrisa tan rápida que siempre ha ostentado.
- ¡Epa Gonzalo! ¿Cómo estás tú? – Y dirigiéndoseme a mi persona me dijo casi en un susurro…
- Este loco es profesor de la universidad, de acá mismo de Coro. – El susodicho ya se encontraba a escasos unos cinco metros y de inmediato le hizo señas al de la cantina y le ordenó…
- ¡Tráele otra al profesor! – Ya el catedrático le estaba estrechando las  manos y después se fundieron en un abrazo de amigos.
- Mira te presento a un gran amigo… - Y dirigiéndose a mí, me preguntó casi en susurro…
- ¿Cuál es tu nombre chico?
¡Cónchale tú debes ser bien pichirre!
(…Es que nunca me recuerdo…Debes ser muy ¡”agarrado”!)
- ¿Pichirre yo? – Le dije en el acto, mientras me levantaba de mi silla y le daba mi mano al recién llegado…
- ¡Mucho gusto me llamo: Adrián!
- ¡El gusto es mío…Yo soy: Gonzalo! – Y dirigiéndose en el acto al anfitrión, le preguntó…
- ¿Y eso, tan temprano por aquí…? Un hombre “tan trabajador y sufrido” como tú…
- ¡Ah bueno Gonzalo! es que me conseguí al amigo acá presente y bueno nos conocimos y me lo traje para acá, tu sabes para libar unas cervecitas.
- ¿Y el amigo de dónde es? – Y mirándome de frente me agregó…
- Porque nunca antes lo he visto por estos lados…
- Soy un viajero y me he encontrado a este galán otoñal y me ha invitado a que nos bebiéramos unas cervecitas…Y aquí nos encontramos.
- ¡Ah con este se pasa uno un momento muy agradable! – Lo dijo refiriéndose al amigo que nos presentó y de inmediato me alertó…
- Mire compañero con este “gran carajo” se la pasa uno con los pelos de punta. ¡Mosca pues! Porque los espíritus, duendes, hadas y demonios deben estar muy cerca…




…Mañana finiquita este relato….

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