Entre caminos te veas...




Resultado de imagen para caminos paralelos
                                                -Google imágenes-





Cuentos  Narraciones  Relatos  Poemas  Leyendas  Novelas
Belbaltodano.blogspot.com   @belbaltodano

“CUANDO LA VIDA ES…Existir…”







Hay seres que caminan, miran, y hasta alimentan sus cuerpos…Pero la esencia en algún momento de sus existencias…Se derrapa en la lejanía…













La mera verdad es que: Eduardo tenía mas de treinta años que no los  veía, y ni siquiera se habían comunicado con sus antiguos amigos de la infancia: Chucho y Enio.
Y la razón había sido porque las rutas vividas por cada uno de ellos, los había alejados.
Hoy: Treinta años han transcurridos y por esas cosas que existen  en  esta vivencia, tenían esta oportunidad de oro.
Se habían comunicado y se disponían a reunirse en ese sitio tan emblemático para estos tres seres…En la misma esquina en donde transcurrieron tantos y tantos encuentros. Pero el tiempo era limitativo para dos de ellos, apenas disponían de unas cuatro horas.
Suficiente. Pensaron. Y con alegría se dispusieron a su reencuentro.
Eduardo fue muy puntual. Seguido por Chucho y ya de último, Enio.
Se abrazaron en forma grupal. Y no se sintieron intimidados    -ya que había testigos-    se expresaron el cariño y los afectos que en antaño se tenían.
Y luego de tantos y tantos recordatorios, procedieron a ubicarse y sentarse serenamente.
- ¿Qué ha sido de tu vida? – Le consultó Chucho a Eduardo y este comenzó a narrar en escasos segundos su vivencia de tantos y tantos años…
- Bueno, me casé. Pasé muy hermosos momentos. Extintos hoy en día. Viví unos veinte y tantos años en tan agradable contubernio. Tuve junto a mi ex, cinco hijos. Que ya me hicieron abuelo…
- ¿Tú ex…Se separaron…? – Quiso saber Enio.
- En efecto.
- ¿Y qué pasó? – Indagó Chucho.
- Tuvimos muchos problemas. Diferencias en los caracteres, en la forma de ver y existir. ¡Cosas de esta vida!
Logramos amasar una pequeña fortuna, varias casas y una ferretería. Vivimos como ricos. No les negaba nada. ¡Ah que época! ¡En verdad que la pasamos requetebién! ¡Pero! ¡Todo lo perdí! Esa mujer me dejó en la carra plana. Me arruinó. ¡Claro ella es abogada! – Dijo mientras sus amigos lo escuchaban asombrados, pero se sentía intimidado y un tanto avergonzado y a manera de cortar su intervención le preguntó a Eduardo…
- ¿Y tú vida…Cómo te ha ido…? – Él se le quedó mirando por un largo rato. Y luego arrancó de una forma muy parsimoniosa…
- Igual. Casi idéntica. El caso es que hoy en día vivo como un paria. Hoy duermo en casa de un hijo…Mañana en casa de una de mis hijas… ¿Y luego…otro día? ¡No sé en donde! – Hubo un silencio sepulcral.
Aquella magia inicial, esa alegría por tan excelso encuentro…Comenzaba a fenecer. Cosas de estilo. Por primera vez, comenzaban esos huecos repletos de ecos opacos y contaminados que se estaban formando en medio de esa tan fervorosa comunicación.
Se dedicaron por unos instantes a mirar en su entorno. Vieron los carros pasar. La gente que por allí caminaba. Unos iban a un lado y otros a otro lar. La incomodidad se estaba haciendo patente.
Instante seguido, en silencio retornaron al cuestionario de sus vidas. Enio mantenía un silencio muy seco.
Su rostro era muy grave y arrancó de esta manera…
- Pareciera que los tres hemos sido cortados por la misma tijera. Y en mi caso, debo decirle amigos míos, que quizás lo único      -que me diferencia al de ustedes-         es que me he casado en…Seis veces distintas. Y en cada ocasión ha sido con mucho ruido y estruendo. He dejado posesiones. Hijos. Carros. Casas. Dinero. ¡Todo! En un tiempo pensé que quizás era mejor vivir en concubinato, unos disimulados y otros abiertos. Pero el resultado ha sido el mismo. (¡Claro en esos casos no hubo hijos de por medio!) Pero igual: ¡Cada separación ha sido como un proceso de parto! He amado y odiado por igual. He estado con hermosas divas y quizás la única que hoy  me acompaña es: ¡La soledad! Pienso que es la  única que no me ha quitado nada mas que: ¡Mi felicidad!
¿Qué mas puedo hacer…? ¿Y cuál es “mi cosecha”?  ¡Ninguna! Vivo al día. Trabajo para poder vivir. Para poder comer. Y para pagar la pensión de ¡unas cuantas de ellas! He construido…Varias casas. ¿Y hoy? Vivo en la calle. No tengo cama propia. No tengo techo fijo. Hoy duermo aquí. Mañana…Ya veré. – El ambiente se les había tornado muy pesado y lúgubre. Sintieron un rechazo mutuo al tema. Fue una especie de acuerdo, pero sin concertación hablada, algo instintivo les indicó que ya esa concertación era mas de lo mismo,  muy funesto, por lo que decidieron ponerse a dialogar…De cualquier tema. Obviando este.
Pero el hastío se  apoderó de todos ellos  y ya les signó su destino, ¡qué distinción les marcaba su sendero!  en comparación  al inicio de tan festivo ágape que tenían,  que ansiaban obtener. Y de una forma casual, comenzaron a chequear sus relojes. El tiempo los apremiaba ya…Así que de la forma mas amena posible, continuaron  a despedirse. Aunque en sus rostros se les dibujaba ese pesar que los mantenía solitarios.
Y se comenzaron a esfumarse.
A permutarse en la fragancia de los vientos escasos.
Y partieron con la luz de ese sol que en nada deja sombras.


En  algunos  casos  hay  masculinos
que  se  deforman  en  Machos.
Analizan  que  su  existencia  ha  de  ser
a  la  fuerza  de  su  género.
Dejan  onerosos  rastros
que  en  su  pasar  se diluyen
en  feos  y  desagradables  efectos    
tanto   en  su  aroma 
como  en su  ausencia.
En  otros   se  transforman  en  hermosos
ejemplares  que  se  concretan  en  hombres,
aunque  hay  algunos  que  ascienden 
a  su   bella  condición  de
Padres,  asimilando   la belleza  de  su entorno  y
transformándolo  todo   en  un  sin  igual  Edén.
¡Qué  de  grandeza  dejan  los  que  nunca  dejan  de ser: Hijos,  Hermanos,  Amigos ,  Esposos  y  hasta  Dignos:  Humanos   seres…!











© Bernardo Enrique López Baltodano 2016        









Nota:
        Internet utiliza cookies para optimizar la mejor experiencia al usuario en nuestro sitio web.       

Si continúa utilizando este sitio, asumiremos que está de acuerdo. ¡Gracias por su preferencia!

"Extraño"...Pero también sucede...

Resultado de imagen para fantasmas molestos
                                                                                   -Google imágenes-



















“Relatos  misteriosos”




















“Estas cosas…”












En un centro comercial muy concurrido…
De repente alguien tocó a una dama por donde no se debe…
Originando un conflicto de escala…Interplanetaria.














Para ser sincero, hasta este momento, no sé con precisión exacta…Todo lo que originó ese embrollo. 
(Que por estar cerca, me vi involucrado en mi faceta de espectador.)
No obstante un vecino (Ocasional.) de mesa (Ya que nos encontrábamos en un restaurante muy popular en ese centro comercial.) fue el que muy amablemente me puso al corriente de todo ese escándalo que se estaba produciendo a escasos segundos.
- Al parecer, la señora que va vestida de rojo, en el momento preciso en que se iba a sentar, sintió que la tocaron (Por una parte prohibida.) y reaccionó en forma violenta…Pero al no encontrar a nadie cerca, se quedó petrificada.
Y casualmente un ciudadano que       -por desgracia, para él-     se le fue acercando, ¡fue el que pagó los platos rotos!  Y la buena dama la emprendió en su contra. – Me trataba de explicar el hombre, pero claro está, el alboroto era muy grande y al hablarme en susurro, pues imposibilitaba el que lo escuchase bien.
En un principio, no entendí nada. Y en lenguaje de señas, así se lo hice saber. Fue cuando la acompañante de él, avanzó su cara hacia mí y trató de aclararme todo diciéndome…
- Es que a la señora la “mal-tocaron” y por supuesto que se sintió ofendida en su moral.
- ¿Pero quién fue? – Quise saber, a lo que me respondió en esta ocasión su acompañante.
- No se sabe. Y según creo yo…No fue nadie. Por lo menos de los que andamos acá…
- ¿Y entonces quién fue…? – Insistí en mi pregunta y por respuesta fue un signo de impotencia del caballero en cuestión.
- …Estas son cosas que pasan, compañero. Y por lo que he podido notar…Este fue un delito perpetrado a plena luz del día…Pero no hay culpable a la vista. (Porque para mí…Ese tipo no tiene nada que ver. ¿Su desgracia…? Haber estado en el momento y en el sitio no indicado.)
Todos se quedaron pasmados. Y por cierto, era común la conclusión de todos los que allí estaban. Nadie había sido.
Pero la fémina se quejaba de que había sido vejada e injustamente acusaba a un transeúnte, que nada tenía que ver.
Pero que era menester acusarlo.
No puede haber delito, sin perpetrador.
Son cosas sin sentido, pero que pasan.
Pronto se aparecieron los gendarmes de seguridad, y llamaron a los policías, sujetaron al pobre hombre y lo acusaron de haber cometido un pecado, del cual era menester aclarar: No había cometido. Pero que debía ser castigado.
Aunque fuese inocente.
Varios de los presentes intercedieron para aclarar ese entuerto. Pero ante la potencia reflejada por la dama agredida, no pudieron impedir que se cometiera ese desatino.
Todos asombrados fueron testigos de cómo se llevaban preso al sujeto.
Pronto en cuestión de minutos…Volvió todo  a  la normalidad.
Y la dama, la ofensa se le había olvidado.
Son cosas que pasan…En este mundo en donde Dios es testigo…Pero que nadie acude a Él.















© Bernardo Enrique López Baltodano 2016















Nota:
Internet utiliza cookies para optimizar la mejor experiencia al usuario en nuestro sitio web.

Si continúa utilizando este sitio, asumiremos que está de acuerdo. ¡Gracias por su preferencia!

¿...Será...? Porque puede ser...Cómo no...


        Bernardo Enrique López Baltodano
       










“Cuento impredecible”












“¡Qué indecisión!”











- ¡Qué estoy… ¿Salgo…O me quedo…?!
Y nada que logro tomar mi decisión.
…Y es cuando reviento en mi cólera…Muy justificada, ¡digo yo! Que me pongo este pantalón…Que no mejor me voy en bermudas.
Y me pongo a pensar… “¿Cómo fue que fui vestido la última vez…Que la vi…?
¿Será que me vio en mi pantalón de vestir o de vaqueros…?
Y recuerdo que a ella le gustó mucho y hasta me dijo: ¡Así quiero verte vestido todo el tiempo!”
¡Ah que agradable velada pasé a su lado!
Y para ser muy sincero…Quiero que me vuelva a ver “guapo” pero ¿cómo he de lograrlo?
Y es que de tan solo recordarme de ella…Me surge esa vena poeta, que nunca reconocí en mi.
Vamos a ver si me sale en esta ocasión…
“Amor de mis amores… (¡No le puedo decir eso!)
Mi amor por ti…Sobre pasa el firmamento,
Y sólo por ti, es que he sido capaz de sufrir…
(¡No! ¡No! ¿Estás loco…?)
…Y solamente por ti…
He sido capaz de sentir así,
porque me la paso suspirando
y sólo es por ti…”
…No está mal. Ahora debo afinar muy bien mi voz de “declamador” (¿Debo poner mi cara de baboso…?)
No. Y debo enseriarme, falta poco para irme y debo ponerme muy bien, de acuerdo a la ocasión.
…Probaré poniéndome mejor ese traje que compré…Ojalá que le guste.
¿Pero la volveré loco…? (¡Va a quedar prendada!)
¡Ah y los zapatos! ¿Y las medias? (Se va a quedar: ¡Prendada de mí!)
…Pero no sé si el perfume que compré, la volverá loca por mí. ¡Me costó bien caro! (¿Y si no la conquisto con esto…? ¿Perderé todo mi dinero…? ¡No! La voy a poner “de remate!)
Y la tipa que me la vendió me garantizó que la iba a poner…De boquita abierta. (Y si no es así… ¡La voy a demandar! Por jugarse con el sentimiento ajeno ¡Bandida!)
¿Será esto cierto? (Mejor que sea así. Es mejor para todos.)
Ya lo vamos a descubrir. (Espero no llevarme un fiasco.)
…Pero y si no le agrado…Habrá sido por ese perfume, pero me huele bien. (Baboso, a mí no es a quién tiene que gustarle. ¡Es a ella! ¿Estamos claros? Bueno pero no tengo mas opción que probar…)
Ahora que ya casi estoy listo… (Me voy a echar mas… ¡Para dejarla “mareadita” …Y ahí es cuando voy a aprovechar yo… Je, je, je Qué malo soy…)
Mejor me voy a chequear en el mentiroso… (Espejito, espejito…Dime la verdad ¡No, mejor no me la digas! Ya te dije…)
En el espejito que oculta todo…Espero que en esta ocasión, no me engañe de nuevo. (Mejor que no.)
Bien ya estoy listo. ¡Mejor no puedo quedar! (Eso espero…)
Ahora lo mas importante… ¿Me voy en mi Cadillac…O en mi bicicleta…? ¡Perdón en mi moto! (Mi carro es muy diminuto. Y lo utilizo para mis juegos. Y en la moto…Voy a llegar todo desvencijado. Mi ropa se va a volver un chasco. ¿Y el perfume? Se me va a perder el aroma. ¿Entonces…? Tendré que llamar un taxi. ¡Pero si no tengo real!
…Tendré que pedir prestado. ¿A quién? ¡A quién mas! A mi viejo. Tendré que llegarle a decir… Viejo ¿Quieres que tu hijo tenga descendencia…Y así tú puedas llegar a tener tu primer nieto…? Y me mirara con ojos agrandados: ¡Claro que si! Y sólo entonces me dirá: ¡Abre mi caja fuerte y saca todo el dinero que requieras!  …Y yo me haré  “el duro” y… ¡Le haré caso!  …Qué maloso soy…)
Bueno. Excelente. Ya he elaborado  “mi plan de ataque”  Y seguramente con esto…Caerá.
Así como caen las moscas con el insecticida…
¿Y qué haré cuando caiga rendida a mis pies…?
…Bueno. Eso será para cuando esto ocurra.
Por lo pronto debo decidir…Voy o no…
¡Ya basta de indecisiones! (¿Y si el viejo se opone y no me da el dinero que requiero…? ¡Eso también puede ser!  …Pero no creo que se me niegue.
Ahora bien… ¿Qué pasaría si la chica…Me invita a que la lleve a un hotel…?
¡Porque eso también puede ser! Es una posibilidad…No despreciable.
Me va a poner en un predicamento…
¿Adónde he de llevarla entonces? No vaya a ser que se me ofenda si la llevo a uno que sea…Baratico.
Mejor la llevo a uno caro. ¿Pero y el dinero…? Bueno puede ser que ella me ayude. Digo yo. Porque hay tipas que ayudan a su pareja…Ojalá que ella sea una de ellas…Porque si no…
Y me pregunto yo… ¿Tendré que cargarla antes de entrar a la habitación…? Cómo aparece en las películas… A lo mejor no le va a gustar.
¡Mejor! Porque no ¡“soy un levantador de pesas”!
…Creo que es mejor que me ponga ropa interior…Decente. Y no la que llevo encima. Que tiene “algunos agujeritos” Aja ¿y si no pasa nada…? Porque puede pasar esto también.
¿Pero cuánto me costará…?  Mejor no se lo digo al viejo.
…Pero… ¿Y si se queda embarazada…? ¿Qué podré hacer…?  Mejor es que…No sé.
¡A mí me gustaría mucho! ¿Cómo será mi hijito…?
¿Y si es una niñita…?
¿A quién se parecerá a ella o a mí…? Y si ella, tan solo quiere “hacer el Amor conmigo” pero no le guste la idea de tener hijos conmigo… ¿Puede suceder…?  …Puede suceder…
Pero mejor es no pensar tanto en eso. Porque a lo mejor yo soy el que me le niegue.
¡Muy difícil! Si ando desesperado. Angustiado.)
¡Bien! ¡Listo!  …Y me estoy disponiendo a enfrentarme “a esa fiera!
…Qué es muy linda…
Mas bien: ¡Hermosa! Y desde que la vi…He quedado…Babeándome por ella.
…Ojalá se acuerde mí… (¡Diosito lindo! ¡Has que se quede encantada de mí!  …Y que no me deje plantado. Qué me mire solamente a mí.
…Y que se acuerde de mí. ¡Y si me concedes ese GRAN FAVOR!  …Entonces… ¡Y sólo entonces…! Algo haré para pagarte ese favorcito…Hasta entonces. ¡Y no me falles!)






















© Bernardo Enrique López Baltodano 2016












Nota:
Internet utiliza cookies para optimizar la mejor experiencia al usuario en nuestro sitio web.

Si continúa utilizando este sitio, asumiremos que está de acuerdo. ¡Gracias por su preferencia!

Palabras impresas en fuego...












¡Un  Poema  Mas…!







“En mis…”





En la plenitud de mi soledad
Me muevo sin cesar pues
asidero cierto no tengo,
entre tinieblas, borrascas e indefiniciones me someten a las peores resacas
producto de fuerzas que me controlan
me achican, me alargan…Me espantan.
Mis gritos se pierden en lontananza.
No están en mí
me someten a su albedrio
ansío el viento que se transforma en tempestad y me encantaría poder ser parte de ello…
Pero virtud en mí…
No consigo,
debilidad y desasosiego me atizan
y cual brizna soy poseído por algo que no es mío…Aunque no sé descifrar lo que en mí está…Me bate de un lado a otro,
perdido en mi ansiedad cabalgo sin destino fijo.
En algún momento,
en algún instante…
He de permutar en la inmensidad de mi ocaso.
Tiempo escapas sin explicación audible, tan solo mis sombras de mí se acuerdan,
y me persiguen…Recuerdan mi debilidad.
Piso fijo carezco,
el mar…Su aroma me enternece…
La inmensidad me atrae…
Mi espalda está agotada,
en tierras fangosas se hunden mis ilusiones,
he de ser un vago en las constelaciones vastas,
he de irme como el viento…Ojalá se transforme en un huracán que me aquiete…
…En eso…Espero…
  






Bernardo Enrique López Baltodano



…En  algún  instante…

¡...Mis antaño recuerdos...!

Foto
                               Bernardo Enrique López Baltodano














Las narraciones de:
Bernardo”










“MI  TÍA  MER”











Era en aquella época en que mi visión era muy risueña.
En los momentos en que todo me parecía bello y hermoso.
Instantes que han quedado plasmados…En mis años posteriores…













Por aquella fecha…Mis padres habían decidido regresar a su patria…Nicaragua.
En  esos días…El  “Tachito”  Somosa, era el “Dueño y Señor” de lo que él (y toda su familia…Y todos los que en esos días…Así se lo creían.) asumía que era “su propia” hacienda, toda una comarca, con centenares de miles de habitantes que nacieron y se criaron en lo que hoy conocemos como: NICARAGUA.
Recién estábamos llegando a ese pequeño y hermoso país…Tierra de lagos, volcanes y ríos. 
Con un clima pletórico de frescura y de intenso sol. De gente bregadora y trabajadora.
Con su capital, bordeada por hermosas montañas y por su amenazante: MOMOTOMBO.
Recuerdo que (apenas llegábamos de mí “ya lejana” tierra de nacimiento: Maracaibo – Venezuela) y todo ese nuevo panorama se me antojaba como una especie de retroceso, me refiero en cuanto a la estructura elaborada por el hombre…Porque en cuanto a la naturaleza se me antojaba: ¡Hermoso espectáculo!
Y por primera vez  (en mis días de mozo) fui testigo de lo hermoso y radiante que es ese gran pueblo…Managua.
Y llevándonos  a conocer un mercado que era por aquella fecha, (nos dijo que se conocía como): El Mercado Oriental de Managua, y acudíamos allí porque mi padre en sus remembranzas nos contaba (A mí y a mis hermanos) que  “en sus años” de estudiante, iba en auxilio de su “ya famosa” para nosotros,  de su tía Mer.
Entramos en sus estrechos pasillos, rodeados por diversos tipos de comerciantes, los cuales cada uno de ellos exponía sus mercancías y ante la presencia de posibles clientes, pues los promocionaban con furor, y tratando de llegar al puesto de mi tía Mer una mujer me dijo con expresiva exclamación…
- ¿Me vas a llevar “Amooooor….? – Y me enseñaba lo que portaba en su mano y con una mirada muy expresiva y elocuente (Yo asombrado miraba a mi viejo y le preguntaba, ¿Qué era lo que me quería decir esa mujer?)
Y mi viejo me dijo con cierta molestia…
- ¡Es para que le compres su mercancía! ¿No entendés…? – Me espetaba en medio de su molestia.
- Es lo que vende, el que ella te trata de decir… ¿No lo entendés todavía…?
…Es como si “El Vigorón” (un plato muy delicioso, muy popular y por demás: ¡Suculento! Que una vez que lo probé….Lo seguí consumiendo. ¡Hum! ¡Qué delicia!)te estuviese “hablando” ¡Invitando pues a que te lo comás! ¿Ya? ¿Entendiste baboso…? – Fue entonces cuando asumí, que lo entendí.
Y en “ese” ínterin…Que por fin habíamos llegado al famoso puesto de verduras de mí tía Mer. Y por primera vez fue cuando conocía vistosas frutas y frutos que antes no conocía.
Mi tía nos compró diversos jugos, que con mucho agrado consumimos.
Recuerdo que sus colegas de puesto, cuando se dirigían a ella, la llamaban: Niña Mer y yo siempre de imprudente, le pregunté en el acto a mi progenitor…
- ¿Y por qué la llaman “Niña Mer”? Tu tía ya es una mujer…Grandecita… - Mi viejo me otorgó una mirada que me fulminó   -pero que en ese momento no entendí- y en pocas palabras me hizo señas a que me callara y en voz baja me dijo en tono amenazante…
- ¡Porque ella es señorita! ¡Y te callas y dejas de ser imprudente! – Y por el jalón de orejas, entendí que había preguntas que no se debían hacer…Y que esa era una de ellas…
Era una mujer que había nacido en la lejana: Chinandega y había emigrado a la capital, y desde entonces vivía con su hermana, mi abuelita.
Mi tía Mer, nunca se había casado.
Nunca conoció hombre alguno, por lo tanto era virgen de nacimiento.
Muy devota. Muy fervorosa en sus creencias cristiana, católica de nacimiento, murió en sus creencias.
Siempre fue muy trabajadora.
Pulcra y decente. Callada y hacendosa.
No le gustaba pedir, acostumbrada como siempre a ganarse “el pan diario” nos enseñaba con su forma de ser a que lo primero que una persona debía hacer es a sudar y a trabajar siempre lo que uno se iba a consumir.
Y así fue como la conocí.
Siempre fue un modelo a seguir.
En silencio. Dedicada a lo suyo.
Y en esa ausencia…Se marchó.
Atrás nos dejó…Que hay que ser siempre: Trabajador. Hacendoso. Laborioso. Decente.
En mis pensamientos quedaron plasmados aquellas palabras que se fundieron en mí ser…
- “Siempre uno tiene que ganarse con el sudor de su frente…Lo que se va a comer.”






























© Bernardo Enrique López Baltodano 2016        









                                     
Nota:
        Internet utiliza cookies para optimizar la mejor experiencia al usuario en nuestro sitio web.       

Si continúa utilizando este sitio, asumiremos que está de acuerdo. ¡Gracias por su preferencia!