....Y para mi relato semanal....



Bueno a decir verdadMe encuentro en ¡tremenda encrucijada! y a decir verdadNo encuentro una solución hasta este momento- y mi drama empieza en que para este fin de semana ¡tengo 3 relatos! –y no uno como siempre tengo- pero uno solo será el elegidoy ¡ese saldrá a partir de mañana viernes! Y los otros sencillamente se quedaran archivados ¡En algún momento saldrán a la luz pública! Ojalá alguna editorial lo quiera publicar- en todo caso, presentaré un pequeño bosquejoY ya veremos

…La primera….

 




La hermana de mí hermana
Que no es mi hermana

- Bueno tal como te había contado: la hermana de mí hermana –que no es mi hermana- En ese preciso instante me pareció un galimatías y me sonó fuertemente dentro de mi ser, retumbó y despertó ansiosamente mi curiosidad.
Y mentalmente esa oración comenzó a hacer mella en mis ya azorados pensamientos.
- La hermana de mi hermana –Se me grabó como un estribillo de alguna canción pegajosa y mientras él me charlaba de otros casos mundanos –yo me había quedado allí- así que esperé que terminara de narrarme otra de sus aventuras cuando le interrumpí de una forma intempestiva…


…La segunda…

 




Perdido en la partida…”

Se calmó un poco y decidió ir no tan rápido y en parte era porque ya no aguantaba correr de la misma forma…
Y analizando pensó para sí mismo…
(¿Y ahora qué me estará pasando?  ¿Será que también estaré…?
¿Cómo puedo hablar, mantener discusión y hasta huir de esos espíritus?
¿Y el por qué se afanan en mí contra?  ¡Menos lo entiendo!
Yo estaba parado esperando mi transporte
Y en eso sucedió ese choque  
¿Y yo qué pito toco en todo esto?
Seguramente que mea mí también ¡No puede ser!
No me veo, ni me siento herido
¿Pero cómo saberlo?)



…Y la tercera…




Mujeres marditas
La visión de un motorizado en medio del intenso calor.
Eran horas del medio día, el calor impera y todo pareciera que se desarrolla en cámara lenta.
En el centro de esta ciudad todo se desarrolla mientras a lo lejos una sensación térmica nos indica que la temperatura es abrasadora.
En el centro comercial me encuentro bajo sombra, y estoy en espera de que aparezca de un amigo con el cual debo discutir asuntos de negocios, aunque la espera es fastidiosa, por lo menos me entretengo viendo a las personas caminar, mientras visualizo hacia la dirección por la cual debe aparecer el amigo en cuestión.
Tan ensimismado estoy que escucho una voz, la cual al principio no le presto la atención debida, pero a la final el factor sorpresa fue decisivo y me volví a atender esa voz que me decía…
- ¿Estás viendo esa mujer? – Me preguntó de repente un hombre que se había sentado apenas unos minutos en la misma banqueta en la que me encontraba.
(¿…Una mujer…? ¡Hay como quinientas!)

Ya mañana lo decidiré…

"Cachirulo" -Martes-







Cachirulo
Un hombre muy rudo




Esta novela la escribí en Nov. De 2. 012 y trata sobre las andanzas de un delincuente juvenil, hoy en día ya fallecido. Murió como vivió.




- Me violaron a mí y a cada una de mis hijas… ¿Supiste esto?
- …Bueno, me lo contó tu vecino.
- ¿Lo harías para mí?
- ¿Y qué es lo que me estás pidiendo…?
- ¡Lavar mi honor!
- ¿…Y cómo sería eso…?
- Con Sangre.
- ¿Con sangre de quién?
- De cada uno de los que me violaron.
¡Los quiero muertos…Despellejados!
- …Eso no está nada bueno.
- ¿Pero sí lo qué me hicieron?
- La venganza trae sangre, dolor y lágrimas.
- Eso mismo es lo que he tenido:
¡Sangre, sudor y muchas lágrimas!
Además que tengo a mi familia destruida por todo ese desastre. ¡Quiero que me vengues!
- …Violencia trae violencia, Esther.
Y tú eres muy linda y bella, para desearle la muerte a esa gente. Deberías pensártelo bien.
- ¿Me quieres?
- Sí.
- ¿Y no estás dispuesto a pagar esto por tenerme?
- Sí, pero…
- ¡Seré solamente tuya y todas las veces qué tú quieras!
- ¿Segura?
- Tráeme todas  las cabezas en bandejas y te recompensaré gratamente…
- ¿Comenzando desde hoy?
- ¿Accederás a mi petición, mi lindo?
- Si y si tú cumples…
Te doy mi palabra de: Caballero.
- ¡Y yo te doy mi palabra de: Mujer! 
¿Y además cuidarás de mí y de mi familia?
- Podría ser. Todo es posible. Y eso depende de ti.
- O sea, si hago todo cuanto me pides… 
¿Harás lo que yo te pida?
- Podría ser. Sí, creo que sí.
- María, no exageró nada de ti…
- ¿Y ella se queja de mis servicios…?
- ¡Al contrario, al contrario!
- ¿Y qué dice de mí?
- Muchas cosas buenas. Así, como Diego su esposo.
- Eso me alegra mucho. ¿Vas a venir, sí o sí?
Esther  se tomó su tiempo. Se lo pensó bien.
Y realmente  ese olor, ya la tenía medio mareada. Notó, que él se apartó un poco, como dándole el espacio, para que se acostara a su lado.
- ¿Vienes o qué? – El joven ya estaba impaciente. Tembló de miedo.
Supo en ese instante, que si quería: Su venganza cumplida y además de la protección para ella y toda su familia, tendría que cumplir con su parte y por adelantado.
- ¿Entonces…?
- …Pero no aquí, mi lindo…
- ¿Y por qué no?
- No me siento bien aquí.
- ¿Acaso te da asco?
- …No, no es eso…Es que…
Súbitamente, se levantó. Y pudo contemplarlo muy bien. Estaba totalmente desnudo.
Se le acercó, muy lentamente.
Como disfrutando, cada paso que daba.
- ¿Quieres qué averigüe y castigue a cada uno de los que te hicieron esa patraña?
- ¡Por supuesto que sí!
- ¡Paga primero!
- ¿Y si no me cumples, mi lindo?
- ¡Ya te di mí palabra de: Caballero!
Y si no me crees, entonces no me hagas más perder mi tiempo ni mi esperanza de poder disfrutar de tus favores….
- …No…Es que no me siento bien…De veras….
La tomó por su mano derecha.
Se inclinó y se la besó.
- …Eres demasiado bella. Casi no puedo resistirme, ante tanta belleza…





"Conversaciones...."


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Conversaciones con don Carmelo






Cómo será que hasta la misma misia Juana  –que era su mujer- le informaba del “mal genio” de su propio marido…Ya va… -
No bien había terminado de hablar cuando calló de repente, se llevó su mano derecha a su mentor y comenzó a patear con su pierna izquierda, sus lentes reflejaban una intensidad sin igual…Meditaba.
De repente, adelantó su pierna izquierda y comenzó a moverla con sumo nerviosismo y bajando su mano derecha, se colocó su mano izquierda…
Y comenzó a tararear de una forma inusitada.
A los pocos segundos, pegando un brinco me dijo…
- Que no me suena misia Juanita, creo que me equivoqué; ¡es Jacinta” Misia Jacinta, esta sí que me suena!
Pero en todo caso, a espaldas le seguía informando al ¡ya famoso compadre!
¡¿Qué vagabunda fue “esa”  su esposa, cierto?!
La verdad es que nadie sabe ¡para quién trabaja!
¿…Te imaginas esto…?
La propia señora Castro le pasaba información confidencial a quién sería después:
¡Su peor enemigo!
¡Que ni agua le dio cuando comenzaron a penar por esos países de Dios!
- ¿Cómo así…? – Le pregunté profundamente extrañado puesto que siempre he creído que la esposa es la que siempre está en defensa de su propio marido…Ya que es su propia familia…
El Padre de sus propios hijos.
No me quedaba claro esto.
¡Pero bueno la historia es la historia!
Don Carmelo me miró de reojo y luego fijó su dura mirada sobre mi humanidad, no decía nada, tan solo me chequeaba.
Al cabo de unos minutos de su estudio sobre mí…Arrancó de esta forma…
- Bueno en honor a la verdad; debo volver un poco mas atrás.
Cipriano Castro al igual que su compadre Juan Vicente Gómez, eran andinos.  
(¡”Gochos” para nosotros!)
Hacendados ambos.  Extensiones inmensas de tierras, eran de su exclusiva propiedad.
Y eran muy prósperos, al parecer el cabito era superior.
¡Muy verraco!
…Eran depredadores y su voluntad era cumplida al ¡pié de la regla!
De poder financiero. Ninguno era un “pelao” y tenían sus poderes…
Si los extrapolamos a la actualidad ¡“serían multimillonarios”!
Dueños y señores feudales.
¿Te imaginas todo el poder que acumularon en sus tiempos?
Fueron recios en el ejercicio del poder.
¡Se cumplía “su voluntad”!