Hoy: "Después de mí... ¡Nadie mas!"








“Después de mí… ¡Nadie mas!
Hoy: Martes…22….

- ¿Usted está ocasionando la muerte súbita de nuestra amiga, lo sabe?
- ¿…Y qué es lo que le está pasando…? – El señor Emiro, pudo comprobar por sí mismo, que la señora estaba convulsionando en forma grotesca, así que ante la presión hasta de su propia esposa, se vio precisado a ceder de inmediato.
Bajando su pistola, se echó a un lado, permitiendo que ellos se llevaran a Gersy.
Horror, se dibujaba en el rostro de sus acompañantes.
Nuevamente tendrían que seguir corriendo para llegar a tiempo con la humanidad de su amiga  quien convulsionaba tremendamente.
- ¡Rápido, rápido! – Todos sus atacantes  le cedieron el paso, obligados por ésta circunstancia, la cual ninguno de ellos esperaban.
- ¿…Al carro de quién…? – Preguntó Carmen.
- ¡Al mío, que está más cerca! – Les gritaba Marisela.
Así  que con toda velocidad, corrieron y la metieron.
- ¡Yo me voy contigo Migue! – Le gritó Susan, apurándolo a que abriera las puertas de su carro y salieran rápidamente detrás de Marisela.
Y es que en cuestión de escasísimos segundos…Partieron a toda velocidad.
Ya nos les importaba, ni la lluvia, ni que las calles estuvieran aún mojadas.
- ¡Se ve peor que la última vez! – Agregaba angustiada Carmen.
- ¡Me angustia mucho verla así! – Con lágrimas en sus ojos  Adriana, se persignaba una y otra vez.
- ¡Hazle señas a Migue…!
- ¿Y qué le decimos, Carmen?
- Dile que se apure… ¡Qué no podemos ir a su velocidad! – Le contestó Marisela, quien manejaba toda desaforada, temiendo llegar tarde.
- …Ya les estoy haciendo señas…
Y Susan, me contesta…Qué le demos, que ellos nos van a seguir.
Por su lado, en el carro de Miguel, Susan estaba hecha un manojo de nervios.
- ¡Ay Diosito Lindo! Cuida la salud de Gersy…Recuerda que tiene dos hijos, más el que le viene en camino.
¡Santo Cielito!
¡Virgen Santísima…Cuídala!
A pesar de toda la velocidad a que iban, no podían adelantar mucho.
Las colas eran algo considerable.
Miguel  se le dificultaba, acelerar más, ya que el vehículo de Marisela es de mayor cilindrada  y el de él, pues no se le podía ni acercar.
Pero aún así, continuaba en su empeño.
Al cabo de unos extensos minutos, Marisela se le había ya perdido.
(¡Uff! Menos mal que se la llevaron en el vehículo de Mary…
El mío, pues el mío…Está haciendo todo lo posible. ¡Gracias a Dios, que no se vinieron conmigo!)
Miguel  a pesar de su nerviosismo, iba dominando la situación.
No así, Susan. A la pobre él la estaba viendo como muy “Disminuida”, estaba hecha un manojo de nervios.
Se comía sin cesar sus uñas y la notaba como pálida.
- …Tranquilízate mi Reina…Que todo va a salir bien… - Le decía con suma insistencia.
Ella lo miraba y le sonreía.
- ¿Hasta cuándo…Hasta cuándo?
- ¿…Hasta cuándo qué mi Reinita bella?
- ¿Hasta cuándo “Romancito”?
¿Es que siempre le va a estar amargando la existencia a esta pobre amiga?
Prefirió no contestarle.
El tráfico estaba muy pesado.
Cargaba demasiado stress.
Estaba malhumorado. Nada de lo que hicieron, estaba bien.
- …En mí opinión… ¡Todo estuvo bello, hasta que Gersy recibió “Ésa llamada”!
- ¿La llamada?
- …Por lo menos yo, disfruté demasiadisimo  mi fiesta de Graduación. ¡Yo fui muy feliz!
- ¡Yo también! ¿…Pero, qué tiene que ver con esto, que nos está pasando?
- …Qué malayo el momento en que recibió esa llamada…
- ¡Verdad!
- …Pero no contábamos con “El Román”…
- Mira Migue, si no fuera por la amiga…
Yo estuviera de acuerdo con ese señor…
- …Bueno, en algo le concedo razón…”Y eso que quede entre los dos”…Por si acaso…
- ¿Qué?
- …Qué personas como “Ése disque Señor”…Humillan nuestra condición de: ¡HOMBRE!
- …Pero es el amor de ella… ¿Qué podemos hacer? ¡Yo le cortaría su miembro!
- ¿Serías capaz?
Mi relato de esta semana será sobre un Ser Excepcional. ¡Sin desperdicio!



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