“¡Hoy es el día del Espíritu de la Navidad!”


- ¡Hoy es el día en el que viene el “Espíritu de la Navidad” y para tal efecto nos hemos reunidos todos aquí!
¡Les doy la bienvenida oficialmente a todos!
¡Debemos darles Gracias a Díos! Por tan bello regalo. – Proclamaba Licinio en su calidad de dueño de la casa y muy gozoso se encontraba, mientras se reunía con el resto de los suyos y con varias familias allí reunidas.
En efecto todo era alegría. Las esposas y madres allí reunidas, le señalaban a sus críos la importancia de este acto.
- En efecto, ya estamos preparados para comenzar tan noble evento. Y les recuerdo que es: Hoy.
Cuando podemos pedir todo lo bueno para el Año que dentro de poco va a comenzar. – A la voz de inicio, comenzaron los ritos.
- ¡Debemos llenar nuestros corazones de Bendiciones!
¡Todo lo malo debemos desecharlos!
- Comencemos a orar. – Exclamó muy gozosa su esposa.
Los niños prendieron velas. Todos oraron en silencio.
Una vez transcurridos los minutos de oración.
Todos quedaron expectantes esperando las siguientes instrucciones.
- Recuerden que debemos botar todo lo malo que hemos sufrido este año.
Mentalmente comencemos a renunciar de todos nuestros pecados. Tenemos que renunciar a las prácticas malévolas.
Tenemos que renunciar a: Satanás.
Debemos botar todas nuestras ropas viejas y comenzar el Nuevo Año con todo nuevo.
- ¡Los que quieran: Casa Nueva! Es el momento de pedirla. – Informó muy solicita su esposa.
Los aludidos sonrieron y comenzaron con su pedidora.
- Es bueno Lucy, tú y tu marido deben presentar una llave nueva para simbolizar que “esa” será la que les abrirá su pedido.
Pidan con fe. No pierdan el tiempo en vacilaciones.
Crean y verán que en algún momento del Año Nuevo…
¡Díos se las va a regalar!
- ¿Tú crees…? – Le pregunto medio alegre y también muy incrédulamente la ya aludida.
Y Licinio sonriendo y apoyando a lo que le decía su propia esposa, agregó…
- ¡Esto es así! Y mas de uno hoy en día, lo pueden atestiguar.
- ¡Yo quiero un Carro Nuevo! – Clamó Tomás otro de los presentes.
Muchos aplaudieron tan espontáneo gesto.
- ¡Pídelo Tomás y te lo darán! – Festejó Licinio.
- ¿Y eso es así tan “mágico” como lo están pintando? – Preguntó con mucha duda Antonio.
- “¡Pidan y se le darán!” – Les recordó muy convencida la esposa de Licinio.
- ¡No tienes nada que perder Antonio! – Le informó Licinio.
- …Prueba y ya nos contarás… - Agregó la esposa con mucha firmeza.
Las oraciones acompañadas de los ritos propios ya estaban en pleno proceso.
¡Qué bueno es reunirse en familia!
¡Qué agradable es alegría y espontaneidad!
Y lo mas importante de todos, es reunirse en ese conglomerado de amigos y familiares.
Una excelente oportunidad para reafirmar esos vínculos de Amor, de Paz y de Confraternidad.
En lo que a mí respecta, les deseo a todos en general, lo mejor que este mundo les pueda dar a cada uno.
Sea usted: Blanco, Amarillo, Verde, Rosado, Negro o Azul.
O: Millonario, Rico, Poderoso o Pobre de recursos monetarios.
Sea: Americano, Asiático. Africano. Europeo o de cualquier nacionalidad.
Hombre o mujer. Hijo, Padre, O Madre, Sobrino(a), Nieto(a), Esposo(a), etc., etc.
A todos por igual, les deseo que El Espíritu de la Navidad entre en cada uno de ustedes.
¡Díos los Bendiga a todos por igual!


Belbaltodano.-

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