“Después de mí… ¡Nadie mas!”
Lunes….09…Junio….
 
- No, no lo está.
- ¿Acaso es un bobo?
- Tampoco.
- ¿Me quiere decir: Que no es responsable de sus actos?
- Es que…
- ¿Es quééééé? ¿Usted o está loca o quééééé?
- Tan solo estoy defendiendo el honor de…
- ¿De quién? ¿Yo creo que usted no está “Preocupada” por la dignidad  de mi hija, verdad que no? ¡No ve que mi hija, aún no ha llegado ni a los 18 años, todavía es una menor!
¿Yo puedo meter a la cárcel a ese vagabundo, no lo ve?
- No lo sabía…
- Lo que su marido ha pretendido hacer con mi hija, no tiene perdón de Dios.
¡Ni del mío!
- …Estoy segurísima, que aquí ha debido…Un error. ¡Perdónelo señor…Se lo suplico!
- ¡No le prometo nada!
- Yo estoy segurísima…Qué aquí ha debido haber es un mal entendido…
- ¿Mal entendido?
- …Este quiero decir…
- ¿Ésta señora…Está bien de la cabeza? – Le preguntó a sus acompañantes.
- …Ella está bajo mucha presión…Perdónela señor… - Le informó Marisela, tratando de mediar y de no complicar aún más la situación.
- ¿Y usted…Qué pito toca aquí?
- Nosotras somos sus amigas y colegas. Y la estamos acompañando debido a su avanzado estado de gravidez. ¿Es qué usted no ve, que está embarazada?
- ¿Y entonces, a qué ha venido?
- Creyendo que su esposo estaba en  problemas…
- ¿Problemas? ¡Eso es exactamente lo que nos ha traído ese sinvergüenza!
 Y me las va a pagar… ¡Una por una! ¡Ya lo verán! ¿Ustedes saben en dónde vive ese truhan?
- …No…No…
- ¿Y ustedes no es que son sus amigas?
- …De ella…
- ¿Y no saben en dónde viven estos?
- Señor…Mejor es que nos vayamos…
- ¡De aquí no se me va nadie! ¡Y el que se me mueva, le pego un tiro!
- ¡…Señor…Mire que ella está embarazada y su estado es de riesgo…! – Intervino Carmen, al ver que la situación se estaba poniendo demasiado candente.
- ¡…Por el amor a Dios…! ¡Aquí le puede dar algo a Gersy! – Gritó fuera de sí Adriana, al ver que ésta se doblaba del dolor.
Todas las amigas, se abalanzaron encima de ésta. Gersy, estaba como botando espuma por la boca y  temblaba a espasmos cada vez más fuertes.
- ¡Tenemos que llevarla nuevamente a la clínica! – Gritó Susan.

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