Un  nuevo relato a tu disposición...Esperando que sea de tu agrado.

.“Me impota un….!”

- Ciertamente… ¡Me importa un….! ¡Y ya poco me importa! El ver el esfuerzo que todos nosotros estamos haciendo, y que nadie de nuestro entorno haga nada.
Y ni siquiera se han “dignado” para acercarse para ver…Cómo estamos…
¿La señora Virginia…Te ha llamado alguna vez?
- No.
- Y eso que cuando la estaban invadiendo. ¿Te recuerdas?
- Si.
- Me recuerdo que en aquel entonces, yo mismo pude percibirlo y te dije a ti misma… ¿Qué estará pasando al lado, te acuerdas?
- Si.
- …Eso paso el año pasado…Mas o menos para esta fecha… ¿Fue en Febrero, verdad?
- Aja. Y yo misma fui, tal como tú mismo amorcito me lo dijiste.
Recuerdo que cuando fui…Ellos estaban sumamente nerviosos y yo de “metida” le dije…. Señora Virginia… ¿Están bien ustedes?
Y ella me respondió:
“¡Menos mal que viniste Martita…No están invadiendo!
Y yo vine corriendo y te lo dije, e inmediatamente tú tomaste acción, llamando al resto de los vecinos y juntos fuimos a defenderlos.
Porque ellos estaban íngrimos, tal como lo estamos siendo ahora.
Y esos invasores ya tenían la posesión de gran parte de sus tierras y el pobre señor Andrés ya no podía mas.
Porque tenía no se cuantas horas, luchando a brazo partido él y su menor hijo Andresito. Pero así son las cosas. Hoy en día…Se están haciendo los “locos” mientras es a nosotros ahora los que estamos padeciendo las de Caín.
…No es justo. Y no es que quiera sacarle los trapitos al aire, ahora, es que me recuerdo que en ese entonces ellos tenían no se cuantas horas que por estar tratando de que los invadieran…No podían comer.
Y todos esos carajitos estaban ¡con el estomago pegados al espinazo!
No es correcto hacer lo que “no te gustan que te hagan”, pero si hacérselo a los demás. No, no es justo.
Por lo menos; para mí lo creo muy injusto. Nunca la he tratado de esta forma.
- ¡Y ya lo ves!
- …Si amorcito, pero recuerda ese adagio…Muy viejo por cierto:”Hoy por ti…Mañana por mí” y para mí que es muy sabio…Solo que ellos no lo aplican.
- Pero tampoco es justo que ayer, yo mismo que “me partí el brazo” por socorrerlos…Y hoy, que nos están atacando, nos están vilipendiando y ellos: “como si nada” Eso no me parece nada bueno, mi linda.
- ¡Ay papito yo no te había querido decir nunca….Pero…!
- ¿Pero qué? …No me vengas a decir que por debajo de cuenta… ¿Los estuviste “subsidiando”?
- ¡Ay…Si!  …Pero no te me pongas bravito…
- ¿…Y en qué consistió tu “ayudita”? ¿Acaso les prestaste dinero…?
- …Si.
- ¿Y qué mas me ocultas?
- …Es que ella, la señora Virginia, me llegaba con el panteón…No tengo nada que darle de comida a mis hijos. No tengo dinero para pagar…La luz.
No tengo ni para salir…
- …Y ya me imagino. Porque eres…eres…
- Soy tu esposa. Y tú mismo lo has hecho, y no me vengas a decir lo contrario…Porque sospecho que el señor Andrés también te llegaba a exponer sus constantes problemas…Financieros… ¿O me equivoco?
- Me gustaría negártelo…
- Pero no puedes. Somos iguales mi amorcito y quizás es por esto que nos hemos asimilado el uno al otro.
- ¿Y esto da pié para que ellos se aprovechen?
- No, claro que no. Pero si para que nos entendamos los dos.
- ¿Y a cuánto asciende la deuda contigo?
- Bastante. Recuerda que por estar peleando para que no los invadieran el señor no podía salir a trabajar y eso le trajo como consecuencia que lo despidieran. ¿Te acuerdas?
- ¿Y cómo olvidarlo? A partir de ese entonces, comenzó con la pedidora de dinero prestado. Quincena a quincena…Le daba.
Pero cuando al fin, logró un nuevo trabajo…
Se le acabó la conversadera conmigo.
Al principio me decía que lo dejara vivir.
Y que en cuanto él se restableciera con el mayor de los gustos comenzaría a pagarme.
…Pero esto nunca ha ocurrido.
Porque jamás me llama para decirme:”Toma esto es por la deuda vieja”
¡Ni loco! Y eso que lo he apremiado…Una y otra vez me decía lo mismo: “Tenme paciencia, que en cuanto me caiga real, te pago. ¡Yo estoy mas que interesado en salir de ti” Pero como que no está interesado en “salir de mí” ya que hasta este momento que estamos hablando… ¡Nada!
…Y en este momento precisamente, mi linda ¡es que estamos solos!
Al parecer en esta pelea, nadie nos vendrán  a auxiliar.
La soledad en momentos como estos no me gustan.
Es esa sensación de desidia, como de abandono que me irritan. Me sacan de quicio. No se como explicártela…
- Te entiendo amorcito. Aunque tú no te lo creas, te entiendo perfectamente.
- En este asentamiento hemos convivido en perfecta armonía…
Mas o menos una veintena de familias. Cada quien está en sus cosas.
- …Y somos colaboradores unos con otros.
- Si pero en cositas pequeñas, pero en grandes como esta…
Tengo mis reservas…
- Amorcito bueno entre nosotras nos hemos auxiliados, solo que en cosas de hombres, la cuestión como que cambia.
- ¿Cambia y eso por qué?
- La semana ante pasada la que vive pasando tres propiedades mas hacia la entrada… ¿Sabes de quién te estoy hablando?
- ¿Dónde vive Orlando?
- ¡Exacto! Su esposa se llama María.
- ¿Qué también te pidió dinero prestado?
- Bueno…No exactamente eso pero…Fue que su hijo menor estaba con fiebre y me llegó a pedir algo para bajarle la fiebre que la tenía altísima. Yo revisé en mi armario y descubrí que me quedaba muy poca, es decir que tampoco le alcanzaría como para curarlo, pero bueno se la di y corrí a la farmacia para comprar mas…
- Y entonces fuiste y le compraste a ella…Y me imagino que ¿para nosotros también?
- Exacto.
- ¿Y?
- Bueno ella se la suministró al niñito… ¡Y Santo remedio!
- ¿…Y ahora que nos hace falta…Tampoco se ha apersonado?
- Tampoco.
- “¡Esas son las cosas que me alejan de ti!” La máxima dice: “Hoy por ti…Mañana por mí” Pero en nuestro caso muy especifico…No funciona así. ¿Cierto?
- Es cierto. Porque después me pasó algo parecido y fui yo misma…
- …Y no tenía…
- ¿Viste? Por eso es que yo me estoy diciendo ahora: “Hacer como te hacen no es malo”
- Si amor, pero no es bueno llenarse de resentimiento…
- ¿Pero si es bueno: “Qué te lo hagan.”?
- Tampoco.
- Pero es en este momento en que requiero de sus buenos oficios…
Pero nadie ha venido para decirme: ¡Presente!
Y mientras aquí me tienes “pariendo” sin ser mujer.
¿Qué te parece?
Pensaba que cuando ayudábamos a los demás nos estábamos ayudando a nosotros mismos, ya sabes.
Pero creo que me he equivocado ¡de plano!
Y esto me está “pidiendo” a gritos que debo reconsiderar muchas cosas, como por ejemplo: No meterme nunca mas a redentor ni a ayudar a mas nadie. Aunque me lo implore.
- Tampoco así amorcito. No debes endurecer mas tu corazón.
No lo hagas, por favor, no es bueno vivir “rumiando” todo el tiempo.
- Como tampoco es bueno vivir, tal como lo estás haciendo tú: “Corriendo” a la farmacia para comprar un medicamento para después… ¿Qué? ¿Te lo agradeció?
- Bueno si. Me dio las gracias.
- ¿Pero te pagó la carrerita o el costo de “su” medicina?
- No eso no.
- Por lo menos debió pagarte el costo del medicamento. Pero no lo hizo.
Tan solo te dijo:”Gracias” y ya con eso, consideró que lo estaba haciendo.
Por estas y muchas mas razones, es que me voy a “programar” para no seguir haciendo: El baboso ¡siempre! Ya me está cansando todo esto. Y es que me molesta el que me estén obligando a tener que hacerlo.
Porque creeme, no lo he sido… ¡Pero tendré que hacerlo!
- ¡Ay no mi amor! No te rebajes a la posición de ellos.
- …Entonces…
¿Qué?
¿Debo poner la otra mejilla nuevamente?
Ya esto me sonando como a una sinverguenzura de mi parte.
Esto ya no es lícito, ni humanamente hablando.
- …Pero tampoco es bueno vivir así…
- …Entre “vivir” como tú me estás diciendo, a hacerlo como tal me están obligando a hacer…
Hay una distancia, ¡muy larga por cierto!
Y por los momentos y viendo tal como lo estoy sintiendo en este momento: No.
¡No me la calo mas!
- Mira lo que reza ese proverbio: “Has bien y no mires a quién…”
- ¿Y qué te parece este? que dice: “No le tires oro ni perlas a los cochinos, no vaya a ser que se volteen y te destrocen”
¿…Con qué aceite quieres que te “fría” mi pescadito? – La esposa se le quedó mirando y calló.
No tuvo argumento para rebatirle nada.
Y es que ella ya estaba pensando hacer lo mismo, solo que no quería manifestárselo como para no “echarle mas leña al fuego” pero es que las cosas son como son y no necesariamente son como uno quiere…O anhela que sean.
- ¿…Y ahora a todas estas…Cómo haremos para resolver todos nuestros problemas? Y esto es mas importante que todo esto que estamos dilucidando. -
El marido la observó y tal como hizo ella, hacía unos segundos atrás…
No supo responderle, así que aguardó unos instantes mientras tomaba nuevamente el aliento necesario para enfrentar su verdadero e inmediato problema: Los estaban amenazando con invadirlos en ese preciso instante.
Sus tierras eran ambicionadas por gente extrañas a ellos.
Y venían con todo, y como parapente, traían  consigo a sus menores de edad.

A cada quien le llega, lo que le ha de llegar.





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