Ella lo seguía agarrada de la mano de su marido.





Después de mí… ¡Nadie mas!


Hoy es:  Jueves.


“Historia  de Amor…”


“Debe ser muy duro cuando te exponen a escoger
entre una vida u otra.
O la vida de la madre o la del hijo.
Es muy difícil el tener que escoger.
Pero la vida te lleva a sitios y situaciones…
En que hay que escoger.” 



Alcides  comprendió que su esposa, anhelaba respirar aire fresco.
Así, que dirigió sus pasos, hacia afuera.
En dónde seguramente  ella, se podría relajarse.
 Así, que comenzó a hablarle de otras cosas, como para lograr de que de esa forma, ella se fuera olvidando de todo ese drama.
Pronto, comenzaron a tratar asuntos.
Y cuando menos  se lo creyó, comenzó a verla sonreír y luego a reír.
¡Qué bien! Pensó para sus adentros.
Su esposa, respiró profunda y hondamente. ¡Hasta le pareció bello, el intenso tráfico que se estaba desarrollando frente de esa institución! Quedaba absorta, viendo la pelea y el forcejeo de los choferes por adelantar y de los transeúntes por atravesar esas atestadas calles.
Así se quedaron por varios minutos.
Y él tuvo la paciencia necesaria, para entender que en ese preciso momento, era vital para su esposa. Así, que se unió a ella y juntos contemplaron todo cuanto acontecía.
- ¡…Gracias mi vida!  …Me estaba haciendo falta. ¡Pero ya me harté! Caminemos a buscar algo para tomar y comer. Y recuerda que aquella gente, también deben estar igual o peor  que nosotros.
- ¡Tienes razón mi linda! Vamos al restaurant. Allí seguramente, podremos tomar café y comer algo.
Ella lo seguía agarrada de la mano de su marido.
Llegaron y buscaron una mesa. Al final, ella decidió en cual sentarse y eso hicieron.
Una vez, que hicieron su pedido. Esperaron varios minutos.
- ¿…Está muy mal…Verdad? – Le preguntó tímidamente a su esposa. Esta, le asintió con su cabeza.
- …Sí y creo que su embarazo, está complicando todo…
- ¿Y para cuando debe parir?
- …Ya está en los días…
- ¿Pero está consciente del todo?
- …Solamente en ocasiones. Fíjate, que antes de que entrara Susan, nos hablaba a Cecilia y a mí, todos sus sufrimientos que le ha tocado vivir con su marido.
- ¿Quéééé?
- Así como lo oyes.
- ¿Y qué les decía?
- …Ella está consciente de quién es su ilustre costillita…
- ¿De verdad, mi linda?
- Sí. En ese momento, nos hablaba con total sinceridad. Nunca antes, por lo menos a mí, lo confesaba.
Nos contó de las cantidades de veces, en que le ha tocado descubrir a su Romancito, enrollado  con otra u otras.


…Continuará….

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