3ra. publicación...



Google imagen.



“Me sucedió de esta forma…”



Esta es la tercera publicación de este relato.
Y para seguirle su secuencia…Deben ir a la primera…
Hasta que lleguen a esta parte.



Poco después me di cuenta que estaba en la caja. ¿En la caja…Tanto tiempo…?
(Y comenzaron mis temores a emerger, mis peores pesadillas se estaban haciendo visible, puesto que mis dudas emergieron y me enseñaron “sus dientes” y fue cuando entonces me entró esa incertidumbre… “Y dígame si me está “vendiendo”  -¡porque es capaz ese desgraciado! de lo que sea con tal que le den ¡su propina!-  ya lo conocía yo” u otros pensamientos que me asaltaron…
“Se está poniendo de acuerdo con mis perseguidores…Y seguramente que querrá quedarse “con algo mas” aparte de su propina… ¡Con mi laptop! Porque seguro estoy que oyó al “ya huido” cuando me la ofreció”  El suspenso ya estaba haciendo mella en mi humanidad.)
Seguramente que enteraba al cajero de la plata que nosotros habíamos consumido.
(¿…Cómo saberlo…?)
…No supe cómo reaccionar. Pero por aquello de “por sí las moscas” cerré violentamente la tapa y busqué su envoltorio.
Lo abrí y metí en el acto la llamativa  “prenda tecnológica”
- Me la voy a meter debajo de mi camisa…Y los que me la vean dirán:
“Qué panza tan rara tiene ese tipo”
(Pero en verdad: ¡No me importó un carajo!) 
Lo intenté, en verdad que lo intenté…Y no una o dos veces… ¡Varias!
Pero no pude hacer…Ese maletín era demasiado grande.
Hasta llegué a analizar la posibilidad de dejar ese maletín…
¡Pero era lo que mas anhelaba el amigo! ¿Y cómo le podría explicar después…?
No. No esa opción no me es valedera.
…Pero lo mas cruel es que por “ese maletín” era que lo reconocían   -según me aseguró él-  y en verdad hubiese sido mejor salir con mi laptop y dejar su envoltorio…Quizás alguien de acá me lo guarde mientras salgo y quizás mañana o pasado vuelva por él…
…Pensé…Tramé… ¡Pero solo en callejones me encontraba! Porque quién “en su sano juicio” aceptaría quedarse con “eso”, si ello le representaba: “su sentencia de muerte” Seguro que nadie… ¡Solo yo!
¡Pero si Luis me estaba esperando afuera! ¡Tampoco me servía esa opción!
…En mi mente se estaban tejiendo muchos combates con sus hipótesis, con sus estrategias de guerra de guerrilla.
Me recordé de todos los manuales de guerra que he leído.
…Cuánto hubiese dado por obtener ¿ese “don de la invisibilidad”?
¡Mucho! ¡Todo!
Temía lo peor.
Y lo mas triste…Estaba solo. Y no se pero, no logré pensar en nadie en específico. Estaba tapado.
Estaba cercado. Rodeado y bordeado.
¡Terriblemente solo! en medio de centenares de personas que por allí deambulaban.
…Pronto me sentí asediado.  Perseguido. Requisado por múltiples intenciones.
Estaba como “gato boca arriba” Son demasiado para mí solito…
Sobre mis hombros se posaban cientos y cientos de pares de ojos y en mis elucubraciones… Y toda esa presión…
Me estaba dominando, sometiendo y vejando.
¡Todos me vigilaban! 
¡Era el “patito feo”!
Me sometían a su estrecha vigilancia.
Para mí, en ese momento…Era presa de todos los demonios de la  fuga, del escape y del disimulo…Solo que ninguno de ellos acudió en mi ayuda.
Mi estado anímico era una mescolanza de múltiples estirpes y cada una de ellas, reclamaba y trataba de imponerse por encima de las otras.
…Y yo en medio de toda esa vorágine…
…Ninguna logró imponerse. Así que tuve que tratar de disimular en mi rostro, en mi cuerpo que todo estaba en calma. Mientras en mi interior me estaban friendo y asando en vivo.
Los mares estaban encabritado.
Las olas superaban los centenares de metros.
Los tsunamis me estaban sometiendo, pero debía seguir dando “la impresión” de que todo seguía en la mejor y perfecta calma.
El volcán mas grande del mundo estaba en plena ebullición…Su magma achicharraba mis nervios.
Mis cuerdas vocales eran como cadenas ardientes.
…Y yo solito allí…Sin poder hacer mas nada que padecer en perfecto silencio.
Debía reflejar a todos que yo no temía nada y que en mi nada mas había que: “esa armonía perfecta” de la cual solo yo sabía que no tenía.
Todos eran sujetos de “sospechosas intenciones” y debía cuidarme hasta de mi propia sombra.
Procuraba que ni mi respiración fuera objeto de discordia.
Paz. Calma. Armonía.
Y que como no había hecho nada malo…Todo en mi era “armonioso”
Ya que cualquiera me podía echar “el peine”
¡Hasta los carricitos! que pasaban a mi lado…
Y en mis mas profundas sospechas…
¡Los cazaba que ambicionaban mis nuevas pertenencias!
Se me antojaban que llevaban cámaras con micrófonos ocultos…Uno nunca sabe…
Con el mas profundo temor…Traté de apertrecharme de valor y de la entereza posible para salir victorioso de esa dura prueba.
Podía ser que me estaba enfrentando a las peores mafias  del contrabando o de narcotráfico o de trata de blancas o tráfico de niños… ¡No lo sé!  
Y mi situación era demasiado precaria.
Analizaba que si eran capaces de que me atacasen a plena luz del día y delante de toda esa muchedumbre. Y si. ¡Claro que sí!
…Ya Luisito me lo había advertido…
Eran desalmados, salvajes, matones…etc.
Yo solo contra… ¿Cuántos?  
…Quien podría ser… ¡Ni idea!
¿Contra mis propias sombras…?
Y con esa manada de demonios que me estaban ¡descuartizando ya en mi interior!
Y con seguridad estarían armados hasta los dientes… ¿Y yo?
¡Ni siquiera cargaba mi corta-uñas!
Un enfrentamiento totalmente asimétrico.
¡Sabía que no era justo!
Pero… ¿A quién le va a importar esto?
Traté de seguir pasando lo mas “desapercibido” que pudiese.
Y fue cuando me percaté de que el cafecito suyo, ni siquiera lo había tocado al igual que su cachito de jamón y queso. (Aún estaba caliente el café…Su envase ¡me decía eso!)
Pensé en ese instante, que con eso me estaba poniendo en evidencia y que ese equipaje también me denunciaba a gritos. (Y traté de esconderme…Pero era obvio ¡no pude hacerlo!)


…Será mañana que continué…

No hay comentarios:

Publicar un comentario