"Creíble INcreíble" Martes...


Bernardo Enrique López Baltodano (Belbaltodano): "Creíble Increíble"

Creible  increíble

…Existen  situaciones  distantes  en  nuestros  entornos…
Sin  comprenderlos  y  sin  entenderlos…
Pero  hay  que seguir  viviendo…


….Viene  desde…


¡Pero nada mas! Ningún otro sonido.
Todo sigue impertérrito.
Asombroso pero así es.
Silencio sepulcral…
Ninguna hoja se mueve…Igual como si todo fuese de lo mas natural.
…Y esto me inquieto en sumo grado, puesto que me hace ¡hasta dudar de mí mismo!
Pero ¡claro que no estoy loco!
Sigo seguro de lo que he percibido.
Pero me faltan evidencias.
Algo que sustente mi creciente terror.
¡Qué angustia el tener que dudar de lo que percibo!
- ¡Malayo cobarde! ¡Ya te voy a joder! – Grité amenazando.
Me encontré refunfuñando…
En principio me saca de mi aletargamiento absurdo y ridículo en lo que esto me ha sumido esta situación tan enojosa e inusual.
Un hálito de valor resurge en algún recóndito escondite de mí ser...
Y me da vida.
Me da resolución y sentido a este proceder.
A toda velocidad, meto la llave nuevamente al candado y lo logré abrir en un santiamén.
Y raudamente corrí detrás suyo.
Corrí en forma desaforada.
Y no sé con exactitud cuánto he recorrido.
En un micro segundo ya  yo estaba en el mismo callejón…
¡Nada!
¿Nada?
No puede ser.
¿Cuánto tiempo habré podido perder, mientras lograba abrir ese candado…?
No creo que mucho. Si acaso fue…
Un instante.
- ¡Ya lo voy a agarrar!
En todo caso pude ver su resplandor.
Y estoy seguro de que era o un hombre o un chaval grande.
Es mas hasta podía jurar que me estaba viendo con el rabito de su ojo y hasta logré captar una macabra sonrisa.
- …Ya vas a ver…Lo que te voy a hacer…
Y es que al hacerme esta revelación…Un frío gélido recorrió toda mi espalda.
Por supuesto que esto ya no me gustó.
Y sin quererlo, los recuerdos volvieron a mí…
Y esta pregunta me atenazó: ¿Será el mismo?
…Puede haber la posibilidad de varios…No es descabellado, pero puede ser cierto.
Y si es el mismo, qué sadismo tan grande con maltratar a tan noble ser.
¡Ojalá no caigas en mi poder!
…Pero algo dentro de mí, me recordó que no era ella su presa…
Y que con toda seguridad…
Yo seguiría en su lista.

¿Era yo? ¿Y por qué? 

...Este relato continuará...

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