"Esto es mío...Y aquello también"

Que está bien. Te llevo a donde tú quieras. – La tuteo por primera vez.
Ella le sonrió y usando un tono de lo mas normal, le propuso…
- ¿Adónde yo quiera…?
- Me dijiste que querías comprar frutas. ¿Cierto?
- Ciertamente. Me agradan las naranjas. – Con un juego de manos, le mostraba cuan grande era su placer…Al tocarlas…
- Y las toronjas. Me ayudan a mantener mi figura. – Se tocaba sus senos con lujuria, y dándose vueltas hizo un mini desfile solo para él.
- Aja…
- ¿Te gusto? – Se le acercó ronroneándole…
- ¿Gustarme…?
- Aja. ¿Te parezco…Simpática?
- ¿Simpática?
- Si. Simpática: ¿Acaso no sabes lo que significa…?
- Es que tú eres una mujer…Casada…
- Y tú también eres casado. ¿…Y?
- Pero tú hijo…
- ¿Qué pasa con mi hijo Alejandro?
- Bueno…El es amigo mío…Tengo poco tiempo de conocerlos…
- Eso ya lo sé. Y es mi hijo…Mayor… ¿Y?
- ¿Te parece poco?
-  No. ¿Tú le vas a hablar de lo nuestro?
- ¿De lo nuestro? ¡Señora…!
- Yo nunca le hablaría a mi hijo, lo que hacemos los dos. Nunca.
- ¿”Hacemos los dos”…Y qué estamos haciendo los dos?
- ¿Ahorita? ¡Hablando! ¡Charlando! ¿Qué mas podemos hacer?
- Nada mas, que yo sepa.
- Por ahora. Además…
¿No puedo tener un amiguito…Secreto?
- No lo se…
- Podemos serlo. ¿Verdad?
- Podemos.
- Yo no le estoy faltando el respeto a nadie.
Además…Tú nunca me has tocado. ¿Verdad?
- Eso es muy cierto.
- Y yo soy toda una reina. Una Alta Dama.
- De baja cama… - Zigzagueó él.
- Me encanta la cama… Además…Tú me respetas… - Le indicó con su dedo rozándole la mejilla.
- Así es.
- Y podemos ser amigos.
- Así es.
- Y podemos serlo mas aún.
- Podemos.
- Yo soy una mujer y por mis venas corre sangre.
- Se nota.
- Y soy muy briosa.
- ¿Y tu maridito?
- ¿…Y tu “esposita”…?
- Él me inspira…Respeto…
-  Y dale con el viejito… ¿Qué pasa con él?
- Que me da cosa…Tan indefenso…
- Allí donde tú lo ves. ¡Me ha hecho la vida de: cuadrito!
- ¿Y cómo? Si está indefenso. Inútil. No mueve nada.
- ¿Así es cómo lo ves?
- Así lo veo.
- Pues déjame decirte: No siempre ha sido así…Inútil.
- ¿No? ¿Y qué fue lo que le pasó?
- ¡Ay no chico! No me vengas a decir que vamos a salir para hablar de él. No señor.
- ¿Y todavía quieres salir?
- Pues claro. Todavía corre sangre por mis venas.
Y mucha. Quiero que me lleves.
O vamos a una frutería.
O me llevas a tomar algo…
O…no sé adónde me podrás…”Llevar”…
- …Bueno. ¿Dónde queda esa frutería?
- Vamos yo te indico. – El se dirigió a su carro y ella se le puso a su lado.
Caminaron en silencio.
Le rozaba su mano a la de él, en una forma “natural”
- Esta bonita la noche…
- Si es cierto. ¿Mira la luna? – Le indicó a ella.
Se detuvieron y miraron detenidamente…
- Aja. Es luna llena.
- Hoy es una noche peligrosa. – Le indicó.
Ella sonrió y mirándolo en una forma dual, ya que insistía en ver al hermoso astro en toda su plenitud.
- ¿Es peligrosa…?
- Así cuentan.
- ¿Y por qué?
- Es la noche en que se desatan los “Hombres-Lobos”
- ¡Uy qué miedo!
Menos mal que voy acompañada de todo un “Guerrero”
¡Un macho que me demostrará todo su “valor”!
¡Y claro yo me dejaré someter por  el mío!
- No te juegues. Cuentan que en noches como estas.
Todos estamos peligrando.
- A mí que me coma el lobo.

¡Soy toda tuya!

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