“Mientras él trabaje…Yo me divierto”
Se arrepintió de
haber salido a esta hora, mejor hubiese sido…mas tarde.
¿…Y ahora qué podía
hacer…? ¡No se podía hacer “el invisible”
y desaparecer, tal como estaba acariciando esa fantástica idea!
¡No señor!
En esta ocasión:
¡Tendría que enfrentar esta situación, tal como lo haría un hombre de verdad!
…Y él se sentía
como tal.
- ¡Cuánto cuesta
ejecutar tu propio designio! -
…Pero ni modo, no
le daba tiempo de retornar a su cuarto.
Nada ni a nadie
pudo divisar.
Soledad por los cuatro costados.
Luego otro rugido o
gemido, no supo definirlo, pero mas profundo, sus decibeles eran demasiado
bajo.
-Y en verdad que
esté macabro sonido, ya lo estaba empezando a poner algo “nervioso”. -
- ¡Ayyy mamacita!
¿Quién me manda a ser tan terco?
¡Siempre ando
metido en estos berenjenales!
¿Pero por qué me
toca siempre a mí? -
Su estomago se
removió. Tronó algo en forma por demás… ¡Grotesca y hasta hosca!
Algo así como si le
estuvieran arrancando algo muy pesado…demasiado grotesco.
Se quedó privado,
cambió de color.
Hasta se le bajo…su
propia temperatura.
Le dolió.
Se arqueó
fuertemente.
- ¡Duele! – Le
salieron unas cuantas lágrimas del dolor.
Hasta le dieron
ganas de ir al baño.
Le provoca salir…
¡Corriendo o volando!
Pero su sospecha
fue aumentando, realmente no podía moverse ni siquiera un milímetro.
Miraba con
insistencia a todos sus lados y se preguntó con voz casi inaudible…
- ¿…Pero a dónde
podré…Defecar…?
¡Auxilio! ¡Quiero
estar en mi casita!
¡…Me duele mi
pancita…! ¡Me duele!
Temió haberse
ensuciado su pantalón.
¡Horror! ¿Se hizo
en su interior?
- ¡No, nunca! – Se
palpó sus nalgas. - ¡Jamás lo he hecho…Anteriormente!
Se olió con
insistencia. Una y otra vez.
Temiendo lo peor…
- ¡Qué buena vaina
me están echando ahora!
En su desesperación
olvidó su propia seguridad, así que temiendo siempre un repentino y cobarde
ataque.
…Pero es que esto…
¡Inaudito!
¡Inverosímil!
No podía ser
cierto…
Y nada. Todo seguía
normal.
- ¡Macho que se
respeta…! No se ca..
¡En su pantalón! –
En forma insistente insistía en cerciorarse de que nada de eso le había pasado.
Se escondió detrás
de unos árboles.
El silencio era
peor que aquel ruido tan extraño, y temiendo que lo atacaran por su espalda…bordeó
violentamente el ancho árbol.
Escondió la llama
de su cigarrillo.
Estuvo alerta. Lo
asustaron.
- ¿Estaré de
“chorrito”?
¡No, nunca antes le
había ocurrido esta desgracia!
Su temblor lo
delataba.
Quería “obligarse”
a serenarse y a comportarse como siempre lo ha sido: ¡Un hombre! (Pero no un
caga..)
Y no podía
contenerlo. Se encontraba impotente.
Su propia
naturaleza se le estaba manifestando…Y no encontraba la fórmula para acallarla.
Era preciso
reformularse. Reinventarse y renacer tal como todos lo veían. Valeroso e
indómito.
Siempre dueño de su
propia circunstancia.
Se sintió seguro
cuando tocó la hoja de su puñal.
Una vez mas se tocó
sus nalgas, miró y olió sus manos.
- No veo nada
extraño. – Se afirmó a sí mismo.
Todo seguía bajo
“su” control.
- ¡Qué bien! –
Lanzó un suspiro de satisfacción.
Pudo permitirse un
“respiro de descanso” de relax.
Sacó su puñal, la
hoja se delató al brillar en esa oscuridad.
Si que la cargaba y
estaba dispuesto a enterrárselo al primer payaso que se le interpusiera.
¡Nadie podía verlo
en esa “extraña posición”!
…Aunque volviendo a
su momento actual…
No conocía ese tipo
de sonido.
Tan
grave…Ronco…Peligroso…
- ¿Qué clase de
animal pudo haberlo hecho?
¿Un perro…? ¿Sería
de una raza extra grande?
¿…Un jaguar…?
¿Jaguar por estos
lados?
¡Jamás!
¿…Puede ser algún
tipo de León…?
¿Me podrá eliminar
a mí…? - Esta opción lo asustó aún mas.
No pudo
descifrarlo. Sudaba copiosamente.
Y esto era una
incongruencia…
¿Sudando en medio
de una noche fría…?
- ¡De repente debí
obedecerla…! – su vigilia era total.
Por lo que era mas
prudente…estar alerta.
¡Siempre lo estaba!
…Pero también
podría ser un espanto.
¿…Un espanto…? ¿Un…fantasma…?
¿…Y cómo sería
“eso”?
Porque podría venir
en forma humana…O de…de…
¡La verdad es que
esto está muy confuso…!
¿…Y de qué forma
vendrá…? Porque debo estar “mosca”…
O un espíritu. ¿Me
podrá vencer?
O quizás un
monstruo de los tantos que por esos lados deambulan por esos lugares.
…Y si es un
gigante…
…Con cuatro patas…Cuatro
brazos…
…O quizás diez
brazos…Y diez patas…
¿Y qué altura
tendrá…? ¿…Aparecerá con “un ojo”…O
tres…?
O un ave de esas
inmensas, que vivieron en la pre historia…
¿…Qué nueva
criatura del demonio pueda emerger por acá…?
- ¡Bah! ¡Puros
cuentos! ¡Puras melodías! – Sus palabras se las llevó la brisa.
No oyó, como
tampoco sintió el eco de sus palabras, y esto lo preocupó. No pudo dar el
crédito que requería…Un susto le emergió de alguna parte muy dentro de su ser.
Supo entonces que
no estaba controlando, al contrario…estaba en minusvalía…
¡Yo domino en las
noches! – El oír sus propias fanfarronadas, lo envalentonaban. Se escuchó, ¡al
fin!
Insistentemente
chequeaba para comprobarse a si mismo quién o quiénes lo tenían en la mira y al
percatarse de su anonimato…se alejó.
La oscuridad buscó
y de los curiosos ojos se escurrió.
Para el resto de
los mortales; Simón dormía plácidamente con su mujercita de turno y si no le
creían su propia madre le servía de testigo fiel y fidedigno.
Pensaba él, en ese
momento tan crucial…para él:
(¿Por qué me pasan
estas cosas? ¿Y precisamente a mí?
Siempre he hecho lo
que la vieja me ordena…A excepción de hoy. Pero es qué: ¿Quién podrá hacerle el
frente a todo? Ya mi madre se está poniendo vieja y soy yo el que debo salir a
buscar el diario sustento.
¡Además esa
muergana cada vez me está exigiendo mas y mas!
¿Y cómo le hago?
¡Tengo que pagar! ¡Debo hacerlo!
Ya es justo que sea
yo el que lo haga…
¡Mi vieja se me
está acabando! Aunque pensándomelo mejor, cosas como esta no deberían pasarme.
¡
De ahora en adelante
que ¡me lo pague la vieja! Es mejor… ¡Para mí!)
......Este relato aún no concluye...Continúa......
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