"Mientras él trabaja...Yo me divierto"
Se escuchó, ¡al fin!
Insistentemente chequeaba para comprobarse a si mismo quién o quiénes lo tenían en la mira y al percatarse de su anonimato…Se alejó.
La oscuridad buscó y de los curiosos ojos se escurrió.
Para el resto de los mortales; Simón dormía plácidamente con su mujercita de turno y si no le creían su propia madre le servía de testigo fiel y fidedigno.
Pensaba él, en ese momento tan crucial…para él:
(¿Por qué me pasan estas cosas? 
¿Y precisamente a mí?
Siempre he hecho lo que la vieja me ordena…
A excepción de hoy. Pero es qué: ¿Quién podrá hacerle el frente a todo?
Ya mi madre se está poniendo vieja y soy yo el que debo salir a buscar el diario sustento.
¡Además esa muergana cada vez me está exigiendo mas y mas!
¿Y cómo le hago?
¡Tengo que pagar!
¡Debo hacerlo!
Ya es justo que sea yo el que lo haga…
¡Mi vieja se me está acabando! Aunque pensándomelo mejor, cosas como esta no deberían pasarme. ¡
De ahora en adelante que ¡me lo pague la vieja!
Es mejor… ¡Para mí!)


II
“Lo que está aconteciendo en su casa”

Ajenas al acontecer del “hombre de la casa”…
Matilde ajenas a las vicitudes en que se encontraba su retoño,  apagó su televisión y se dispuso a dormir.
Tranquilamente y confiada en que su “Simoncito”  estaba al igual que ella, durmiendo placidamente.
Pero en el cuarto contiguo al suyo, aún oía el ruido de la teve, y volviéndose le dijo a su vástago:
- ¡Mañana hay que levantarse temprano, a dormir! -
- …Si suegrita, en un ratico mas la apago. ¡Buenas noches!
- Bájenle el volumen. Hay gente que quiere dormir.
La mujercita le respondió:
- Si, ya le estoy bajando. – La matrona ya satisfecha, se acomodó en su lecho y pensado lo siguiente…
(…Con tal de que no empiecen con ese “ruido” tan molesto cuando están en sus “cositas”.
Y esa cama, ese jergón que es tan bullanguero y exagerado.
La verdad es que son muy escandalosos…
¡Ese hijito mío es todo un semental!
 Es cómo su “santo “Padre…”
¡Bueno en la cama!
¡….Oh sí qué era suculento!)
Y ya sintiéndose satisfecha…Tan agradables recuerdos, la hicieron estremecer…Pero ya era demasiado pedir y pensándoselo mejor…era preciso olvidar y proceder a dormirse, si que era lo mejor por lo que actuó en consecuencia, se acarició suavemente, se tranquilizó y se arropó,  buscó su acomodo…suspiró profundamente, y se dispuso a dormir.
Su día fue muy afanoso y ya se sentía muy cansada, era prudente renovar sus energías para el nuevo día.
Como en efecto hizo.
Pronto se le escuchaban sus ronquidos.
Así fue transcurriendo esa noche.
Al otro lado de su pared…     
La mujercita al percatarse de que su suegra ya estaba rendida, pensó:
- …Seguramente que ya se quitó los aparatos para poder oír.
¡Qué bueno que ya la sorda está rendida! – Y procedió a aumentarle el volumen de su aparato.
Y a prender la luz de su cuarto.
- ¡La  vida es para disfrutarla! ¡Estoy perdida de “buenota”! –
Y se meneaba en forma por demás “sugerente”.
Puso sus nalgas a relucir y viéndose se dio tremenda nalgada y pegando un brinco se restregó contra la pared, y gritando eufórica se dijo…
- Y mis carnes si no las aprovecho…se me van a poner: “fofas” y ya para ese entonces; ¡No me las van a querer!
¡A gozar, a gozar, que el mundo se nos va a acabar! – Bailaba.
Pronto encendió la radio manteniéndola a un volumen alto al igual que el televisor.
- ¡Hagan cola, que estoy para todos! – Gritaba en forma cantada acompasándola con sus movimientos eróticos.
De repente escuchó un “siseo”, su corazón comenzó a volar a millón.
- Sssssssssssss – Sssssssssss -
Se puso una de sus manos en su corazón, como para apaciguarlo.
Pasaron unos segundos, y ya no escuchaba nada.
Se confió, pudo haber sido su propia imaginación.
- ¡O los cuentos terroríficos de esa vieja suegra!
…Me quiere mantener “asustada” para poder controlarme mejor…
¡Vieja ridícula!
¡Anda a comerte un cerro de mier..!
¡A mí nadie me controla y yo se lo doy a quién yo quiera!
¡Métete en tus problemas,  que los míos lo decido yo! -  Se dijo muy decidida, así que continuó como si nada le importara.
Su fiesta nocturna ya estaba en función.
Despreocupada y confiada en que su suegra ya estaba muy bien dormida.
Abrió la puerta del rancho y se le vio con unos muy apretados pantaloncitos muy cortos, se le apreciaba su abundancia feminidad.
- ¡Tanto que tengo para dar…!
¿Y no consigo a quién dárselo?
¡Al primero que pase…Se lo doy!
Bailaba con mucha cadencia.
Y su sinuosidad era mas bien propicia a su sensualismo que al ritmo de la música escandalosa que se escuchaba.
Parecía mas a un barcito de muy mala muerte.
Incitando a las mas bajas pasiones. 
Escuchó un ruido como que se rompieran muchos vidrios.
- ¡Crassssssssssss!
Bajó el volumen. Estuvo atenta.
Revisó por dentro de la casa…Nada.
Abrió la puerta del cuarto de su suegra…Nada.
Fue a la pequeña cocinita…Nada.
¿Habrá sido producto de…Cuentos…Será eso?
- ¡Esa vieja me tiene aterrorizada con sus cuentos de terror! – Se dijo y volvió a subirle el volumen a su aparato musical.
Tomaba algo, y fumaba mas que una ramera presa.
Escuchó el fuerte frenazo y el consiguiente choque, al parecer fue fuerte.
Asustada se asomó…Nada.
- …Pero yo lo oí. Y me pareció que era aquí cerquita…
Ni a la derecha, tampoco a la izquierda.
- …Extraña noche… - Y pensó…
(…Ahora falta que aparezcan cadáveres sin cabeza y caminando por el frente… ¡No!
Esa vieja me tiene con psicosis.
¡No le voy a seguir haciendo caso!
¡Hoy me voy a divertir…Aunque sea sola!)
Se sirvió un poquito mas. Comenzó a cantar nuevamente.
Quería alegrarse, pasar una noche distinta.
Era joven y se sentía que le faltaban muchas cosas.
Se asomaba muy a continuo al portón, mirando con mucha insistencia.
En su rostro se reflejaba la indecisión, el temor a lo oculto.
Su suegra siempre la alertaba a no permanecer allá afuera sola y mucho menos de noche.

- La noche es para los demonios. – Constantemente se lo advertía.

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