¡Mejor que sigan ignorantes…Que
nosotros seguiremos actuantes!
…Mejor sigo con el cuentito de los
animales…Es mejor…
Bestias de caza… ¡Moraban por estos
predios!
…Y no cualquiera tenía la valentía
necesaria como para internarse por estas…Tierras….
(Y sin embargo, yo nunca temí.
Siempre pasee por todas estas partes.
Jamás nadie se metió conmigo. Doy fe de
esto)
¡No…Y se temía mucho!
¡El respeto es
fundamental!
¿Por qué cómo se puede respetar,
sino se inspira terror?
Mientras inspires horror… ¡Te
respetan!
Así de sencillo.
Y en aquella época… ¡Existía! Y mucho.
Y no como hoy en día…
¡Relajo,
desenfreno…inmoralidad!
¡Este mundo en el qué ustedes
“habitan” es: Inhumano.
Servil. Débil y sumiso.
Y no me lo nieguen…
¡Ustedes se dejan llevar por sus
desenfrenados influjos a la pereza…A la lujuria…Al desenfreno locuaz!
¡Malparidos…Desenfrenados…Malayos
desgraciados!
(…No es con ustedes.
Le hablo a
otros, que ustedes no ven, ni verán jamás. Menos mal que así es…)
¡No existía este veneno que ahora
tomamos…Me refiero a la cerveza!
(Ciertamente que existían otros…Pero este no
es el caso, por ahora)
¡Pecadores en valles oscuros…!
¿Y
para qué quieren luz…?
Si no ven absolutamente nada, de
nada…
Debo confesar que era muy ingenuo…Y tonto, demasiado diría yo, hoy en día ya me sané de esas estupideces…
Bueno el caso es que, me encontré
con una de “esas” criaturas.
Era muy bella, hermosa.
¡Bella y apetitosa! ¡Ah qué gustosa
fue…!
Y a pesar de todo…
Me enamoré
perdidamente de ella.
¡Ah, las locuras que produce el amar
intensamente!
(Solamente los enamorados lo
sabemos.
Ustedes no tienen cara de haberse
enamorado nunca.
¿…Cierto?
…No importa.)
…Era y lo sigue siendo…”Muy
diminuta…Casi un susurro”
¿Ustedes conocen “un susurro”…?
¡Qué van a estar conociendo
ustedes…Son unos niñitos “hijitos de papi y de mami”!
¿…Es cierto esto?
¡No importa! Volvamos con “mi
diminuta…Y casi un susurro”
Al principio me costó…Pero ya después
me acostumbré a ella…
(¡Qué deliciosa…sensación…!)
Y mientras fuimos “parejas” ella me
concedió todos los favores que yo le pedía…
¡Siempre le estaba pidiendo y
pidiendo!
Y todo me lo daba…
¡Divina!
…Hasta que nos descubrió su “líder”
¿…Líder “ese”…?
¡A cualquier baboso llaman “líder”!
¡Maldito entre todos los malditos!
¡Mal nacido, engendro feo, sucio y
hartamente: Hediondo!
(Un malvado y muy perverso
hombrecillo… ¡Espeluznante ser…! ¡Qué se los digo yo!)
…Y desde ese entonces, me hizo la
vida imposible.
(Para mí… ¡Qué le caí muy mal!)
¡He jurado matarlo!
Y suelo
cumplir…Mis propósitos…
(Y mi brazo no descansará… ¡Hasta
que lo logre!)
¡Y en cuanto lo consiga…Lo aplastaré
tal como lo he hecho con las cucarachas!
¡¡Ese es un maldito que merece morir
así! –
Y lanzando punta pies y golpes al
aire…
Se levantó y se enfiló hacia su rincón…
Y en la medida que se desplazaba…Un
viento ronco y absorbente rugía con fuerza titánica.
Nuevamente se escuchó crujir de
huesos…
De madera rancia y ya descolorida.
Silencio mortuorio. Inclemente.
Rapaz.
Los dos…Miraban sin entender.
…Aterrorizados no se podían ni
mover…
Una suave brisa helada se desprendió
de algún sitio. Una exhalación macabra se dejó sentir…
Ese “hálito espectral” se enseñoreó
de todo y de todos.
Un seco zumbido acompañado de un
aleteo violento, se dejó sentir…Zozobra.
Impaciencia. Inquietud.
Al instante se permutó en el
ambiente.
Una sensación de vacío. De
inexactitud.
Poco a poco, se fue colando una
brisita que los refrescaba y disipaba los malos “sinsabores”.
Volviendo esa sensación
de…Paz…Relajación…
…Pero estos dos…A pesar de esto…
No conseguían sentirse cómodos.
Persistían en su angustia.
Seguían con espanto, horrorizados…
Chequeaban a todos lados…Sin
conseguir sosiego alguno.
- …Pero Miguel… ¿Qué pasó? – Con
señas le informó que nada pasaba y que él volvería a lo suyo.
Que lo dejaran en paz. – No
entendieron nada, se quedaron estupefactos y de repente…
- Ya saben: ¡No le digan a Miche que
hablaron conmigo! ¿OK? ¡No debe saberlo! – Se escuchó su timbre de voz.
Encajonada. De ultratumba.
Distante pero a la vez demasiado
próxima…
- ¡…Qué gente tan extraña es esta…!
Mira tengo la piel de gallina.
No aguanto mas todo esto.
- ¿Te diste cuenta Pedro?
- ¡Sí hombre! …Mucho misterio…Mucho temor…
Esto no debe ser normal…Lo que me
provoca es salir corriendo.
- ¿Y a dónde?
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