“Después
de mí… ¡Nadie
mas!”
“Historia de Amor…”
“Esta trama está tomando un giro inesperado.
La realidad supera con creces a la imaginación.
Sigue leyendo y verás como se va desarrollando esta
Interesante historia…”
...Es bueno que
leas esta novela desde su
principio…
Día a día estoy publicando una parte mas…
Y si tienes la paciencia debida…
Retrocede un poco mas…
Para seguirle el hilo a esta trama…
¡Mis saludos y mis respetos a todos y cada uno de
ustedes!
…Y recuerden que su comentario o un Me gusta nunca está de mas…
- ¿Y Román? – Alcanzó a preguntar
Alcides.
- ¿Qué pasó con Román?
- ¿Sí…Qué pasó con él? – Repitió su
pregunta anterior Alcides.
- Román, al verlas…Las corrió.
Les dijo: ¡Fuera, ustedes no tienen
vela en este entierro!
- ¿Román…Con una anciana y esas dos
niñitas…?
¡Cada vez, entiendo menos, Cecilia!
¿Por qué no nos serenamos y continúas
con tu relato?
…Anda. – La invitó Alcides. Mientras
tanto, los demás se movían nerviosamente.
La mente es libre y en este preciso
instante…Cada uno, ejercía su noble derecho.
- …A ver, a ver…Serenémonos…Tranquilos.
Cecilia, por lo que nos estás contando…
A Román, ustedes dos lo consiguieron
fajado con esa señora ya muy anciana… ¿cierto?
- Así mismo fue Alcides.
- ¿Y, cuando ustedes dos los
consiguieron…Qué actitud asumió Román…?
- Alcides, como les conté, primero:
¡De asombro!
Después, se repuso, casi al instante.
- ¿Y tu hermana…Lo peleó?
- No Alcides. Gersy se quedó como
petrificada.
- ¿Y tú en dónde estabas?
- Alcides, como les venía contando…
Cerré el carro y corrí detrás de ella.
En escasos segundos, llegué detrás de
ella.
- ¿Pero…No le dijo nada a él?
- ¡Nada Adriana! Se quedó en una sola
pieza.
- ¿…Y allí fue cuando tú llegaste…?
- ¡Exacto Susan!
- ¡Ajá, continúa Cecilia…! – La invitó
Miguel.
- ¡Gracias a Dios! Que aparecieron esas
dos niñitas…Porque la verdad, en un momento hasta llegue a pensar, que me iba a
golpear, por andar de metiche.
Bueno…El caso, es que cuando
aparecieron esas dos niñitas, ellas venían llorando.
¡Llorando a moco tendido!
Y cuando oyeron el escándalo, como que
se aventuraron a salir cada una de su cuarto…
- ¿…Pero qué relación tienen ellas, con
Román y esa vieja, Cecilia? – Preguntó muy intrigada Adriana.
- ¡Pero déjenla que continúe…No la
interrumpan más…! – Protestó Miguel.
Todos se quedaron perplejos.
Pero accedieron a guardar prudente
silencio.
- …Continúa Cecilia… - La invitó a
seguir con su relato, Miguel.
- Después que las regañó Román, ellas
ya le habían perdido el miedo y se metieron en el cuarto y comenzaron a llorar
abrazadas de esa vieja.
Yo me quedé mirándolas, sin comprender
nada de nada.
- ¡…No es lo que están pensando ustedes
dos…! – Nos gritó la vieja.
- ¿…Y qué es lo que estamos pensando
nosotras…? – Le respondí.
- ¡Ustedes son malas! – Nos dijo.
“…Seguirá con su misma
intensidad…Y quizás…”
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