#cortoenrelato

         Plaza Bolívar en: El Valle de todos los Santos de Calabozo - edo. Guárico - Venezuela

   “Corto  en  relatos”  

Hay momentos en este diario vivir…

¡Que es bueno vivir!

“Lo escuché…”

Venía caminando y se me ocurrió entrar a esa plaza cuyo distintivo mas práctico me pareció esa gran arboleda, inspiración a un relax profundo en medio de este inclemente clima.

A esta agitación cotidiana.

A esta tensión perenne.

Nada mas entrar, sentí una brisa muy acogedora, que me relajó enormemente, y ya que me encontraba bajo una sombra milenaria, comencé a sentir el fluir de ese vientecito que me fue secando mi camisa   -de tanto sudor acumulado-   y a comenzar a ver el panorama que se me presentaba con mejor disposición.

Pronto me di cuenta que un gran amigo, al cual tenía mucho tiempo sin verlo, me estaba haciendo señas de que me aproximara a él.

Le hice saber de qué ya lo había visto y que aceptaba su invitación. Se encontraba en medio de un pequeño grupo de personas, me dirigí hacia él y en cuanto llegué, él se desplazó unos metros para darme la bienvenida de rigor.

- ¿Cómo te ha ido? ¡Teníamos tiempo sin vernos!

- ¡Cierto! Yo me encuentro bien ¿Y tú?

- Aquí presenciando este “toma y dame” – En un principio no le entendí, pero haciéndome señas me llevó hacia esa pequeña aglomeración, compuesta por mas o menos unas seis personas y conmigo, pues sumariamos siete.

Me encontré con dos viejos que estaban sentados e intercambiaban sus impresiones, y se decían esto…

- La verdad, es que eso de elegir es algo muy complicado. Puesto que en ese proceso es mucho lo que se puede perder en contraposición con la “supuesta” ganancia.

Y digo esto con mucho pesar…Ya sabemos lo que nos pasa cada vez que nos “enamoramos”

¡Siempre salimos con la cabeza destrozada!

- ¡Eso es así mi amigo! – Le dijo el de barbas, y el otro con su lente de muy exagerado aumento, tanto que me fijé que ¡por allá! Muy a lo lejos, pude verle un granito oscuro, que presumo que eran sus pupilas.

- ¡Todo el tiempo “salimos con las tablas en la cabeza”! Imagínate lo que está pasando en el mundo entero. ¿España…?  Tiene en pelea a “varios animales de la política”   -Yo creo que deben ser unos “brontosaurios” ¡o quizás unos tiranosaurios! Pero allá están trancados.

El “de la coleta” que no tiene reparo y le ha exigido al del Psoe: la vicepresidencia y seis ministerios ¡Casi nada!

¿Y el presi en funciones…! 

¡Tampoco quiere soltar ese coroto! – El de lentes me miró de repente   -me sentí aprehendido-   y de forma inmediata el barbado dirigiéndose a mi persona se apresuró a agregar…

- ¿Y en Estados Unidos, qué…?  Un viejito está tentando a las masas con sus “ideas comunistoides”  ¡Un multimillonario tanto en dólares como en bocazas! Está amenazando con incendiar al mundo…Y al parecer ¡tiene oportunidades de ganar! Y ahora me pregunto:

¿Qué nos pasará a todos…? Con semejante panorama… - Escuché un largo respirar, y casi todos nos echamos atrás. En verdad, me hizo pensar esa opción. Y me imaginé que si ganara “el de la coleta” en España y en Estados Unidos el “multimillonario”…

¿Qué opción tendríamos…?

- Y ahora con Lula en el gobierno comunista…

- Y sin contar con que el de Bolivia y el del Ecuador, no quieren soltar ese coroto.

¿Y qué me dicen del de Corea…? – De repente me sentí encajonado, pues de una forma u otra, ambos vejestorio me “anexaron” a su conversa, por lo que me sentí encerrado    -¡No deseo entrar en este tipo de disquisiciones!-   Pensé en decirles, pero no me quedó mas que “administrar muy bien esta cara de baboso, con la que he nacido”

El caso es que “me hice el loco” y dando un paso atrás…Y sin despedirme del amigo… ¡Puse pie en polvorosa!

¡No que va! Ya estoy harto de que me llenen mi cabeza de cosas sin sentido.

¿Acaso me toman por un tarugo…?

Tan solo vine para poder disfrutar y darle un éxtasis a mis sentidos   -que por cierto, están muy…Maltratados-   En verdad, me hace falta relajarme, extasiarme, aflojar mis tendones que los mantengo siempre tensos.

Busco mi paz…Y en este mundo cruel.

Al parecer siempre me será negada…

© Bernardo Enrique López Baltodano 2016        

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