M i c h e
- ¡Yo los conozco y
muy bien! ¡He guerreado con ellos!
…He vivido entre
ellos…Conozco hasta su manera de caminar…Los he estudiado hasta el cansancio…
…Y nadie me puede
venir a echar “cuentecitos” de ellos, cuando me sé todas sus historias…
…Son muy misteriosos…
¡Demasiado para mi gusto!
Y para que se
enteren…Muy cerca de aquí…
Tienen sus escondites
preferidos… ¡Los huelo a kilómetros de distancia…! ¿En dónde estarán sus
“guaridas”? …Tienen muchas madrigueras…
Y en ellos guardan con
mucho celo…
¡Tesoros inmensos!
Oro. Joyas con piedras preciosísimas. Gemas. Perlas. Diamantes de la mas fina
pureza. Son Orfebres de la mas Alta Calidad.
¡Pero deben temerles!
Porque mas malos que ellos…no conozco a nadie, ni a nada…
- ¿Y qué es lo que ha
pasado ahora? No los estoy viendo y ya ni me siguen atacando… ¿Pero por qué? -
Sus inquietantes
interrogantes…Quedaron esparcidas en el espacio sideral. Silencio de muerte…
Y ni una sola hoja se
sintió aludido…para nada…
El huesudo ignoró la
pregunta, vaciló. Respiró hondo.
Y llenando sus
pulmones de aire, resopló con fuerza.
- ¡Mesonero! – Gritó
de repente. Esperó a que se apersonara y cuando llegó, le gritó:
- ¡Ya basta! – El
sirviente lo miró con angustia y bajando su cabeza asintió en señal de
sumisión.
Dio la impresión de
ponerse a llorar, estaba apesadumbrado…enajenado…sumido...con mucho
decaimiento.
Se mantuvo en esa
posición hasta que nuevamente recibió otra orden seca y fuerte…
Los chamacos se
miraban entre sí…No lograban discernir qué era lo que estaba pasando.
Absortos chequeaban
todo, en espera de los acontecimientos…inexplicables para ellos.
El sabio se le notaba
muy encolerizado. Estaba rojo de la cólera.
Y en sus arrebatos les infundía…temor…
- ¡Trae otras tres
mas…y me la pones a mí cuenta! – Giró a obedecer el mandato.
El hombre alto, lo
chequeaba con ojos de águila y sin decir nada más, se despidió haciéndoles una
reverencia y volvió a su mesa distante y oculta en uno de los rincones. Se le
escapó de su radio de visión…
Pero sin que ellos se
percataran de ello, apareció en un abrir y cerrar de ojos… ¡Estaba entre los
dos!
Pedro pensó
velozmente…
(¿…Perooo…no estaba
allá en la esquina…?)
No disimulaba su
aprehensión…
Y sin darles tiempo de
reaccionar les dijo, como en el mayor secreto del mundo…
- Les voy a echar un
pequeño relato y en él ya verán el por qué de mí presencia entre ustedes… -
Pedro y José estaban
intrigados…
Ellos ya lo hacían
lejos y resulta que de repente…
¡Está entre ellos!
- …Aja…cuéntanos… -
Alcanzó a susurrar José y acto seguido y sin que se percataran de ellos…estaba
sentado entre los dos…
- Hace mucho tiempo
ya…era apenas un mozalbete, andaba por estos predios…
Entonces todo esto era
monte y culebra… ¡Qué paz se respiraba en ese entonces! ¡Árboles frondosos, hermosos…Ah qué aroma tan
hermosa!
¡No existía la maldad,
que hoy en día impera en nuestras vidas!
¡Todo era plenitud!
¡Felicidad!
Uno podía andar por
todos esos montes, no existiendo ni siquiera este smog… ¡Carros inmundos que contaminan todo nuestro
aire! ¡Apestoso humo!
¡Nos envenena hasta
nuestra alma!
¿…Y aquí en dónde
ahora estamos…? ¡Nada de esto había…! ¿Casas…Edificios…Carreteras…?
¡No, nada de eso! Por
estos lares, co-existían todo tipo de animales…Aves grandotas…Monstruos… (Pero
eso es para otra ocasión…es muy largo…en otra ocasión les echaré todos los
relatos que en ese entonces ocurrieron… ¿OK?)
…Mejor continúo con estas inhóspitas y salvajes tierras. ¡Aquí moró de
todo!
Bestias de
caza…Moraban por estos predios!
¡No existía este
veneno que ahora tomamos…me refiero a la cerveza!
Debo confesar que era
muy ingenuo…y tonto, demasiado diría yo, hoy en día ya me sané de esas
estupideces…
Bueno el caso es que,
me encontré con una de “esas” criaturas. Era muy bella, hermosa. Y a pesar de
todo…me enamoré perdidamente de ella.
…Era y lo sigue
siendo…”Muy diminuta…casi un susurro” Al principio me costó…pero ya después me
acostumbré a ella…
Y mientras fuimos
“parejas” ella me concedió todos los favores que yo le pedía…
…Hasta que nos
descubrió su “líder”
(Un malvado y muy
perverso hombrecillo… ¡Espeluznante ser…! ¡Qué se los digo yo!)
…Y desde ese entonces,
me hizo la vida imposible. (Para mí… ¡Qué le caí muy mal!)
¡He jurado matarlo!
(Y mi brazo no
descansará… ¡Hasta que lo logre!)
¡Y en cuanto lo
consiga…lo aplastaré tal como lo he hecho con las cucarachas!
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