"M  i  c  h  e"

- Por partes. Sin apresuramientos…
En primer lugar: Muy pocas veces los he visto tan enojados con alguien…
(¡Y yo los conozco y muy bien, a todos!)
Por lo que me animo a preguntarte: ¿Qué les hiciste?
- ¡Nada! ¡Ni sabía de su existencia! ¿Y qué daño les puedo hacer yo a ellos?
- ¿Los has atacado, acaso?
- NO.
- ¿Los has retado…?
- NO.
- ¿Les has faltado el respeto…?
- Tampoco.
- Vamos por partes, para que podamos entender el entorno. Debemos ser puntuales. No me mientas…
Mira algo has tenido que haberles hecho.
¡Ellos no atacan así por así!
- ¡Nada, absolutamente nada!
- No. No creo eso y me perdonas. Pero no puedo creer que te estén atacando… ¡por nada!
- Perdón por interrumpir, pero en lo único que él ha hecho es que no cree en ellos. ¡Hasta que los vio!
- …Esa no es causal. Algo tuvo que haberles hecho enojar. Porque mucha gente no cree, pero no por eso los atacan. ¡Dime la verdad!
¿Por qué? si no eres sincero conmigo…
¿Cómo te podré salvar de ellos?
- …Bueno en verdad, él se estaba burlando de la magia de Miche…y de ellos…
- ¡Ah….! ¿Con que burlandito…No?  
¿Viste…?
¡Ahora si que nos estamos entendiendo!
¿Viste que no hay más locura que la que se ignora?
¡Yo lo sabia…lo sabia!
¡Si que entiendo todo este entuerto…!
…Ahora si que se montó la gata a la batea…
Y están muy furiosos con este joven…
¡Claro, con razón! ¡Claro que si tienen toda la razón!
- El catedrático husmeaba por los rincones, pero nada sucedía. Era hasta cómico verlo.
Se inclinaba debajo de cada silla…de las mesas…levantaba los materos…
¡Y hasta las botellas las movía, pensando en que se estuvieran escondiendo entre ellas o debajo!
Pero en verdad, estaba muy molesto. Ofendido. Ansiaba descubrir aunque sea a uno solo…pero no lo pudo encontrar…
- ¡Tienen que tener mucho cuidado!
¡No debes darle la espalda nunca!
…Es qué si me llego a encontrar…tan sólo a uno sólo… ¡Uno, nada mas que uno! Lo destri…. –
Y volviendo la cabeza se dio cuenta de que estaban pendientes de todo cuanto él pronunciara, así que carraspeó con fuerza y aclarando su garganta, les dijo…
---Aún sigo enamorado….de tan bella damisela…
Y por esa razón ando desesperado en encontrarlos…
Ya saben…cuando el corazón está enamorado…
Los chamacos…les costó tragar…era muy fuerte…pero a la final, lo hicieron…   
…Te pueden atacar en bandadas.
Son implacables con los que ellos consideran sus enemigos.
- ¿Pero por esa nimiedad? – Alegó José sumamente preocupado.
- ¡Yo los conozco y muy bien! ¡He guerreado con ellos!

Y para que se enteren…Muy cerca de aquí…Tienen sus

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