Estoy recién comenzando estas líneas…Mas adelante ya definiremos si se transforma en un Cuento o en una novela.
(Por ahora me tiene sin cuidado.)
Ya tengo su título y la temática. Poco a poco, iré redactándola.
Por lo pronto, tan solo me satisface colocarles una pequeña parte (Apenas llevo cuatro páginas.)
Bueno…Me sentiría muy feliz si me le hacen: “Acuse de recibo” y  ya ustedes saben como hacerlo.
¡Saludos!


“Creible lo increíble”
-I-

- Si. Es increíble. – Migdalia se acercó a la puerta, que aún permanecía medio abierta, una suave brisa se colaba por allí.
- …Es extraño… -  Y volviéndose súbitamente protestó de la manera mas convincente…
- Si bien es cierto eso que me estás contando, también es falso de toda falsedad lo que me estás narrando. – Y desviando su atención de forma instantánea se volvió y agregó…
- ¡Me da mucha rabia! que mi reputación esté en entredicho por personas que no valen ni… - En ese preciso momento sonó su celular e inmediatamente lo atendió…
- ¡Aló…! – Esperó a que su contacto se identificara, pero era visible que nadie le respondió.
- ¡Alóóóó! ¿Quién es? – Y mirando a su entorno recriminó…- ¿Es que no tienen oficio que hacer? ¿Por qué últimamente se están encargando de martirizar mi existencia?
- ¿Quién es? – Le preguntó su relacionada. Pero no obtuvo respuesta alguna, al contrario Migdalia comenzó a buscar por medio de su aparato a la persona que la había llamado…
Pero tan solo aparecía un número. Lo manipulaba con rudeza. Imprecisa en su actuar.
Y ya molesta tanto consigo misma como con su entorno gritó…
- ¡No importa, el que sea que me vuelva a llamar! Si está interesado en comunicarse conmigo, ya me llamara. – Su nerviosismo la hacía ver que estaba irritada, pero en verdad era un manojo de nervios.
Lanzó su aparato con fuerzas sobre su mueble, percatándose de que nada malo le había ocurrido.
- ¿Quién podría creer esto…? -  Caminó unos tres metros, se detuvo y chequeó a través de una  ventana de la cocina, que daba con un  sitio que ella misma determinó que sería una especie de esparcimiento, de relax. Se fijó si todos los muebles estaban en la posición que ella misma le determinó. Chequeó por varios segundos. Luego observó todo el entorno.
En efecto, no había ningún cambio, por lo menos significativo.
Luego se regresó y se desvió a su sala sanitaria…Chequeó todo con minuciosidad.
Y se comprobó a si misma, que todo estaba en orden.
- ¡No puedo creerlo! – Se le oyó decir en momentos de mucha angustia. Comenzó a indagar…
Las toallas que recién había lavado, estaban perfectamente tendidas.
El champú estaba en su sitio, el desodorante también.
Todo permanecía en su sitio. Todo en orden. Como debía ser.
La alfombra del sanitario estaba medio ladeada, la acomodó.
Aprovechó a retocarse en su espejo. Se puso mas pintura en sus labios.
Se retocó finamente con sus propios dedos…
Quedaron con ese rojo intenso que tanto le agradaba.
Se lavó nuevamente sus manos y utilizó su jabón líquido cuya fragancia se hizo patente a varios metros de distancia. El aroma era de una fragancia de rosas, de limpieza.
Aprovechó y roció con cierta abundancia su desodorante ambiental, su fragancia complementó a la que ya había utilizado.

(¡Hummmm huele a limpio!) – Pensó para sí misma.





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