“Conversaciones con don Carmelo”
03 – 04 – 2. 014.-
Y
aprovechando que las “hermanitas” se fueron al baño, entonces me le acerqué y le dije…
- Mira
yo creo que esto no va a funcionar…
- Y él
burlándose de mí me respondió…
- ¡Si
la tienes: “loquita”! y hasta estaba diciendo que te iba a “sacar todo el jugo”
¡Te va
a coger!
¡Ella
es la que te va a “desvirgar”!
(¿No te
parece…”gracioso” esto…?)
- ¿De
verdad que dijo eso de mí?
(Es que
me cuesta creerlo:
¡La veo
demasiado seria conmigo!)
-
¡Claro que si! Te tiene “ganitas” y nos dijo que se va a sacar “la solitaria”
contigo…Je, je, je, je (¡Qué risa me da!)
- ¿No
me estás engañando? – No le creía su cuentecito, es mas sospechaba que se
mofaban todos ellos de mí; por cuanto yo estaba viendo todo lo contrario.
(Y no
estoy exagerando esto; al afirmarlo.)
¿Acaso
ha tenido algún gesto “agradable” hacía
mí?
¡No!
¡No! (¡Por supuesto que no!)
Es mas;
ni siquiera me miraba.
(¿Y voy
a creerme ese cuentecito, ah?)
Yo
estaba como “plancha de chino” y no podía disimularlo. – Me quedé “escuchando”
esa horrible cancioncita que sonaba a todo volumen de ese infernal “equipo de
sonido” y el amigo seguía sorbiendo su cervecita.
- Las
dichosas regresaron mucho mas rápido de lo que yo pensaba, y apenas alcanzó a
repetirme por…
¿Enésima
vez? -Y le repetí que ya hasta me lo había grabado –no quise decirle mis
sospechas al respecto.
El caso
es que cuando ya llegaron, terminamos esa ronda y él mandó a pedir la cuenta y
cuando llegó el mesonero, me la lanzó a mí diciéndome…
- Paga
tú, que después pago yo. – Y se levantaron.
¡Me
dejó estupefacto esa acción!
- Y yo
me dije: ¡Me ensartó este desgraciado!
¿Ahora
pago yo y…Si me dejan en la estaca?
Se
quedaron allí mismo y hasta que no hube pagado, no se movieron y después me
dijo sarcásticamente…
- Bueno
compae… - Me dijo ya en el momento de partida. - ¿No se te va a olvidar nada?
(A pesar de el tono en que me lo dijo; algo en mí me recordaba que esto “podía
ser ¡un acto de alta traición”! No obstante, le seguí su juego y le adelante
con mucha firmeza…
- Ni
jota. ¡Todo bajo control! – Me dio la llave de su carro y se sentaron ellos
dos, atrás y adelante iba yo, con la que me tocaba.
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