“Conversaciones con don
Carmelo”
Lunes; 12 de mayo del 2.
014.-
– Y mi hija comenzó a arrastrarme fuera del kiosco y me dio
pena, por cuanto estaba muy airada…
(¡…La hubieras visto! Estaba deformada de la cólera.)
Y le respondí… (…Siempre tratando de calmar a “mi muchachita”
-Para mí lo es.-)
- Hijita me da pena… ¿Qué pensará toda esta gente de mí…Ahora?
(Estaba profundamente apenado y angustiado… ¿Qué dirá esta gente ahora de mí?)
Pero a mi muchachita no le preocupaba para nada, puesto que me
gritó…
- ¡No me importa! ¡Tu
salud está primero!
Papito, ¡me preocupas
mucho tú!
¿No te has dado cuenta de que ya tienes: 87 años?
Y además nada de esto te hace falta.
Tus hijos te pagamos todo lo que te haga falta.
¿Qué te hace falta? ¿Ropa? ¿Comida?
¿Qué…? ¡Todo te lo damos tus hijos!
¡Vamonos de aquí!- Estaba “poseída” y no hubo explicación
alguna de mi parte, que la convencieran.
Estaba muy renuente y viéndola así le propuse –como para
calmarla un poco- y hablándole de la mejor forma posible, le expresé…
- …Hijita…No me hagas quedar mal delante de toda esta gente.
Ellos me aprecian mucho.
– Y al ver que no la lograba calmar, le propuse…
Bueno. Está bien, déjame que vaya cerrando el negocio.
Cobro lo que ya tengo vendido y le entrego al señor “las
cuentas claras” (Pienso que no le gustó…Pero se quedó mirándome y…)
¡Al fin me entendió! ¡Aleluya Gloria al Señor!
Bajó su violenta acción y meditándose un poco, me dijo…
- ¡Está bien! Me voy a esperar en la casa…
Y si en…Media hora no has llegado…
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