“Después
de mí… ¡Nadie mas!”
Jueves;
Todos comenzaron a bajar la
velocidad de sus vehículos, como si todos se hubiesen puesto de acuerdo.
El trayecto, se hizo más pesado
y muy tedioso, pero debían seguir y pronto tendrían que llegar.
Y en el carro de Miguel, todos
iban callados.
Susan, no permitió que la
sentaran detrás.
Iba a su lado.
Dirigiéndolo, ya que en trechos
la lluvia les impedía acelerar.
Marisela al parecer, sabía muy bien hacia donde iba.
Pero Miguel, tan solo sabía hacia donde quedaba ese famoso elevado en la parte
sur.
Y en trayecto, se recordó que
también había otro elevado…
(De verdad. ¿Y ahora qué debo
hacer…?)
¿Pero a cuál sería el que tenía
que ir?
Miró de reojo a su copiloto…Y
estuvo tentado a preguntarle…Pero ante la seguridad de otro golpe…Prefirió
callar.
- ¡No la pierdas de vista Susan!
- …No te preocupes… ¿Pero por
qué me dices esto?
El chofer cambió de colores, no se atrevía a
reconocerle, que había otro elevado y qué no estaba para nada seguro de sí era
éste o el otro.
¡Qué rollo!
- …Pendiente, mi linda…Pendiente…
- ¡Ayyyy Migue…Ayyyy mi madre!
Así fue sorteando, con los otros
carros.
En cada esquina.
En cada intersección.
Ya estaban en el área sur.
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