“Cachirulo”
Martes….27….Mayo…2.014.-
- Sí pero recuerda, que él no va a venir para su
casa.
- ¿Y entonces? ¿Cómo
podrán hablar?
- Ella tendrá que ir hasta su escondite.
- Pero recuerda que
ella es una señora, al igual que yo. ¿Podrías acompañarla?
- Mira, hagamos esto:
Habla con ella y si está de acuerdo. Yo vuelvo al escondite y él que me diga,
como quiere hacerlo. ¿Te parece?
- Me parece bien. Ya
voy a hablar con ella.
Su esposa se retocó un poco, en su espejo.
Le dio un beso a su
esposo y partió.
Diego admiró la belleza, su templanza y su
determinación. En silencio, la amaba.
Observó a sus hijos.
Jugaban entre sí.
Que el televisor
estaba encendido y a todo volumen…Y nadie parecía prestarle atención.
Y escuchó el equipo de
música.
También, estaba a un
volumen exagerado.
En otro momento, era
más que suficiente, como para comenzar a pelear y hacerlos, a que o vieran la
tv o escucharan música.
Pero no, así como
estaban haciendo.
En esta ocasión, le
pareció muy nimio.
¡No vale la pena,
romper este momento tan mágico!
Me complace
observarlos así…
Despreocupados.
Viviendo su momento.
Y por primera vez, en
mucho tiempo…
Se dejó llevar.
Es más...Hasta se
sintió contagiado.
No les riñó, para
nada.
Y allí se quedó. Complacido. Como realizado.
Feliz y satisfecho. Su
misión, se estaba cumpliendo a cabalidad.
Y solamente
el pensar que: ¡Jamás sus hijos, se contaminarán…NO!
No supo el pesar que sintió al ver a esos jóvenes,
convertidos en: Bazofias.
Piltrafas humanas.
En este preciso
instante… ¡Sintió pena por ellos! ¡Qué pesar!
…Y pensar que ahora es
que sobran, machos y hembras.
Machos es lo que
sobran…
Hombres es lo que
faltan.
¿Y Señores…? ¡Más
escasos son…!
Así como Hembras, hay
en abundancia…
¡Cómo arroz picado!
Muy pocas: Mujeres.
Menos aún: Señoras
decentes.
Así que se acercó a ellos.
Y trató de encajar,
entre sus hijos.
Se entretuvo
participando en todo, cuanto se les ocurría.
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