“Creible increíble”
Hoy
es Sábado….Último día de mayo….
…Pero…Me
inquieto.
Y razono:
¿Cómo puede
guardar las llaves de la puerta de mi casa?
Algo no está
muy bien definido para mí.
(Por supuesto
que no. Estoy entrando en arenas movedizas…)
Sin
orientación alguno…Vacilo.
En este
instante, aún mantengo mi mano derecha en la perilla…Presiono con cierta
fuerza.
¿Quién será?
Intento mirar
mejor hacía el ángulo de visión…
De forma fugaz
el ser, se sorprende al verme.
(…Pero… ¿Estoy
seguro de esto…?)
Curioso el
factor sorpresivo fue mutuo…
No logro
reaccionar.
(Por cuenta no
esperaba verme…Al igual que yo mismo.)
Casi en un
micro instante, me confundo pero creo verlo…
Se corrió
hacia una media pared que divide la sala del comedor…
(¿Por qué se
me escurre? No quiere ser visto por mí. No puede ser algo “bueno” que digamos.)
Ya no puedo
verlo. Pero percibo que allí está.
(Algo dentro
de mí me insiste en que es así.)
(Pienso
detenerme y volver, pero la fuerza de arranque con que salí de la habitación…
Me lo impide.
Por inercia dobló hacia mi derecha, que me lleva a la puerta que da con el
patio…Sitio en donde están las cuerdas y en donde he colgado la ropa.)
- ¡No! debo
verificar quién es… – Pero una fuerza desconocida me disimula y me hace ver que
debo atender lo de la ropa sin dilación alguna.
(No entiendo.
Me inunda un sentimiento muy confuso, muy profundo. Algo me indica que no debo
mirar. Una fuerte hondonada de pánico, inundó todo mi cuerpo.)
- ¿Qué debo
hacer? – Me pregunto aún sintiendo esa terrible sensación de angustia.
No obstante,
continúo mi recorrido.
Atrás dejo esa
estela pavorosa.
Y siento que
es incomprensible.
- …No. No debo
seguir haciendo esto, ya que me parece que me están “guiando” y esto no es de
mi agrado.
Pero es que
nadie ¡me ha preguntado nada! – Y siento que ambas sienes están al “rojo vivo”
- …Esto no es
normal… - Logro razonar, mientras estoy abriendo el candado de la puerta de
hierro.
Contemplo que
un viento fugaz está revoloteando la ropa limpia.
Mecánicamente
hice mi acometido.
El candado
cedió.
Lo saqué y lo
acomodé a un lado del marco. Afuera ya están los perros que mantengo.
No. No me
miran a mí, pero si a algo que está detrás de mí.
(¿Pero cómo es
esto? No logro captar…)
Uno de ellos,
alzó sus orejas y fijó su mirada hacía un punto que no pude visualizar, ya que
estaba detrás de mí.
La veo que
ladea su cabezota.
Primero a la
derecha y luego siguió hacía una dirección hacia la izquierda.
Arruga su
frente.
(Y a todas estás:
¿Qué significará ese gesto? Porque en un ser humano indica…Preocupación.
¿Será igual en
un cazador como ella?)
Creo que lo
reconoció…Pensé que pronto ladraría. Pero no fue así.
(Ladrale
condenada. ¡Dile que en este sitio no puede quedarse! ¡Grúñele! ¡Has algo!)
Sigue con
interés un movimiento.
Y se ha
quedado estática, cual “canino cazador”
- …Algo hay
detrás de mí. No lo puedo ver, pero por la crispación de mi propia piel…Algo
debe haber. Mas bien…Alguien. Y creo que es un hombre.
Lo inaudito es
que mis ojos muy humanos, no logran percibir… ¡Nada!
- ¿Quién
será…? – Me pregunto en el silencio de mis pensamientos.
– Ya le va a
ladrar… - Me digo a mí mismo. Pero contemplo a la perra muy interesada.
Intrigada. Pero no desconocía al origen de su mirar.
Mas sin
embargo, estoy asombrado con mi forma de reaccionar.
- No
comprendo. – Pienso. Sin perder de vista al animalito. Y es cuando contemplo
que el macho –el compañero de su especie- también sigue con atención todo
cuanto acontecía a mis espaldas.
(Pensé…Esta es
una buena señal. Pero nada mas… ¡Qué chimbo!)
Abro la puerta
de hierro –Una pieza grande y pesada- miro hacia el patio y todo parece seguir
su propio rumbo, muy ajeno a lo cuestionado por mí propio ser.
Observo a mi
derecha –la cerca del vecino de ese lado- y todo sigue normal.
A mi izquierda
–igual- no hay cambio alguno.
En mi manera
de ver lo que acontecía
–se me hacía
que esos perrunos- eran mi espejo retrovisor.
Una parte de
mí, sintió cierto alivio.
Pero mi
intelecto: No.
Era preciso
verificar con exactitud lo que estaba pasando.
Pero mi propio
cuerpo me empujaba a seguir como “si nada estuviese pasando”
El pequeño
animalejo, perdió interés alguno.
(¡¿Y te vas a
echar…Ridículo!? ¡Ataca…Ladra…Gruñe…Has algo!)
Se echó para
rascarse de sus muchas pulgas o garrapatas o quizás algún otro bichito.
(Pero ¿Por
qué? No logro entender la psicología perruna.)
Él consideró
que era mas importante (rascarse…) que seguir vigilando al extraño visitante.
De inmediato fijo mi atención en la hembra…Que
no ceja en seguir los pasos.
De forma casi
involuntaria, se fija en mí, y casi de inmediato se volvió hacia un punto algo
distante…No entendí para nada esta forma de actuar.
(Pero quién
podrá entender esta reacción… ¿Quién? ¡Que alguien me explique! ¡Plis!)
(Mañana una parte mas…..)