...Sueños....


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Corto  en  relatos






“¡Situaciones inexplicables!”







No me recuerdo muy bien, pues creo que fue en un entresueño, o quizás en una vigilia, aunque pienso que fue quizás unos minutos antes de lograr mi plenitud plena, después de un agradable sueño.
Y lo que me recuerdo fue, que estaba en una casa   -que pienso que era la mía-    el caso es que en la parte de atrás estaban listones de madera, sin lámina, (en el techo.)  y era a plena luz.
Y cuando entré, vi un celaje…Los pies de una mujer  ¡eso fue lo que pude ver!  Y estaba atravesando a través de los listones…
¡Corrí y le grité!
- ¡La! ¡La! ¡La!  (Pensaba que era un rasgo de locura de mi parte, pero sin embargo, seguí vociferando y mirando hacia el techo)
De repente, se aparece una muy linda mujer y me mira, le ordené que bajara, y eso hizo.
(¡Y me obedeció…Cáspita!)
Acto seguido, la increpé…
- ¿Por qué me huyes…? – Y ella me miraba sin atinar respuesta alguna. Entonces volviendo en mi carga, le pregunto…
- ¿Tú me amas? – Ella no apartaba sus grandes ojos de mi cara, pero no respondía, tan solo me miraba. En mis adentros pensé… “¡Está  loquita por mí!” Pero algo me indicaba que le daba vergüenza responderme, por lo que le insistí y le ordené que me respondiera con la verdad…
Estuvo a punto de bajarme la cabeza, pero sabiendo que no me podía mentir, la conminé a que me lo dijera…Pasado unos segundos, me respondió…
- Sí. – Yo la miré y en verdad, no supe qué hacer.
(¡Qué lindura! ¡Qué regía y elegante!)
Me la quedé mirando fijamente   -igualmente ella a mí-    no nos dijimos nada.
Pero algo me hizo volver en mí…Era la voz de mi mujer, que me gritaba en forma imponente…
- ¡Mira tú! ¡Es contigo!  ¿Cuándo te vas a despertar, ah? – Confieso que quedé turbado, pero pronto se me hizo realidad…Tenía ante mí a mi querida esposita, que portaba en sus manos una escoba y trapo, y me ordenaba… (Nada raro)
- ¡Ha levantarse y a limpiarme mi casa! – Perplejo le obedecí en el acto. Pronto me verían limpiando, la cocina, la sala, el comedor, limpiando todo con el trapito…Bueno en los quehaceres cotidianos.
Una desagradable sensación que me volvía a mi realidad…
…Ya sabía que lo que había tenido era un sueño…









© Bernardo Enrique López Baltodano 2016        









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