“Si te interesa”
- Si te interesa, ahora
mismo te digo:
No es conveniente mi
amigo que a esta hora de la noche…Tu tomes camino.
- Ciertamente no sería lo
mas aconsejable…Pero digo yo:
¿Es bueno que te
mantengan en zozobra?
¿Es conveniente que un
hombre aguantar tenga…Todo lo que los demás quieran…?
De mis penas ya te he
platicado.
¿Qué mas se puede hacer?
He tratado de convivir,
pero hay momentos en esta vida en que es mejor: ¡Decidir!
- Te estoy escuchando con
desdén amigo Ricardo.
Pero dime ¿Y por qué a
estas horas planeas ir…Acaso no ves lo avanzado de la noche?
Y ten en cuenta que a
estas tan avanzadas horas…No todo es igual. De día uno puede ver la cara de sus
amigos y discernir quiénes enemigos tuyos serán.
¿Pero de noche?
- Hablas con mucha verdad
Miguel.
Y te concedo toda la
razón, pero es que cuando los demonios se alborotan no miran el reloj, y ni
cuenta se dan si uno está preparado para marcharse o no. ¡Y por supuesto que
tengo aprehensión!
¿Pero qué mas puedo
hacer?
Y si marchar debo… ¡Así
lo haré!
- Escúchame Ricardo, que no te estoy deseando mal. Además
ya bastante grandecito eres ya. Pero un buen consejo nunca está de mas.
- Siempre te asiste la
razón Miguel, pero lo que hay que hacer da igual hacerlo de día que de noche. Aunque
los coyotes me muestren sus colmillos…Y los lobos de mí se me escondan…Los
hienas se reirán de mis desventuras…
Pero los prefiero a ellos
que a muchos que nos rodean. Si bien es cierto que agarrar camino es mucho mas
peligroso de noche que de día, pero a veces la premura es la que nos apura.
- …Es muy triste Ricardo
que a estas alturas de tu vida…El camino te muestren…Pero ¿qué le vamos a hacer…Ah?
Tan solo te ofrezco lo
que aquí ves. No tengo mucho, pero si así lo consientes…Mi casa será tu casa. Y
de aquí nunca te echaré. Puesto que como tú, hombre soy y sé lo que significa
para un hombre tener que emigrar. Que un hombre solo no cabe en ninguna parte.
Que de uno siempre desconfían.
Temen muchas cosas. En cambio la mujer en todas partes cabe. ¿Qué le podemos
hacer? ¡Este mundo está hecho para proteger a la mujer! ¿Y a nosotros los
hombres…?
¡Que nos coma el tigre!
- ¡Muchas gracias mi
amigo!
Qué me demuestras que
ante la adversidad…Amigo es amigo.
No obstante, he de
recordarte, que tú estás en “muy parecidas” circunstancias y como bien me
acabas de confesar. Hombre solo no cabe en ninguna parte. Y si me quedo en tu
casa…Tú mujer “esta” no te la perdonará.
…Y mañana o pasado sus
dientes te mostrará. No busques la desgracia pues ella sola te vendrá. Deja
tranquila esta tu casa, pues tuya no es…Es de tú mujer.
(¡Aunque tú la hayas
pagado ya!)
Además bien sabes cómo
reaccionamos nosotros…Pero de ellas…Un enigma será.
Es mejor no tentarla…Pues
con seguridad: ¡Ella sí que actuará!
Déjame partir que a
tientas he de encontrar y en algún sitio he de descansar.
Me acompañará el cielo
plagado de estrellas y con esa luna que a veces caprichosa se vuelve y en
algunas circunstancias se deja ver, como de repente se arropa. Muchas sombras
me asecharan. Y vencerlas he de hacerlo, porque al contrario…Pronto de mí
sabrás.
Y cuando luna llena sea entonces
el camino podré apreciar. Que aunque no es mi especialidad, pero algo tendré
que hacer y de que lo hago… ¡Algo haré!
No sé a donde he de
llegar.
Mi amigo el camino me
habrá de acompañar.
Y he de invocar a muchos
santos como a mis antepasados y con seguridad, con ellos hablaré ¡si es
menester que así sea!
Pues techo fijo no tengo.
¡Ese manto de estrellas
algunas son visibles y otras se me esconderán! Y ese viento que al avanzar la
noche fría se convertirá, pero de eso me he de encargar.
Será que allá en la
inmensidad, mi paz encontraré. Y ese
relax que tanto ansío en esa casa…No la
encontraré. Hogar como llamarlo de esa forma…Ya lo he perdido.
¡Y en algún que
desconozco estará!
Y no temas mi amigo que
si he de desaparecer…En alguna parte de nuestro caminar, nuestros destinos se han de entre cruzar.
A Dios le pido que cuide
de mí andar, a todos los santos invoco que su compañía agrade mi peregrinar.
Solo he venido y solo me he de ir. Adiós mi amigo que mi rostro no se te
olvides y recuerda que somos amigos acá como lo seremos allá en la eternidad.
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