"No sé..."







“…No sé…”





- …Mira compadrito, no sé ¿Cómo explicarte algo que ni yo mismo me lo puedo creer…?
Sin embargo, me sucedió. Y te digo esto para que tú mismo veas las cosas y las juzgue según tu conciencia. Ya va. Ya va. No te me precipites…Tranquilo…
- ¡Es que me mantienes en ascuas! ¿Desde qué me estás “diciendo” que me vas a contar…Y…?
Por favor mi broder…Mas seriedad.
- Ok. Ok Ricar. Déjame nada mas coordinar muy bien mis ideas y arranco. – Ricardo lo miraba como se mira a alguien en el cual se sabe que no es mentiroso ni que se la pase inventando ese tipo de cosas. Pero en verdad ya lo tenía al borde de la exasperación.
Y es que teniendo muchos años conociéndose,
pues en algo se llega a conocerlo.
Así que ya intrigado observaba a su amigo de muchísimos tiempo tratándose…Juan.
Y en medio de su insistencia, supo que era mejor quedarse quieto mientras el otro se cuadraba mejor. Como en efecto eso hizo, se sentó cómodamente. Miraba al infinito y se quedó pensativo. Hasta que al final arrancó de esta forma…
- Estaba viviendo en mi parcela y estaba solo. ¿Recuerdas la época en que me tocó quedarme solito allí?
- Claro. Claro.
- Serían si acaso las once y pico…Ya casi la media noche. Todo estaba en calma. Los grillitos de siempre. Una que otra vez se dejaba oír ese canto nocturnal, que a la final nunca supe qué clase de animal o ave  lo producía. Pero que a la final…Esa noche la escuché de una “tonalidad” muy sonora, mas bien rara, para mí gusto.
¡El caso es que ese sonido se escuchó de una forma…Muy larga! Y después…Todo quedó en silencio. Y yo me encontraba leyendo.
Y sin querer  -queriendo-  me llamó poderosamente ese efecto. ¡Y luego ese silencio tan sepulcral! – Ricky se encontraba ya muy nervioso y aunque no quería ser descubierto…Pero es que el lenguaje de su cuerpo… ¡Lo delataba! Y sin querer exclamó…
- ¿Y qué te pasó…?
- Ya vas a ver. Ya vas a ver. Quédate quietecito.
- Ok. Ok. Pero no te detengas. Dale, dale.
- Yo dejé de leer. Y apagué la luz. Y en eso me di cuenta que tenía el equipo de sonido con una melodía  ¡de esas que te relajan! ¡Y corrí y la apagué! Me escurrí de una ventana que estaba cerca de la sala.
Me fui a gatas, lo mas silencioso que pude.
¡Y de repente!
- ¿Y de repente…Qué?
- Tranquilo cumpa. Tranquilo, que lo mejor viene después.
¡Escuché un ruido muy fuerte y poderoso!
…Qué me heló la sangre…
¡Era algo muy parecido a…!
¿Cómo explicártelo?   …El ruido se me pareció en ese instante…Como que si alguien hubiese estrellado un machete con toda su fuerza…A la pared del cuartico que tengo al final de mi casa. ¡Y sonó: CRASH…CRASH…CRASH…!
…En ese momento ¡hasta sentí! El despliegue de rayos que produjo el tremendo choque de esa hoja de acero en contra del concreto.
¡Fue espantoso!
- ¿Y qué pasó?
- En el momento…Mis piernas se entumecieron todas. Mi sangre se me heló.
Mi corazón comenzó a galopar y de repente se detenía  ¡así de sopetón!
¿Y sabes lo mas curioso?
- ¿Quéééé…?
- El silencio que le siguió. ¡Y te juro! Que en ese momento pensé  ¡y te lo juro que fue así! Que todos mis vecinos tuvieron que haberlo escuchado ¡porque sí! Es que fue muy espantoso. Y no fue una vez… ¡Fueron mas de cuatro veces! Con muy poco intervalo entre esos hechos.
- ¿Y entonces?
- Entonces  ¡me armé de valor! Y me dije a mí mismo… ¡Si me van a matar!
¡Qué sea fuera de esta casa!
¡Y con un empuje instantáneo…Me levanté y salí de mi casa!
- ¿Así como así…? A lo mero macho…
- ¡Así como así…A lo mero macho!
- ¿Pero saliste armado…?
- ¿Armado? No. Salí desesperado. Y corrí hacia el sitio en donde yo creí que se había producido ese ataque.
- ¿…Y…?
- En mi corrida, me cercioré de cerrar muy bien la puerta del frente  -por donde había salido-  y corrí desaforado hacia el fondo.
Pero claro, miraba todo mi entorno. Arriba y a los lados, puesto que temía que por alguna parte podría salirme mi atacante.
- ¿Y?
- Chequee todo muy bien. En el frente me encontré una vara… ¡La agarré! Y seguí con mi recorrido. ¡Hasta que llegué al sitio!
- ¿Y…?
- ¡Encontré la pared con las huellas de que si había acontecido! ¡En efecto! ¡Allí se encontraba el concreto con esas huellas…Profundas…Y ¡hasta miré! Que en esos lados…Estaba negro… ¡Quemado!
¡Si era cierto! Alguien le cayó a machetazo limpio a mi pared.
- ¿Y quién fue? ¿Viste a alguien?
- En el acto, me voltee a todos los lados. Y es que me encontraba seguro de que el que lo había hecho…Seguía allí mismo.
¡Hasta me subí a la cerca!   …Nada.
Escalé al techo…Pensando que por allí se encontraba “enconchado”    …Nada.
Retrocedí y me fui por la parte en donde tenía mi tanque subterráneo…Nada.
Me fui por el otro lado de la cerca de concreto…Nada.
Regresé al frente…Nada.
…Volví sobre mis pasos… ¡Nada!
No pude ver nada. Y de repente comenzó a desatarse una corriente de aire…Las matas comenzaban a mecerse…Como si se fueran a caer.
La noche se hizo mas oscura. Y de repente se fue la luz eléctrica.
Traté de agudizar mi vista…Y no pude ver a mas de un metro de mí…
¡Todo estaba lleno de neblina!
¡Y ese ventarrón que me parecía que iría a arrancar a todas esas matas de raíz!
¡Zape! Me dije yo: ¡Esto no es normal!
- ¡Compadre…Es que tú las tienes…!
¿Yo? ¡Ni loco que salgo…Ni siquiera a cobrar una deuda…Por muy grande que sea!
- ¡¿Y me ha dado ese escalofrío…?!
Y de repente comencé a sentir un frío…
¡De muerte!
Y ahí mismo…A tientas…Me fui tanteando por la pared, ¡hasta que llegué a la puerta!
¿Y después? ¡No encontraba las llaves!
Las busqué en todos mis bolsillos. ¡Y es que estaba segurísimo que las cargaba encima!
Ha de ser el terror que me embargó en esos momentos… ¡Hasta que al fin las encontré!
Y pude abrir esa bendita puerta. Y entré.
- ¿Qué…Estaba adentro…?
- ¡No veía nada! Como boca de lobo. ¡Nada!
Me tocó ir tanteando por las paredes…
¡Hasta que pude llegar a mi cuarto!
- ¿Y ya?
- ¿Ya? ¡Estaba solo en medio de esa inmensidad! Mi corazón estaba desesperado. Y de repente se me trancaba. Temí que alguna culebra se me hubiese colado…
Ya sabes eso es el monte.
Llegué a mi cama…Abrí como pude mis sábanas. Y me acosté.
Afuera se escuchaba ese silbido tan escalofriante. Y por la ventana de mi cuarto…Pura oscuridad.
…Y de repente… ¡Cesó todo! Como por arte de magia. Ya todo volvió a su normalidad  -aunque seguía sin la luz-  pero ya todo se había calmado. ¡Y de repente: volvió la luz!
- ¿Y qué hiciste…Saliste a revisar todo nuevamente…?
- ¡Me quedé acostado y me arropé todo!
…Y me quedé dormido…Hay ocasiones en que es mejor no seguir tentando a los elementos.
Y nunca pude saber ¿qué carrizo había pasado? ¡Nunca! Al día siguiente…Les consulté a todos mis vecinos.
- ¿Y qué te dijeron?
- Nada. Que no habían sentido. Ni oído. Ni el ventarrón ni nada. ¡Y hasta me acompañaron a la pared para demostrarles que no eran ni mentiras, ni exageraciones…
- ¿Y lo vieron?
- No. No había nada. ¡Nada! ¿Y cómo quedé…?
¡Como un mentiroso! Como un tremendo fabulador. ¡Pero no es cierto eso!
¡Te juro que eso que vi fue cierto! ¡Todo!
…Pero no había evidencias.
Ningún testigo: ¡Salvo yo mismo!
- No te creyeron.
- No. No me creyeron. Hasta me asomaron la posibilidad que haya sido “una pesadilla” o que a lo mejor fueron los “traguitos”   -porque pensaron que había bebido licor-  ¡Pero no!
Estaba sobrio. ¡Totalmente!
Y eso fue lo que me pasó compadre.
No sé si tú también vas a dudar de lo que te narré o no. Son cosas que te pasan y que no tienes explicación lógica que dar…Ni que recibir. ¿Pero de que me pasó? ¡Pasó! Lo certifico. No sé si dudas de mis palabras.


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