“Después
de mí… ¡Nadie mas!”
Hicimos
cuanto estuvo en nuestras manos…Pero no resistió y falleció.
¡Sentido
Pésame para usted y el resto de los familiares!
-
¡Eso no puede suceder nunca!
¡Mi
esposa no puede abandonarme ahora!
¡No,
no lo acepto! ¡Auxilio!
-
…Señor, sea valiente… ¡Ella fue toda una guerrera!
Y
viendo el estado de desesperación que presentaba el esposo, el doctor se volvió
hacia una de las enfermeras y le ordenó que le inyectara un sedante de amplio
espectro.
Román,
caminaba de un extremo hacia el otro. Las amigas rompieron a llorar,
desconsoladamente.
Todo
era un caos.
Cecilia cayó desmayada al suelo, no pudo resistir tan
nefasta noticia.
Las
enfermeras aprovechando el desorden, le
colocaron una inyección a Román, sin que éste se percatara de ello.
-
¿Y mi esposa? ¿En dónde está?
¡Ella
no me puede abandonar!
-
¡Cálmese señor!
-
¿Qué me calme?
¿Y
cómo lo puedo lograr?
¡Ya
se acabó la paz para mí!
¿Qué
será a partir de mí…Ahora?
¡Mi
soledad, me agobia!
Esto
no es humano…Esto es un castigo…
Esto
es un castigo…
¿Dónde
tienen a mi esposa?
¡Eso
es mentira! Ella, debe estar en algún lado, esperándome.
¡Ustedes
me la quieren secuestrar, para reclamarme una fortuna!
¡Yo
les pago lo que ustedes me pidan…pero tráiganmela ya!
-
…Señor, serénese…Hicimos hasta lo imposible. ¡Pero esa es la voluntad de Dios!
¡Dios
quiso llevársela, por favor señor!
-
¿Ustedes se están burlando de mí?
-
¡No señor, jamás! Nosotros somos una clínica muy seria.
-
¿Y mi esposa, en dónde la tienen?
-
La están preparando para llevarla a la morgue.
Es
necesario empezar con los trámites respectivos…
-
¿Trámites respectivos…Cuales?
-
Me refiero…A su sepelio…
-
¿Alcides…Estás oyendo?
¡Alcides,
dime que todo esto es una pesadilla! ¡Dímelo amigo mío! ¡Marisela…Por favor,
entra allá y dile a Gersy que se venga!
¡Aquí
me la quieren matar!
¡Corre
Marisela, por favor!
El
médico, ordenó a los camilleros, que en cuanto él diera la orden, lo sujetaran.
Y
ordenó a las enfermeras, que duplicaran la dosis.
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