“¡Hoy es domingo!”
- ¡Hoy es Domingo! – Hoy me he levantado muy eufórico, miro la hora
emocionado…
- ¡Son las 7; 11 a.m.! ¡Qué bien! – Y en ese instante comencé a
estirarme con toda fruición. Levanto mis brazos y extiendo mis piernas a todo
dar. Bostezo con toda mi fuerza.
- ¡Qué bello día! – Expreso en medio de mi nuevo día. El cual es de
descanso, por lo menos por hoy.
- Ya mañana lunes tendré que ir a trabajar. Pero bueno…Algo debo
inventar. – Y mientras comienzo a planificar…Me vuelvo a estirar y a bostezar.
Y lo hago con todo mi gusto.
- ¡Ah qué agradable es la vida! – Y le doy gracias al Buen Dios,
que estoy sano y me puedo estirar sin ningún tipo de dolor.
- Bueno ¿qué voy a hacer con este nuevo día?
Bueno primero lo primero… ¡Me voy a levantar y a obedecer a mi
cuerpo! Voy a ir al baño y hago todo lo que debo hacer. Aprovecho y me doy…
¡Tremendo baño! – Y en efecto el rejuvenecido hombre, se levanta en medio de
toda su pereza. Estiró muy bien ambas piernas. Y aunque seguía bostezando y arreglándose
su ropa interior. Dio una vuelta por toda su casa y se comprobó que todo seguía
“en su santo orden”, chequeó por las ventanas…Y ¡todo estaba normal!
- ¡Todo perfecto! Voy al baño. – Y se dirigió hacia ese sitio. Hizo
todas sus necesidades corporales y procedió a bañarse.
Silbaba y cantaba. Se le notaba muy feliz.
Una vez terminado todo esos pasos, se acercó a su cama. Y con toda
su parsimonia posible, se sentó. Buscó la ropa interior y comenzó a vestirse.
- ¡Caracha negro! – Pronunció una expresión de saludo para sí
mismo. Consultó nuevamente la hora…7; 26 a.m. y se dijo a sí mismo…
- …Parece que he madrugado mucho hoy… - Y diciendo esto, pensó en
esta opción…
(Me voy a acostar por unos minutos…Nada mas…) – Y eso hizo. Una vez
que estaba acostado, creyó conveniente estirarse, lo cual hizo. Se acomodó en
su cama, en su puesto y comenzó a seguir planificando lo que iba a hacer en ese
día…
- ¡Bueno hoy es domingo…Y voy a satisfacer a mi cuerpo…Por unos
minutos nada mas!
…Dentro de unos quince minutos. Luego me voy a levantar y termino
de vestirme.
…Hoy es buen día para ir ¡a la playa! ¡Perfecto! Descansaré unos
minutos y luego me voy a preparar lo que me voy a llevar…
Pero primero voy a dormitar un ratico nada mas. ¡Uhmmmm qué sueño
me está dando!
…Voy a poner el despertador…Por quince… ¡No mejor por una media
hora! ¿Total? Con salir a las 8 de la mañana… ¡Es buena hora! – Atrajo para su
cuerpo, colocó la hora precisa. Y lo volvió a colocar cerca…En su mesa de
noche.
Se acomodó lo mas cómodo que pudo…
¡Y se durmió tan plácidamente que nunca!
A las 8 de la mañana en punto, el despertador comenzó a agitar su
descanso.
Esa máquina se accionaba por cinco minutos, luego cesaba y
accionaba a los minutos nuevamente.
¡Pero nada que se despertó el hombre de la casa! Siguió
impertérrito su buen descanso.
Pasaron las horas. Y de repente ¡se despertó
Y se encontraba tan atormentado que de un solo movimiento agarró el
despertador!
- ¡Qué bárbaro ya son las 10 de la mañana!
¡Este aparato no me despertó! ¿Será que ya no sirve? – Y con furia
incontenible, lo lanzó contra la pared. ¡Trash! Sonó el ya despedazado aparato.
Molesto lo observó y le dijo…
- ¡Eso te pasa por no despertarme a la hora que te dije que lo
hicieras! – Y se levantó molesto. Pero era que en esta ocasión ya no tenía el
empuje que tenía…Ahora la modorra lo atormentaba…Miró el reloj…10; 11 a.m.
- ¿Y ahora qué hago? Si salgo a esta hora…Ya la autopista debe
estar súper congestionada.
¡Qué mala suerte tengo! …Y
tanta ganas que tenía por darme un
chapuzón…Pero ahora debo pensar en otra cosa…
¿Adónde podré ir a esta hora…? – Y siguió meditando y analizando.
- ¿…Iré a almorzar…? ¡Pero si ni siquiera he desayunado! – Observó con
toda su pereza la cocina. La vio fría y desolada.
- ¿Y qué mas puedo hacer? Y si me voy a un restaurante…A esta hora,
no creo que me sirvan el desayuno. De aquí a que me vista. Salga de acá. Encienda
mi carro y ya son… ¡Las 10 y media de la mañana! ¿Qué barbaridad, cómo corre el
tiempo en un día libre? ¿Y cuando estoy trabajando…El tiempo corre como “un
morrocoy”.
¡No mejor me quedo descansando un poquito mas! - Y eso hizo. Se levantó muy molesto de su
cama. Buscó sus pantuflas. Y no las encontró…
- ¿En dónde carrizo estarán ahora…? – Se quedó pensando. Discutía
consigo mismo.
Al rato logró desperezarse y se bajó de la cama…Vio con toda su
calma. Seguía bostezando.
- ¡Allí están! Seguro que cuando me metí en la cama…Sin querer las
eché hacia allí. ¿Y ahora…Quién será el valiente que se meta debajo de la cama…?
¡Yo no seré! – Se quedó sentado en el suelo. Con toda su tranquilidad, allí se
quedó. Estaba embotado.
Su mucho sueño y pereza no le permitían agilizar tan tontos y
cortos movimientos.
Se quedó mirando sin pensar. Así siguió transcurriendo el tiempo.
Aprovechó y buscó el sillón y colocó su espalda allí.
- ¡Ah qué agotado estoy! – Se dijo mientras inútilmente seguía
sentado en el suelo.
Al pasar unos minutos mas, como que agarró la fuerza necesaria y en
un último esfuerzo…
¡Logró empujar sus pantuflas mas cerca de sus manos!
- ¡Al fin las tengo en mi poder! – Y luego como haciendo un descubrimiento
trascendental les dijo mirando con cólera…
- ¡Ustedes son las culpables de que no me haya ido a vestir y por
culpa de ustedes no pude salir rápido de esta casa! – Y cogió y las lanzó fuera
de su cuarto.
- ¿Y ahora…? ¡Ya son las…11 de
la mañana!
…Es muy tarde para salir a desayunar…
Y demasiado pronto para ir a almorzar.
¿Pero cómo puedo seguir pensando en ir a almorzar, si ni siquiera
he desayunado?
…Y si me pongo a preparar mi desayuno…
¿A qué hora voy a almorzar…?
¡Bueno hoy es domingo! Mi único día que tengo para mí solito. –
Buscó el sillón lo miró y después de cavilar mucho…Procedió a acomodarse lo mas
cómodamente posible.
- …Bueno. Pensándomelo mejor…Voy a encender la televisión… - Y
diciendo y haciéndolo. Comenzó a verificar canal por canal.
De repente veía algo interesante y lo dejaba mientras lo
entretenía.
- Me gusta ese programa…Voy a verlo por unos minutos… - Y de tanto
pasar de un canal a otro…Vio que estaba empezando una película y ahí lo dejó…
Se acomodó lo mejor que pudo y se dedicó a ver su película.
Transcurrieron mas de dos horas en su película. Y chequeó
nuevamente su reloj…
- ¡Ya son las 3 de la tarde! ¿Y ahora qué voy a hacer…? ¡Demasiado
tarde para ir a comer! Y de aquí a que me levante. Me vuelva a bañar. A
vestirme. A ponerme los zapatos. Salir. Encender el carro. Esperar a que se
caliente. Bajarme a abrir el portón…Sacar el carro. Volver a bajarme para
cerrar nuevamente el portón…Me va a dar tranquilamente ¡las 4 de la tarde! ¡No!
¡No puede ser!
He perdido miserablemente ¡mi único día de descanso! – Miró con
rabia todo su entorno.
Y en ese instante en la programación de ese canal, comenzaba
una nueva película…Y allí se quedó.
Volvió a sentarse y se envolvió nuevamente en esa trama.
Al rato, comenzó a sentir que su hambre era intensa…
- ¿Y ahora? Tengo mucha hambre. Ni el desayuno, ni el almuerzo…Y
por los vientos que soplan…
¡Ya no me apetece salir a comer a ninguna parte! Mejor voy a
esperar cuando pasen las propagandas…Y chequearé en la cocina… A lo mejor tengo
comida allí…
¿Y si no la tengo…? ¡Ba! ¿Qué importa…? – Nuevamente se acomodó…La película
seguía su trayectoria…Y al parecer le estaba interesando mucho…Y allí se quedó.
- …Cuando termine esa película…Ya veré.
Porque si no tengo nada qué comer. Pues tendré que salir. ¡Mas
tarde me ocuparé de eso! ¡Hoy es domingo…Pero igual tengo mucha hambre! …Mas tarde veré eso…
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