Invisible.







“Invisible”

- …Despierta…Despierta. ¿No ves que te estoy llamando?
- ¿…Y quién me llama…? – Y por mas que intentaba ver bien quién le llamaba…Sus ojos se resistían. Profundas y quejumbrosas mallas le tapaban sus ojos…Le costaba estar consciente después de ese inesperado y muy violento despertar. Con su sábana insistía en tapar todo su cuerpo…Para poder seguir durmiendo…Pero era muy fuerte la resistencia…
- ¡Despierta…Necesito que me ayudes! – Pero tuvo que insistir y persistir, ya que Juan no aceptaba a que su sueño fuese interrumpido, tal como se lo estaba requiriendo.
- Por favor…Ayúdame. No me dejes sola  te lo pido por favor…No me dejes… - El joven se frotaba con mucha fruición ambos ojos. Y era tanta la fuerza que empleaba que daba la impresión de que se los iba a hundir.
María quién era la que lo llamaba, seguía parada al lado de la cama, se le notaba mucha angustia, y fue tanta que el jovencito se despertó muy asombrado y le preguntó…
- ¿Qué te pasó…? ¿Te están persiguiendo…? – Y en medio de su pesadez algo le alertó que esa llamada no era normal. Y en un instante impreciso…Se puso en posición de alerta…
- ¿Qué son esas “sombras”…? ¿Y por qué estás así…? Te veo rara…Y en efecto, ya no la veía como siempre la había visto.
Tardó unos preciosos micros segundos.
Bastante o mejor dicho casi suficiente como para verificar que “eso que estaba viendo y percibiendo…No era normal”
Abrió mas de los normal sus grandes parpados. Se obligó a “verificar” todo su entorno.
Pudo “descubrir” que todo su cuarto estaba demasiado iluminado…Y vio que ya era de día.
…Pero ¿por qué estaba muy iluminado? No lo entendía. Pero pensó: ¿Será que el sol atravesó la platabanda…Pero cómo? – Miró instintivamente al techo de su casa, a la ventana y se sorprendió al ver que María estaba muy iluminada…La asoció inmediatamente con la luz. ¡Era luz! Su carne ya no le bordeaba su cuerpo, viéndola mejor pensó para sí mismo: ¡Son millones de micro bombillos incandescentes! Y está mas clara que la propia luz solar.
- ¿Qué te pasó…? – Quiso enmendar su error, pero ya había pronunciado esas palabras. Pero en lo mas profundo de su ser, algo le dijo que no insistiera. La joven le entendió su pregunta pero no supo responderle. Ya que se miraba a sí misma y siempre se veía igual. Incluso se tocó sus manos, sus brazos, su torso, sus piernas. Y se veía normal. Bueno no tan normal pero en ese instante no era lo que mas la angustiaba…Algo extraordinario le estaba aconteciendo que minimizaba ese extraño palpitar.
- No sé Juan. No lo sé. Pero allá veo a mami, a papi…Y ya ellos están muertos. Pero…¿Por qué los estoy viendo ahora?
- ¿Los ves?
- Si. Y allí están. Nos están viendo y es a mí a quién le están haciendo señas. Quieren que vaya donde están ellos. ¿No los ves? – El aun dormido abrió mas sus ojos…Al máximo, pero aun así no lograba percibirlos.
- ¡Pero…! ¿Por qué no los estás viendo? Porque yo si que los estoy viendo. Y nos sonríen, pero es a mí a quién señalan y me invitan a que vaya con ellos. Pero ¿por qué a mí solita?
Tú me estás diciendo que no los ves…
¡Pero allí están! – Por mas que se obligó a ver, no los vio. Y estupefacto se fijó en la muchacha, la cual la siguió notando casi al paroxismo.
No la percibió como siempre, estaba casi invisible, y esto lo perturbó mas que nada.
Y a pesar de que le garantizaba que allí estaban sus progenitores…
- ¿Qué hago…? ¡Mira allí están unas personas que me señalan, y no les veo buena cara. Están coléricos. No les hice nada malo. Y ni los conozco, pero papi me indica que no pierda mas mi tiempo y que me vaya con ellos.
- ¿Y a mí? ¿Me van a dejar solito aquí?
- Mami te manda a decir, que mas tarde volveremos por ti. Pero que es preciso que me vaya. ¡Están apurándome! ¿Qué hago?
- No lo sé. ¿Y quiénes son esos que tú dices que te están mirando?
- Ya te dije que no sé quiénes son, ni porque me procuran. Los veo enojados conmigo. Les tengo terror. Y ahora están que se nos quieren meter entre nosotros. Me quieren impedir el paso. Mi papi está forcejeando con ellos y mi mami, me extiende nuevamente su mano…Debo irme. ¡No puedo esperar mas!
Esa gente me quieren llevar a la fuerza. ¡Me voy con mis padres! – Y diciendo esto se desvaneció. El silencio inundó su habitación.
- ¿Qué me habrá pasado…? – Atinó a pensar.
- ¿Y quién era “esa María”, no recuerdo haberla conocido…? – No obstante algo en ella se le hizo conocible…Pero no se recordaba.
¿Y qué relación lo unía a ella…? Tampoco eso deducía. . No obstante, le había pegado muy intensamente en sus sentimientos.
Sin entender, ni comprender esa extraña experiencia…Pero lo tenían muy postrado.
Y esa intensa llamarada de luz…Desapareció. Y la luz del sol nuevamente se posesionó de su entorno.
Le quedó una sensación de vacío. Melancolía, desamparo…
Sus oídos le daban la impresión de que les estallarían de tanto silencio.
Una sensación de orfandad, lo estaba embargando y no lo entendía bien.
Ya estaba despierto. A pesar de que estaba consciente, sintió una oleada de calor.
Y todo se le suscitó a una velocidad impresionante.
Sintió que se le inundaban sus ojos de lágrimas. Se sintió solo y miserable.
Buscó el auxilio de sus sábanas e instintivamente se cubrió su cuerpo.
De repente se preguntó a sí mismo: ¿Estaré dormido? ¿Habrá sido eso un sueño o una premonición? Sin entender ni comprenderlo de todo bien, se quedó pensativo mientras esas lágrimas inundaban su rostro y luego a su cuerpo. No se atrevía ni a levantar  -por el temor a esas personas que miraban muy mal-
Pero tampoco sintió ningún tipo de sueño.
No le gustaba para nada lo que estaba sintiendo, de repente una puntada muy fuerte le atravesaba su cerebro.
Un fuerte dolor de cabeza que lo atenazaba. Y esa vastedad, esa impresión de haberse quedado terriblemente solo lo martirizaba.
Y sin poder contenerse mas…Irrumpió a llorar desconsoladamente.


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