- …Déjeme que me enfrente a la ley…
- Ya me mataron a su padre…A usted lo
defiendo con mis garras. ¡Se me va y ya! – Lo empujó con todas sus fuerzas y
buscó un mecate o algo parecido para golpearlo con la finalidad de que le
obedeciese en el acto.
Juan lo tomaba del brazo instándolo a
escapar con la mayor premura posible.
- ¡Vámonos hermanos que no
deben de tardar los ejecutores! – Juan le suplicaba y Pilin ¡...Pronto lo publicaré...!
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