"Mi poder soy yo...y radica en mí..."
...Continuación....
Debemos hacerlo
a nuestra manera: Todos los poderes de este estado serán míos. ¡Nadie dude de
esto! …Pero dejemos que sean ellos,
quiénes me crean incapaz de todo cuanto estoy tratando de
decirles. ¡Mejor que se auto engañen! Las mentes débiles siempre creen en “la
buena voluntad”
¡Qué lo hagan!
¿Total si esto los hace
felices?
¡Pues que lo sean!
Pero mientras tantos… ¡Les
juraré por sobre cualquier Constitución! ¡Hasta encima de la Biblia!
…Dónde ellos crean. Qué
les haría muy feliz si firmamos… ¿Acuerdos? ¿Qué…Resoluciones…Tratados?
…Vengan tráiganme lo que
ellos quieran… ¡No solamente se los firmaré…se los refrendaré también! …Y después los escupiré. ¡Los aplastaré y me
haré encima de sus sepulcros!
Pero de frente…
Seremos…mansas palomitas. No partiremos ni un plato. Negaré siempre lo que les
haga allá en la oscuridad…o en sus espaldas. ¡Jamás reconoceré nada! ¿Qué si
tengo que besarle un crucifijo…? ¡Tráiganmelo ya y lo haré con la mayor
devoción del mundo entero!
Dentro de su grupo, se
coló alguien quién al escuchar toda esa verborrea…carraspeó fuertemente y con
total humildad y hasta con temor, levantó su brazo…tímidamente. El orador lo
vio y más por curiosidad que por enojo, le aceptó esa interrupción.
- ¿Y tú quién eres? – Le lanzó
la pregunta en una forma autoritaria. Tal como seguramente vería el Águila a su
indefensa presa. Y al ver que éste temblaba, pensó para sí mismo… (¿Y de dónde
habrá salido este…adefesio? Seguramente que será uno del Imperio que me viene a
boicotear mi negocito…Y si lo es. ¡Aquí mismo quedará! Espero que no haya
venido acompañado. Con estos demonios uno no sabe a qué atenerse…)
A su vez el personaje se
sintió como cucaracha en baile de gallina, al verse que de repente todas las
cámaras, los ojos y los esbirros presentes se dirigieron hacía su humilde
persona…y por supuesto que se sintió intimidado.
- ¡…Dejemos que este pobre
ser se exprese…! – Gritó a todos los organismos represivos del estado que lo
acompañaban. En el acto todos quedaron paralizados. Se resguardaron a la
distancia de un brazo extendido.
El personaje se llevó sus
manos a su cabeza y pensando se dijo a sí mismo… (¡Ya me desgraciaron estos
desgraciados! Y yo que pensaba que ésta era una reunión en dónde un pobre e
insignificante ser como lo soy yo, podía participar junto a mí líder… ¿Me habré
equivocado? ¡No sería la primera vez…)
- ¡Perdón…Perdón por
interrumpir! ¡No me vayan a matar! – Gritó casi llorando, colocando sus manos
encima de su cuello e hincándose de rodillas.
- ¡Quietos todos! ¿No ven
que éste es…pueblo? – Gritó el conferencista viéndose rodeado fuertemente por
todos sus anillos de seguridad. Pronto se asomaron todos los gendarmes
necesarios. Todos lo dejaron solo. Íngrimo, temblando como un venadito que sabe
que su peor depredador ya lo tiene listo para darle su golpe mortal. Hubo un
momento de silencio. Todos estaban expectantes.
- ¡Ya la situación está
dominada mí comandante! – Gritaban sus oficiales de custodia.
- ¡Hemos descubierto un
plan criminal para asesinarlo! – Gritó otro cuyo uniforme estaba repleto de
medallas de todo tipo y todas de oro puro. (Seguramente que pesarían varios
kilos) Portando una ametralladora de último grito de la moda mundial.
Todo fue confusión. Y lo
único que tenían claro, es que los Servicios de Inteligencia habían funcionado
con total perfección. Y su precisión fue pasmosa, ya que aún no había levantado
su brazo aquel hombrecito cuando le cayeron como si fuesen “Rambos” y lo
lograron someter al instante.
El Imperio nuevamente
atacaba, pero ellos eran más vivos que el pescado frito y antes de que se
desarrollara esa intentona de liquidar a la “Luz del Nuevo Mundo” lo
habían anulado. Ahora una vez dominado…lo someterían al más minucioso método
para hacer “cantar” a todos esos malparidos que se dedicaban a someter a los
pueblos al peor de los terrorismos mundiales. Pero ya la Patria estaba segura.
Todos sus mecanismos de rompimiento de “Sometimiento y Vejación a los Pueblos
Libres” como éste…ya estaban accionados.
El mundo entero ya podía
descansar. El peligro imperial ya estaba dominado. Tan solamente harían “confesar”
a ese Terrorista Internacional y con las nuevas técnicas que le habían
suministrados otros países “democráticos y musulmanes” pronto descubrirían toda
esa trama Internacional, nefasta y cruel. Ya el peligro estaba exorcizado. La
vida del Único estaba a buen resguardo.
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