Un nuevo relato...














“Relatos  misteriosos”










Es que hay unos relatos, en los que nos cuesta divisar la línea que bordea la fantasía de la realidad o viceversa.
…Son cosas de esta vida que llevamos…










“Cuentan que una vez…”









Relato misterioso, en el cual según versiones…Sucedió…
La realidad en ocasiones se vuelve…Fantasía.








Había ocurrido un aparatoso accidente, en el que murieron varias personas.
Todo se mostraba en desorden y dolor.
Aún no están claras sus causas, pero sus efectos fueron demoledores.
A medida que los curiosos se  fueron acercando, todos contemplaron estupefacto como una joven      -que segundos antes-         yacía en estado inconsciente en medio de un charco de sangre, se levantó ¡pura y cristalina!
¡Fue un momento de exaltación!
Como si fuese la misma ave Fénix, sin mancha alguna de sangre y en su rostro la confusión se le retrataba.
Miraba sin comprender ni atinar a nada.
Dentro del grupo de observadores, había un joven que se quedó prendido por su belleza tan serena.
…Ella resplandecía dentro de todo ese marasmo. Donde todo olía a muerte y destrucción.
La chica, se limpió su falda, mientras instantes posteriores se recogía su cabellera. Todo en ella reflejaba ternura, inocencia.
Ejecutando estas labores, alzó su mirada y se fijó en su entorno    -pero no en el lado del aparatoso accidente-     miraba hacia lejanas posesiones. En donde extasiada se quedó. Y como un acto reflejo…Giró su cabeza y  posó su mirar hacía ese joven que estupefacto la admiraba.
Sus ojos reflejaban pureza. No se le notaba sufrimiento alguno.
Su tranquilidad era asombrosa.
Lo miró y en la medida que transcurrían esos instantes gloriosos, una leve sonrisa se le dibujó primero en su forma de verlo, y luego como acto reflejo…Sonrió.
En la forma en que lo vio, mostraba la misma admiración que ese  joven, le profesaba…
Ambos se entrelazaron en su mirar.
Todos de esto se percataron.
…Y luego como una suave brisa…Esa figura tan hermosa y angelical…se fue evaporando. Una estela luminosa  la seguía.
Hasta desaparecer totalmente.
El joven corrió tratando se alcanzarla.
¡Para partir con ella!   …Pero tarde llegó.
En unos segundos, se aglomeraron decenas y decenas de personas, que por curiosidad morbosa se acercaban.
El joven, llegó hasta ese cuerpo plagado de sangre. Verificó… ¡Era ella!
 …La cual prendado en su fugaz visión quedó. Y lloró. Lágrimas por raudales emergieron de su corazón, de su alma.
Las autoridades se apoderaron de esa escena.
Pero cuentan que desde  ese mismo momento, todos los días se le ve a él.
Siempre llegaba a la misma hora.
Unos piensan que la veía. Otros que se la imaginaba.
…Hasta que un día llegó… ¡Y la encontró!
¡Juntos desaparecieron de la faz de este mundo! Y tomados de la mano, partieron.
¡Hacía los confines del quién sabe dónde!
…Pero su recuerdo dejaron…
El amor se trasladó de sitio. Jamás sus rostros volvieron a ver.














© Bernardo Enrique López Baltodano 2016









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