“Conversaciones con
don Carmelo”
Martes….10….Junio……
Abatido…Y solo pensaba en esa desgracia –mía- Al parecer debía sacrificar mi…Ano para el “bien de la ciencia” –eso le entendí- pero al mismo tiempo…Estaba temblando y a decirte mi verdad…
¡No encontré solución a ese mi “presente” drama…!
Y yo me quedé asustado.
¿Te imaginas esto?
(…”La Ciencia Médica”… ¿Y quién piensa en lo que me van a dejar…?)
¡Ya él me había “desforestado” aquello!
Y ya hasta estaba “estirado” de tanto estar ¡jurungueandome eso!
– Y yo riéndome le pregunté…
- O sea… ¿Qué dejó de ser virgen…Por allí? – Y riéndose hasta el cansancio,
me contestaba en forma jocosa…
Y en verdad yo gozaba al
ritmo de sus convulsiones de alegría.
- ¡Ufff! Me lo metió…-el dedo- …No una vez: ¡Varias veces! ¡El dedo”!
(Y esa vaina… ¡Cómo duele!)
Y al principio me dolía y después le decía: Doctor…
¿Y no me “quedarán ganas” después…? (Pero en verdad: ¡Me quedaba “ardiendo”!)
– Y se retorcía de su propio chiste.
- ¡Ji, ji, ji, ji, ji! ¡Ay esta vida que llevo!
Solo Dios en su Infinita Misericordia, se acuerda de mis sufrimientos.
¡Las cosas que he debido y que he tenido que pasar!
Una y otra vez se
inclinaba de un lado a otro y en ocasiones fue tanta la chanza que perdía el equilibrio y yo –pues no me quedaba atrás- Y me reía mas el verlo en sus
gestos, que en lo que me estaba comentando.
Estaba gozando “un mundo” de sus ocurrencias en
medio de su trágica “experiencia”.
A los pocos minutos que
se hubo ya calmado, sacó nuevamente su pañuelito y se limpió sus ojos que ya estaban
nublados de sus lágrimas henchidas de emoción.
- Imagínate. ¡Ya yo soy un “macho cogido”! …Y ahora…Que mas puedo hacer…
¿Y qué mas podía hacer?
Pero en verdad, me
angustiaba mucho el saber: ¿Cuántos me irían a violar nuevamente?
(Y por otro lado, ya
hasta me había acostumbrado al grueso de su dedo… ¿Pero y los otros…? Y eso si que me tenía muy preocupado.)
Así que me aventuré a preguntarle:
- Y… ¿Cómo cuántos serán?- Y me respondió…
- Son doce. Y recuerda: ¡Le estás haciendo un Servicio
Invalorable a la Humanidad!
- ¿Doce nada mas?
¿Y cómo me lo van a dejar
doctor?
(Y nada que lograba
apaciguarme. ¿Te imaginas esto? Y mi máxima angustia era…
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