“Conversaciones con don Carmelo”
Domingo…15…Jun….
¿Y cómo me lo van a dejar doctor?
(Y nada que lograba apaciguarme. ¿Te
imaginas esto? Y mi máxima angustia era…
¿Y cómo saldrían mis desechos por allí…?
¡A millón! Como si fueran ¡por una autopista!
¡Saldrían sin ningún tipo de tapón!
Digo yo… ¡Qué horror!
¡Vía libre todo el tiempo, como si
tuviese una diarrea perpetúa! ¡Ji, ji,
ji, ji, ji, ji! ¡Qué horror!)
- Igual. (Y no es una violación…Propiamente
dicha. ¡Es un tacto rectal, de médico!)
- ¿Igual que ahora? No puede ser. –Y es
que no podía creerle. ¡Me costaba mucho!- La verdad es que no lograba calmarme,
y fue cuando me dio las siguientes instrucciones…
- Te vas a colocar en la posición de: “pollo
horneado” – Y volviéndose hacía mí, me preguntó…
- ¿Sabes cuál es esa posición?
- ¡Ni idea! – Le respondí. Pero en mi
mente se dibujó ante mí un pollo rostizado, y con sus muslos hacía arriba.
Muy bien horneado. (¡Hummm! ¡Qué
delicia! ¡Guauuuuu!)
- Don Carmelo me estaba estudiando mis
facciones y creo que jamás se imaginó que la dichosa imagen, despertó en mí fue
un creciente anhelo de probar aunque sea una parte ¡de esa exquisitez!
- ¿Ya tienes una idea de cómo debía
ponerme?
- ¿Ah y es en esa posición…?
- ¿Por qué, te parece extraña?
- Bueno pensé que era en cuatro patas…
(¿No es así…?)
- No. Es en esa posición. Así que no me
quedó mas remedio y tuve que aceptarle su petición.
- ¡Y qué comience la función! –
Nuevamente lo vi doblarse de la risa, y muerto de la risa, gritaba y
gesticulaba…
- ¡Ayyyy….Ayyyy…AAAAAyyyyy! Esa vaina
si duele compañero! –Y comenzó a caminar…de una forma, “mas bien jocosa”- Una
vez que transcurrieron unos segundos, me miró y continuó de esta forma…
- La verdad es que desde allí he
comenzado a “comprender” a los gay.
¿Y no les dolerá a esos vagos?
La verdad: ¡No los entiendo! – Intentaba mirarse su mismo rabo, pero se
le imposibilitaba, a la final soltó una rotunda sonrisa y riéndose siguió así…
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