“Cachirulo”
…Un hombre muy rudo…
Sábado…14..Jun…
- No. Gracias amigo…
- Es de mala educación,
rechazar mi ofrecimiento, Diego.
- ¿De verdad?
- Pues claro. ¡Estás
rechazando mi hospitalidad!
Eso no se hace, y si
quieres seguir siendo mi invitado…
No deberías ser tan
grosero…
- ¡Ah, caramba!
…En ése caso…Dame…Un
whisky…
¡Por favor!
Y el joven, que aún
permanecía en la sombra, le ordenó a la mujer, que le trajera lo que su amigo
había pedido.
- ¿Y esa fiestecita…Fue
de repente?
- ¡Ajá! Así fue, sin
aviso y sin protesto. ¡Lástima que te fuiste, sino te hubiera jalado a esa
fiestecita!
- ¿Y cómo que fue muy
buena?
- ¡Bastante! Vinieron
unas chicas muy lindas, y nos amenizaron todo esto.
En la medida que le
hablaban, Diego intentaba ver bien. Ya que en esa habitación, todo estaba en
penumbras. La oscuridad, era la reina.
Esperó a que sus ojos, se
aclimataran. Poco a poco, sus retinas se fueron acostumbrando a esa ausencia de
luz.
Y pudo divisar a su joven amigo, quién estaba como sentado y
en la espalda, lo sostenía algo parecido a grandes almohadones. A su lado,
estaba una joven totalmente desnuda. No pudo visualizar nada más. Todo parecía
estar muy tosco y hosco.
Además el olor, era
desagradable. Como a rancio. A descuidado y sucio.
- ¡Diego, toma tu trago…!
– Cuando fue persuadido se dio cuenta,
que la joven sostenía el vaso con whisky en su mano. Pero en esta ocasión…Estaba
totalmente desnuda. Se asombró al verla, así
sin ropa alguna.
- ¿Te gusta?
- No. Es que no estoy
acostumbrado a verlas así…Sin ropa.
- ¡Sí, tú quieres…Te la
regalo! ¡Es toda tuya!
- ¡Gracias, gracias, pero
no! …Será en otra ocasión…
- Ok como decidas. ¿Y para qué soy bueno?
- ¡Ah sí a
lo que venía! ¿Te acuerdas de la familia de la que te hablé?
- ¿A la que violaron?
- ¡Exactamente!
- ¿Qué pasó con ellos?
¿Agarraron a los malhechores, acaso?
- No, no. Ojalá. Aunque
los agarren o no. ¿En qué podrá ayudarlos? ¡Ya están jodidos!
El pobre hombre está hospitalizado y la señora, es la que
está guapeando. ¡Pobrecita ella!
- ¿Cayó enferma también?
- No, no es la única que
está en pié.
- ¡Cuánto me alegra…Por
ellos, claro está!
- …Si, ella está como muy
acabada…
- Ajá. Ya me lo contaste.
¿Y para qué soy bueno?
- Le hablamos de ti y
quiere conocerte.
- Qué venga.
- ¿Acá?
- Sí, sí.
- ¿Aquí?
- Sí bien sabes, que esta es mi humilde casa.
- ¿Y no sería mejor…En
otro sitio?
- ¿Y por qué? ¿Acaso mi
casa, no es digna, para recibirla a ella?
- No, no es eso…
- Sí quiere hablar
conmigo. Qué venga a mí casa.
- ¿Y qué vas a hacer, con
toda esa gente?
- ¡Nadie la va a
molestar! ¡Nadie!
- ¿Entonces…?
No hay comentarios:
Publicar un comentario