Este es mi relato de esta semana....
Espero que les guste....
“Cosas qué de cosas”
-
Ok acepto el empleo, ¿pero dónde podré vivir? – Hice esta pregunta a mi
empleador puesto que era nuevo en esa población y todo me parecía envesado.
No
lograba atinar ¿en qué sitio me encontraba?
Mi
interlocutor me hizo la siguiente reseña…
-
Por eso ni te inquietes. Esta es una macro empresa y dentro de esta vasta
inmensidad de terrenos, poseemos una serie de viviendas, unas para una familia
como tal y la inmensidad en una especie de aparto hotel, o sea una sola habitación
en donde ocurren todos los ambientes, pero en caso de querer comer, puedes
hacer las tres comidas…siempre y cuando las estés laborando.
Me
explico: el desayuno –si estás laborando en horas de la mañana; en el almuerzo
igual y en la cena se sirve alrededor de las seis a siete de la noche y si
muestras que las estás laborando también tienes derecho a cenar por cuenta de
la empresa.
-
Ha ver si te entiendo: Si estoy trabajando y por casualidad este trabajando…Tengo
derecho a la comida por cuenta de la empresa… ¿Es cierto?
-
¡Correcto!
-
Bueno ya tengo resuelto el tema de mis comidas… ¿Y el de mi habitación…Cuánto
me costará? ¿Y a dónde he de acudir?
-
¡Ya! Por eso tampoco te angusties. Mira tienes que ir hacia arriba…tal como si
fueses a la montaña… ¿La ves? – Yo miré hacía la dirección que me estaba
señalando y en efecto vi como una población que estaba fuera de los galpones de
dicha empresa. Una carretera inmensa. Logré divisar muchas edificaciones, la
mayoría eran de una sola puerta. No divisé ventanas.
Al
frente como a unos veinte metros, observé casas de dos pisos, con pocas
ventanas.
Acudí
junto a él. Y me mostraba a medida que transitábamos por allí.
-
¡Esas que ves allí, son las casas para los que vienen con familia –esposa y
varios hijos- y por supuesto que tienen más habitaciones y son más grandes,
acordes al tamaño de dichas familias.
Pero
en tu caso, como vienes solo te corresponde vivir en esas que ves allí.
Por
fuera se ven chiquitas, pero cuando entres podrás ver que te son cómodas. ¡Son
grandes!
Y
allí tendrás también todas tus comodidades, es decir tu baño adentro, una
pequeña área que te podrá servir como de sala –chiquita- pero sala al fin.
¿Total? Vives solo. Un poco más adelante tendrás tu cama con tu closet, pequeño al fin, pero allí
podrás guardar toda tu ropa (y si tienes mucha…pues te tendrás que amoldar) y
tu sala de baño…Vas a tener todo lo necesario. – El dejó de hablar al verme que
yo estaba detallando todo.
En
efecto nos encontrábamos en las afueras. Y desde mi ángulo pude notar que las
piezas tendrían unos escasos tres metros de frente y casi al medio la puerta –cerrada-
que daba acceso a todo lo que ya me había detallado.
Me
llamó la atención que el clima era muy propicio…Calculé que eran unos quince a
diez y ocho grados centígrados y muy para mis adentros celebré el que por fin
estaría viviendo en un clima muy benigno, aunque lo que me preocupaba mucho era
el detallar que a pesar de la inmensidad de edificaciones allí reinante y que a
escasos unas diez cuadras estaban los galpones inmensos…Pero no observé a nadie
por allí.
¡No
vi a nadie! Y me llamó la atención el que en la zona de viviendas, ni siquiera
vi una cara. ¡Nada!
Y
eso me angustió. Porque: ¿Cómo podía ser que en una macro empresa, no viese a
persona alguna? Mi nuevo jefe –al cual conocía anteriormente- al parecer notó
este pequeño detalle y se me adelantó diciéndome…
-
Seguramente que no has visto a nadie, porque o están descansando o están
laborando. Pero no te inquietes por esto; ya tendrás tiempo de intercambiar con
todos ellos –que son muchos- pero ciertamente…No hay nadie. –Y luego como
queriendo minimizar este efecto en mi me invitó con señas a que lo siguiera y
me dijo…
-
Por aquella zona, vivimos los jefes y mis habitaciones quedan allá arriba en el
segundo piso. Bueno no quedaremos tan lejos. Pero por si acaso en la noche te
pega hambre…Por esa otra zona hay dependientes que tienen sus puestos de comida
callejera, pero eso si tendrás que pagarlo de tu propio bolsillo.
-
Pero no me has dicho aún, cuánto me va a costar el alquiler o el arriendo de mi
habitación.
Que
a propósito, estoy entendiendo que es de la misma empresa… - Quién me informaba
iba vestido de una forma muy sobria, era delgado sin llegar a ser flaco.
Portaba su camisa de fina estampa, pantalones muy elegantes y unos zapatos muy
brillantes y por su forma de expresarse se notaba a leguas que era una persona
muy bien preparada.
Noté
que era muy afable conmigo, sin exagerar me mostraba todo con la finalidad que
me sintiese a gusto.
-
Bueno eso del pago, si que tendrás que pagarlo, ya que como ves todo es de
primera, y no te he contado que –aunque no lo hayas notado- tenemos un cuerpo
de seguridad tanto industrial como residencial. Esto quiere decir que todos nos
encontramos a bien resguardo; y me estoy refiriendo a guardianes que mientras
nosotros dormimos o trabajamos, nos están protegiendo.
Aunque
no te des cuenta. Y por supuesto que todo tiene un precio –siempre más
económico- que el de la calle.
Y
el precio –para responder tu pregunta- a tu preocupación por cuanto te va a
costar el poder vivir entre nosotros…Pues es proporcional a tu dedicación
laboral.
Me
explico: Mientras más labores en nuestras instalaciones menos te va a costar el
pago de tu estancia. Esto quiere decir lo siguiente: Si trabajas las ocho horas
diarias, pues tendrá un precio equis, pero si añades a esto el que trabajes por
ejemplo unas cuatro o cinco horas extras, pues incidirá en que pagaras menos.
¡Y si laboras los sábados y domingos! Te bajará aún más.
Claro
siempre tendrás que pagar algo; pero lo que te quiero significar es que en esta
empresa valoramos mejor a los que más producen en sus horas laborales.
A
propósito nuestro faena comienza a las siete de la mañana hasta las tres de la
tarde –eso es un horario normal- pero si te quedas un rato mas, digamos hasta
las ocho de la noche…Tendrás tu cena gratis amén de que te baja el costo de tu
vivienda. ¿Me hago entender bien?
-
¡Por supuesto! Ahora bien…Dime ¿Cuál es la vivienda que me va a tocar? – El calló
por unos instantes, observó algo en algún punto distante que presumí que era
por los lados de las instalaciones laborales, y cuando ya hubo saciado su curiosidad, se volvió a mí y me indicó con su dedo, una de color
amarillo.
Recuerdo
que le pedí la llave y me indicó con señas de que allí la obtendría y casi al
instante me preguntó…
-
¿Satisfecha todas tus dudas?
-
Por supuesto.
-
¿Te gustó todo?
-
Hasta ahora sí. Pero deseo dejar mis cosas y comenzar a trabajar.
-
Pues ve. Y a propósito, hoy lo puedes tomar para que descanses de tu largo
viaje y ya mañana puedes ir antes de las siete para que comiences.
No
te preocupes, ya estás cobrando. Ve y descansa. Mañana en la mañana nos vemos y
arrancarás a trabajar. ¡Ya estás contratado!
-
¡Gracias! – Recuerdo que me dio la mano y se retiró.
Todo
me parecía un sueño. No podía creer que todo me haya salido tan bien. Estaba
anonadado.
Fui
a mi carro y comencé a descargar todas mis pertenencias –más que todo mi ropa-
y recuerdo que ya me encontraba instalado.
No
sé cómo, pero ya me encontraba acostado.
Ya
estaba durmiendo, cuando escuché un tremendo escándalo.
Escuché
a una mujer sollozar y gritaba de pánico.
Se
encontraba en su ropa de dormir. Era una mujer trigueña de unos treinta años y
muy buena moza, pero estaba chillando y miraba hacia la puerta…En ese momento
me recordé que yo había entrado a mi habitación, pero que ella se encontraba
durmiendo en una cama distante de la mía a escaso unos dos metros…No entiendo.
No
entiendo –repetí- yo estoy en una habitación solo y ahora me despiertan esos
chillidos y no estoy solo.
¿Qué
hace esa mujer acostada allí? Se supone que es otra habitación… Pero ¿cómo la
puedo ver y oír así tan cercana a mí…?
Ella
le gritaba a alguien pidiéndole que se alejara.
Instintivamente
miré hacia la dirección de su mirar y me encontré que era la misma puerta de mi
apartamento…No entiendo –me dije en ese instante- Y vi a un hombre muy oscuro.
De facciones muy duras y muy alto.
Tan
alto que superaba el marco superior de la puerta –pero a pesar de la pared… ¡lo
veía!- ¡No podía ser!
Pero
era así. El tipo venía vestido con ropa oscura y de apariencia muy tosca. Y
pude escuchar cuando él le respondía…
-
¡Me acaban de soltar de la prisión y vengo por ti!
…Yo
me angustié mucho y recordé que mi jefe me había dicho que allí funcionaba un
cuerpo de vigilancia.
Me
dije a mi mismo –ya van a venir los guardias y lo van a detener- pero mientras
tanto todo lo que se escenificaba era violencia pura.
El
ex prisionero entró -¿Y la puerta? ¿Cómo logró entrar?- y cuando ya estaba
adentro la mujer se puso mucho mas histérica y yo…me desplazaba al otro extremo
de mi cama –no entendía nada- pero si pude verificar que era inmenso ese
hombre.
No
recuerdo muy bien pero creo que comencé a protestar por esa irrupción brusca al
sitio en donde se suponía que era mi habitación y que más nadie podía entrar.
Y
fue cuando pude visualizar que no había la tal pared de concreto, más bien era
una división imaginaria –estaba incrédulamente atenazado, no pude reaccionar de
otra forma-vi cuando ese macro hombre todo desfigurado se le abalanzó a la
desdichada mujer, pensé en huir…Pero en este caso si había una pared de
concreto que me impidió escapar.
Estuve
claro que no era a mí a quién atacaban, pero era demasiado cercano y no lo
podía obviar. ¿Cómo? Si era la respiración la única que nos separaba.
De
pronto me vi levantado y con furia le caía a golpes al cruel y despiadado
atacante –aún a pesar de saber que casi me triplicaba en tamaño y en fiereza-
pero de repente me vi estampándole golpes muy fuertes en su rostro y en su
pecho.
…Pero
me llamaba la atención de a pesar de la contundencia en que los asestaba…
No
sonaba.
Al
contrario, parecía que se le hundían en sus carnes.
Pero
no era su carne. ¿Entonces qué sería…?
Veía
con estupor que en vez de hincharse o de amoratarse, eran pequeños puntos que
se reflejaban.
…Y
otra cosa que llamó mi atención…No me respondía –aún cuando claramente su
efecto le hacía-pero me ignoró olímpicamente.
De
repente contemplé que lo vi caerse, vencido. Producto de mi despiadado castigo.
Ya
no estaba la dichosa mujer. Ya era un amasijo de carne oscura que estaba a mis
pies.
Ya
no me encontraba en la habitación.
Nunca
llegó la dichosa guardia.
No
entiendo muy bien, pero entiendo que en esta gama de sueños, no sé si lo fue o
en su caso lo que me pasó fue una pesadilla.
El
caso es que a pesar de que dormí, me levanté con una sensación de angustia y
hasta con una especie de dolor de estomago.
No.
No dormí bien. No siento que descansé.
Pero
en fin. Ya estoy despierto. Pero con muchas dudas; que antes no tenía.
Hoy es sábado 28 de junio de este
mismo año del 2. 014.
Bernardo E. López B.-