“La reunión de
muertos….”
(¡Hola a
todos!
A
continuación les presento mi cuento semanal. Está “recién salido del horno” y
como siempre…Esperando que sea del agrado de todos ustedes.
Y ya
saben: Háganme una señal, un gesto de parte de ustedes.
¡Gracias
mil!
¡Saludos!)
- “¿Reunión
de quéééé? …Serán de muertos.
Que
son los únicos que hacen que vengan mucha gente a “velarlos”…Recuerda:
¡Esto
es una Funeraria…
(¿Cómo
se le ocurre a este loco…Ah? ¡…Rolo de
loco, me está saliendo este…!
¿Será
que piensa que hasta los muertos “están conspirando” en contra de ellos…?)
El
Inquisidor se le quedó mirando, se le veía confusión…Pero trató de
ridiculizarlo…
- …Con
que “reunión de tieso” ¿…No…?
¿…Como
que me está viendo la cara de “ridículo”? – Instintivamente miraba hacía los
lados –a pesar de estar acompañado por sus esbirros- no se confiaba en sus
antiguos amigos y vecinos…Sospechaba un ataque repentino, sorpresivo y hasta
cobarde, alguien de –ellos mismos- seguramente que lo quería someter –cobardemente,
claro- y hacerle pasar una de humillación, pero no estaba dispuesto a que lo
vejaran y por esa razón…Se cuidaba de todo y de todos….
- …Mucho
juicio pues…Mire que la Ley la represento soy: ¡YO! – El gendarme necesario no
escatimaba ocasión para hacerles ver, que era él y nadie mas el que controlaba
todo…
- …Y
todos los que están allá…Están esperando que les lance…Algo…
Porque
tienen “hambre de sangre”… ¿Me están entendiendo…Sí…?
- …Si
quiere Su Señoría…Lo invito a que vea “la reunión” en vivo, y hasta estoy
dispuesto a levantarle a todos los muertos que tenemos en las cavas, mas los
que están en sus ataúdes… ¿Quiere ir…? (…Yo no tengo inconveniente alguno…Y
allá están y de ahí no se moverán… ¿Vamos ya…?) – El hombre gordo no le contestó
con la rapidez con que siempre respondía. Se sentía hasta cierto punto “humillado”
(Y si
me preguntaran a mí; pues diría…”Que se hizo en sus pantalones”….)
El Dominguete,
nada respondió: “Meditó por largo rato. (Al menos así lo hizo parecer…)
Trastabilló
y le dijo…
- ¿…Y
como cuántos hay, ahora mismo…? – Miraba con profunda desconfianza.
- Lo
suficiente. Por mí, se los pueden llevar todos presos…
(…Si
se atreven…Ustedes verán…)
Pero
los espíritus que vivían en ellos… ¡Esos son de malas pulgas!
…Y no
va a ser “fácil” que digamos…
Pero
bueno, ustedes son los que mandan…
Los
van a perseguir… ¡Y esos si que son bravos! – El hombre sacó su pañuelo, y se
lo pasó por su frente…Sin quitarles la vista de encima.
- …A
mí no me pasaron el parte de este “tipo de enemigos” y en verdad…
No se
como tratarlos. ¿Se podrán encadenar…? (Pero el por qué carajo me mandan a mí a
atender este tipo de “situaciones” eso todavía no lo se.
Tampoco
me lo puedo explicar.)
- ¿A
quién?
-
¡Pero bueno Ramón! ¿Y a quién va a ser…? ¡A los muertos que están alzados!
-
…Domingo…Nunca he visto que se los lleven encadenados…En todo caso ya ellos
están “tiesos”… ¿Pero será a sus espíritus…?
- ¿Y
qué no se les pueden encadenar? …Digo; por si acaso!
- Que
te estoy diciendo: A los muertos.
No,
por la sencilla razón de que ya están tiesos…Y te estoy diciendo que en este
caso tendrás que llevarte es a los espíritus…-
- ¡Esto
es para locos!
¿Cómo
pretendes que me lleve encadenado a un espíritu…?
¿Amarrados…Cómo…?
…Esposados…
¿Cómo?
…Será:
¿Enjaulados?
¿Ah,
estás loco o te estás creyendo que soy un pendejo…?
- Como
llegaste acusándonos de que estamos “en
un complot” para tumbar al gobierno…
- Yo
lo que estoy llegando a la conclusión es de que aquí: ¡Hay gato encerrado!
¡No
se, pero acá hay “guerrilleros”! – Y mirando a todas partes, tan solo me
consiguió a mí al lado de estos ¡200 años de vida! (¿Y cual será mi “culpa”?
Será acaso esa constante en mí de “beber” ¿de estos viejos robles?)
Por lo
que dijo de repente, con la mayor tranquilidad….
- Aunque
acá solamente veo son “bagazos” de hombres…Pero bueno, algo es algo…
-
¿…Bagazo…Yo…? – Protestó don Carmelo, pero de inmediato fue opacado por su
amiguete quien sin darle oportunidad alguna, lo empujó y agregó…
- ¿Y
le parece poco…? – Y don Ramón le espetó lo siguiente señalándose a sí mismo y
al otro ancianito… - Y si somos unos “bagazos”…
(Bueno,
tendré que aceptarlo ante el peso tan enorme de esta, represión…Bagazo me
quedaré.)
Y
mirando a los mas de uno a dos centenares de gendarmes del estado, le señaló y
bajando su voz, le susurró…
- ¿Por
qué toda esa “armazón”…Para estos vejucones…?
…Me
parece que algo en esta historia, como que no cuadra muy bien que digamos…Digo
yo…
- ¿Por…Nosotros…Dos…?
– Le preguntó don Carmelo mientras lo miraba con total irritación y hasta creí
leerle su mente, puesto que hasta escuché lo que mentalmente le estaba
transmitiendo…
(¡Carmelo
pon atención! Debes poner “cara de baboso”
¿…No
me estás entendiendo…?
-¡Baja
tú cabezota viejo loco!-
¡Hazme
caso! ¡Callate y hazme caso!
¡Que
nos van a joder a todos, por tu obstinación!)
Por lo
que vi, don Carmelo en el acto puso su cara tal como se lo estaban exigiendo.
Y en
cuanto el dueño se percató de que le estaban haciendo caso, se volvió hacia su
atacante y le espetó con la mayor naturalidad…
- ¡Si
ya estamos hasta “mascando” agua! Debe haber un error… - Miré a don Carmelo y
realmente su cara ¡hasta me causó tristeza!
-
¡Esos son los “espíritus del mas allá” – Le sugirió don Ramón y su atacante
echándose a un lado, en el acto le respondió…
-
¡Zape con tus muertos, tus espíritus y tus brujerías…! – Don Carmelo comenzó a
hacer ruidos fantasmales. Domingo comenzaba a mirar hacia los lados…
Y
cuando este se percató de mi insistente mirada, aprovechó en un descuido de su
torturador y viéndome a los ojos, me picó el ojo y me mostró su dentadura
exenta de dientes, en señal de que se lo estaba gozando…
(…Estos
viejitos…Como que lo van hacer correr…A punta de sus muertos…)
El
inquisidor, no se dio cuenta en lo absoluto, pero tampoco se tragaba el
cuentecito ya descrito…
-
Nuestro Servicio de Inteligencia, los señaló a ustedes dos… - Señaló a los
amigotes….
Y
luego girando su insignificante y gordito dedito…Me señaló…Tragué muy grueso…
- Y al
parecer al tipo ese, que aunque no tiene “cara de musiú” ¡tampoco tiene cara de
“yo no fui”!
- Si
usted habla de Carmelito o mío…No podemos ni con nuestra propia alma.
¡Es
mas hasta nos cuesta…respirar! – Y volviéndose a su amigo, le espetó: ¿Verdad
tú…? – Su dedo lo utilizó con fuerza encima de las flácidas carnes de don
Carmelo…
- ¿…Y
yo…Qué…? – Su mirada daba la impresión de que estaba “perdido”
- ¿No
está viendo que hasta está “ido”…? – Domingo lo miró fijamente y don Carmelo lo
miraba sin entender de ¿qué le estaba hablando?
- …Si
tiene ¡“cara de baboso”! pero ya mas de uno, utiliza esa “máscara” y creen que
nos van a despistar…Está peligrando y no
por ser ya un viejo inútil ni porque esté arrastrando las patas…
Mis
informaciones son muy claras: ¡Aquí están tramando para tumbarnos!
¡Y esa
vaina! no puedo pasarla por alto…Aunque sea: Un hijo mío, o un hermano…
¡Ni a
mí padre que salga de su tumba!
¡Los
alzaos están “fusilados! Sea quien sea…
Porque
a todos estos “arrechitos”…Nosotros se lo bajamos a punta de coñazos, patadas…
¡Y otras cosas mas!
…Además
toda esa gente… - Dijo mientras ostentosamente los señalaba y mostraba todo el
armamento que poseían…
-
Necesitan: ¡Un culpable! ¡Porque están ansiosos de: Sangre!
Y es
mí deber…Satisfacerles esa necesidad…
Así
que: O es Ramoncillo o es Carmelito o me llevo al tipo ese… - Dijo señalándome
de una forma pusilánime y grosera.
A
decir verdad; a partir de este señalamiento, me sentí en minusvalía procesal.
Un
frío de muerte me recorrió por todo el cuerpo y mas aún, cuando ninguno de esos
viejecitos se dio por aludido…
- “¡Me
jodí…!” – Se me salió esta expresión.
Un
hilillo líquido se asomó en el pavimento…Y pude verificar que en vez de tres,
era uno solo, pero lo suficientemente profuso, que además de observarlo, se
hizo patente entre todos ellos.
Y aquí
entre: ¡yo mismo! –Aún no logro entender el porqué siempre se rompe el hilo por
el lado mas delgado o como aquella conseja que por vieja debe ser muy sabia que
reza mas o menos así: “Al chivo manso siempre lo arrean y eso no pasa ¡si es montaraz!”
Pero
en fin, creo que ya se a quién van a entregar.
Alguien
siempre tiene que pagar los platos ajenos.
Y en
verdad, ya no quiero seguir reflexionando mas. Me aturde mí realidad.
Maracaibo;
sábado 12 de abril de 2014.
Belbaltodano.-
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