“Después de mí… ¡Nadie mas!”
- ¿Y para qué viene ahora? – Inquirió intrigado Miguel.
- Debe venir, ya que sí él no autoriza…
El Seguro no se acciona y si no lo hacen…
Se nos muere nuestra amiga… - Concluyó decididamente Susan.
- O sea… ¿Estamos amarrados
nuevamente a él? ¡Qué vaina…! ¿Cierto Susan y tú Carmen?
Así que aquí estamos
nuevamente los tres tristes tigres, esperando por el León.
¡Qué triste es nuestra realidad!
Y sin poder hacer nada más,
que ver a los toros desde las barreras.
Sin poder hacer nada más, que amargarnos y solamente ser los
testigos desolados de esta historia trágica y menguada.
Qué de vainas tenemos que soportar en esta cosa, que llaman “Vida”
Y si nos toca esperar…
¿Qué más podemos hacer?
¿Amargarnos?
¿Maldecir?
- …Y si tenemos que aceptar…Tenemos que hacerlo… - Sentenció
decididamente Carmen.
- ¡Yo no lo acepto Carmen!
- ¿Y qué es lo que no vas a aceptar Susan? – Cortó secamente
Miguel.
- ¡Qué “Ése señor” Venga cómo todo un héroe!
Y nos venga a atropellarnos a nosotros. – Comentó Susan.
- ¡Ay carajita, no pareces psicóloga! – La regañó Miguel, muy
seriamente.
- ¿Y…Qué va a pasarnos a
nosotros tres? – Preguntó secamente Carmen
- ¡Nada! – Aseguró Miguel.
- ¿Y todo lo que hemos tenido que pasar? - Chilló Susan ya fuera de sí misma.
- Amiga Susan…Sepa y entienda que la decisión final no es tuya, ni
de Carmen, ni siquiera mía.
Y no te extrañe para nada,
que Gersy lo perdone y que vuelvan nuevamente
a seguir juntos. Y que quedemos nosotros tres como siempre queda la guayabera…
¡Por fuera!
- ¡No es justo! ¡No es justo!
- Tendrás razón Susan. A lo mejor no es justo…
Pero ése, exactamente…No es nuestro problema.
¿Verdad Miguel?
- ¡Así es!
- ¡Ésta no es nuestra vida! Tan
solamente debemos tener y bien
claro que: Somos los mejores amigos de Gersy, y también debemos entender que:
Ya no lo somos de Román.
Como también debemos estar claros en que: Somos compañeros de
estudios…
- ¡Como amigas de ella! Y perdóname Miguel que te haya quitado tu
derecho a hablar, pero Susan…Entiéndelo de una buena vez…Y espero que sea para
siempre: No debemos interferir en su
vida y sus decisiones…Recuerda
que Gersy adora a Román…
- ¡Sí, sí…Ya lo sé! Entiendo que tanto tú Miguel, como tú Carmen,
tienen toda la razón.
¡Pero es que me da: Arre….!
¡Me siento tan impotente!
¡Qué impotencia sostengo!
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