“Después de mí… ¡Nadie mas!”


¡No, eso jamás! No le queda más remedio que agarrar a su “Gallo muerto” y darle la cristiana sepultura que se merezca, pero hasta allí. (Él era: ¡Él!)
Pero en silencio. Su “Orgullo herido  de  Macho”… “Rechazado”
No, ninguna de ella sabría su profunda herida.
No señor. (Escondía lo que no quería ser advertido.)
Su procesión tiene que ser silenciosa.
Muere antes de expresarse.
Contempló que Susan, no le dio importancia a nada. (¡Malaya…Ella!)
Y ni siquiera a lo referente a  su “Dolor herido” y muy en el fondo, a pesar de que  le molestó a  él: …Trató de taparlo, pero muy en el fondo…Le dolió.
Son esas pequeñas cuestiones  a las cuales, te pisotean y te pasan por encima, pero que de que duelen…
Ofenden  y hasta  molestan.
Orgullito…Es parte de tu orgullo.
Y aunque sea un tanto ridículo… ¡Pero es tuyo!
Su parte racional, lo celebró. Y se sintió satisfecho de que su secreto, seguía en su poder. 
Lo racional versus tu irracional. ¿Quién ganará?
Y jamás lo volvería a sacar a la luz pública. ¡Jamás!
Como pudo, tosió y gesticuló. Dando siempre la impresión. De que las nimiedades, son solamente eso…
Y se colocó en el otro extremo. Ya no estaba pegado  más bien, apartado.
- ¡Cónchale vale…Y nosotros aquí en ascuas!
La escuchó y con la mayor indiferencia y muy en su interior, quiso exteriorizar éste pensamiento:
- ¿Y…A mí…Qué me importa eso…Ya? – Pero logró aquietarse. Realmente estaba muy molesto y se levantó y se dirigió en silencio al otro extremo.
- ¿Te pasa algo Migue? – Le preguntó al verlo así…
Tan distante y como indiferente.
Él, no se molestó a mirarla. Ya no, volvería a correr  hacia ella.
- ¡Ya va…Estoy buscando el sanitario…En un rato vuelvo! (¡Sí, seguramente que ya se está interesando en mí! Cómo si no te conociera. Ésta está loca, por ir corriendo detrás del esposo de Gersy. Y si no lo ha hecho…Ella sabrá el por qué. Por mí parte, debo comenzar a alejarme y rápidamente… ¡Zaperoco!)
- ¿Te tardas mucho Migue? ¿Y qué es lo que te está pasando...Ah?
El hombre casi ni la miró. La estaba tratando con suma indiferencia y esto, como que no le gustaba…Para nada.
- Al salir…Iré a ver a mi carro. Que lo tengo súper abandonado. Y quizás me fume un cigarrito y me tome…
Un cafecito… ¡Ya veré!
- ¿Y me vas a dejar aquí solita?
- …Ya vengo…Ya vengo…
- …Pero…Pero… - Se quedó asombradísima.
Jamás la había dejado sola.
Y menos en este momento.
- ¡Ah no, Migue…A ti te está pasando algo!
¿Qué te está pasando,  mi amorcito?
- …Ya vengo…Me estoy reventando…
- ¡Yo me voy contigo!

- ¿A dónde? ¿Vas a ir,  al baño conmigo?





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