- …Es que me estaba acordando de unas cosas que tenía que hacer; y se me habían olvidado. Perdóname.
¿Qué me estabas diciendo? – Traté de ser lo mas prudente que mi conmoción me lo permitía.
Me miró y en su mirar, sentí que me escrutaba como si estuviera leyendo mi mente…
De inmediato me bloquee, mas como una medida de protección, ya que entiendo que eso es imposible.
Pero en el caso de este viajante…En verdad me sentí “invadido” en mi intimidad.
El desvió su mirada. Calló.
Y en ese momento, sentí que estaba dominando por primera vez.
Debí ser mucho mas cauto.
Pero se me hace sumamente difícil cubrir tantos frentes en forma simultánea.
Él…Mi seguridad personal y el estar pendiente de no pasarme de mi parada.
Harta labor.
En ese momento me pareció muy interesante y hasta lo consideraba un reto a enfrentar; cuestión que lo estaba haciendo.
Pero cuando ya entra en temas metafísicos de muy profundos significados, el entorno me hace perder por instantes la debida atención.
A él estos detalles seguramente le parecían insignificantes y los controlaba a placer; pero en mí no.
- ¿Estás muy ocupado? – Le oí esa pregunta y en el momento me sentí desconcertado.
- ¿Ocupado…En qué?
- Veo y noto que estás en muchas batallas internas…
Y me estaba preguntando yo mismo, si es que son por mi causa ¿O no?
- …No. Lo que pasa es que a decir verdad; este tipo de conversación siempre es buena en otro…ambiente.
¿Me entiendes?
Aquí me siento cohibido.
Ya que me gustaría prestarte toda mi atención…
Pero estamos rodeados de muchísimas personas que tienen…Feo aspecto.
Nos encontramos en medio de una tremenda balacera.
Esos carricitos y esos viejos, están haciendo apuestas para ver quién cae muerto y quién no.
…No se si me explico. Y no es que esté rehuyendo tan importantes mensajes que me estás transmitiendo…
¿Si me entiendes?
- Tú me haces recordar mis viajes a La India… - Y se quedó como viajando en sus propios recuerdos.
Por mi parte me indujo a pensar…
(¡Bestias! ¡No puede ser!
¿También es un Maestro Ascendido o un Gurú?
¡Dios Santo! ¿Ábrase visto tal cosa?
Seguramente ahora me va a venir con la historia de que desayunaba, almorzaba y cenaba con ellos.
O que él es una reencarnación de uno de ¿esos dioses de por allá?
¡Chanfles! Esto si que me va a resultar difícil de aceptar.
Que no me vaya a venir con el cuento de que el Mahatma Ghandi fue su amigo y que él mismo tuvo que asesorarlo en todos los enfrentamientos que este tuvo con el Gran León Británico…Porque eso si que no se lo puedo creer. Ya basta…creo yo)
Me acomodé mejor en mi asiento.
Y de repente sentí que ya volvía a su cuerpo, ya que comenzó a mover sus manos, miró hacía todo el entorno y cuando posó su mirada en mí…Me agregó…
- Pasé muchas temporadas entre ellos. Conocí mucha gente mística.
Sabia de unos conocimientos que atravesaban los océanos y los siglos.
Aprendí a meditar.
A estar dentro de una gran muchedumbre y el poder aislarme en mi propio mundo.
Y eso mi querido amigo…Viajero al igual que yo…
No lo veo en ti.
Y…Ciertamente. No me topé con esas personas de la cual tú sospechas…
- ¿Yo? ¿Cuándo…? -  Él se sonrió.
Cerró sus ojos y continuó así…
- Aprenda mi amigo reciente.
Aprenda, sopese las enseñanzas y no las deseche por la apariencia de su interlocutor.
- ¿Y por qué me estás diciendo esto?
- Por nada. No tiene importancia alguna. – Pareciome que entraba nuevamente en esa especie de “trance” pero que en realidad ya no me estaba observando con sus ojos, los que tenemos todos en la cara.
Y no supe qué actitud asumir.
Era demasiado para mi pobre entender.
Yo miraba hacia los lados, con la intención en primera instancia de cambiarme de asiento, me estaba empezando a sentir confuso e inestable.
Nuestro entorno era un verdadero aquelarre.
Un mercado Persa, con todas sus variantes, dentro de la unidad y a escasos centímetros míos.
El morbo me bordeaba…esa ansía de sangre…Me perturbaba. Estaba al borde de un ataque de nervios.
Afuera se estaban matando a tiros a poquitos metros.
Con el consiguiente peligro de una bala perdida.
No me encontraba para nada seguro.
Y a mi lado, un ser mas confuso para mí que todos nuestros entornos.
¿Quién era este tipo?
¿Qué hacía allí sentado a mí lado?
¿Ah…Qué mas podía pensar yo…?
Algo no me encajaba bien en todo este tablero.
En principio…Yo.
¿Y este señor? ¿…Qué podía representar allí?
Para colmo…Presiento que hasta me está leyendo mis pensamientos.
No todo era muy desquiciante, para mi concepto. – Y en medio de mis batallas existenciales…El viajero arrancaba de nuevo en sus disertaciones…
- Es prioritario mi amigo; enfrentar siempre los hechos.
- ¿Enfrentar los hechos…? Siempre lo he hecho. – Le repliqué tratando de ser lo mas explicito posible, pero haciendo caso omiso a mis indicaciones, agregó…
- Y es bueno afrontarlos. Ya de una buena vez.
Nunca se sabe cuando vienen.
Por eso mi mensaje es: enfréntate a los hechos.
No los rehuyas. – Yo me le quedé mirando de frente.
Así sin corta pisas. De frente y sin miedo y le pregunté…
- ¿A qué viene todo esto?
- A nada. En verdad no es bueno que me mal interpretes.
Mira te he tomado mucho cariño, a pesar del poquísimo tiempo que tenemos de amigos. – Yo pensé…
(¿Amigos? ¿Acaso el gato es amigo del ratón?
¿Y a dónde me vendrá ahora este…?)
Pero eso no me dice nada a mí en lo personal.
Aunque a ustedes…Si que los impresiona.
Así que es mejor que continuemos con lo que te dicen…Los rostros…
Como también las hay…
¡Qué te dan escalofríos!
Son pavosas y te traen…  Nada bueno. Mas bien.
¡Muchas desgracias!
¿Estás consciente de esto?
…Y no estoy descubriendo ni el agua fría…
¡Como tampoco la caliente!
¿No te ha pasado qué cuando tú ves a alguna persona…?  …Y te ¿Parece conocida?
Y hasta te preguntas: ¿Dónde he visto esta cara?
¡Me parece harto conocida…! ¡Pero!
¿Adónde, adónde?
…Y le das y le das…
¡Pero nada!
Misión imposible.
Pues déjame decirte… Que a mi también me ha pasado.
Es una cosa que a algunos nos ha pasado, como a otros ¡Uf! A cada rato.
¡Pues resulta…Qué algo nos une con esa dichosa persona!
…Posiblemente fue tu pareja.
O tu Hijo.
O tú hermano.
¿Qué se yo…?
…Hay tantas cosas raras en este mundo.
Aunque a decir verdad, no a todos. – Extrañado yo le interrumpí ya que ese cambio de tono fue muy significativo…Para mi. Entonces le pregunté…
- Cómo es eso de: ¿No a todos?  
…Acaso tú tienes una varita mágica.
O la famosa ¿“bola de cristal”? – No se dignó a mirarme, y esta acción me molestó.
Sin embargo preferí ignorar su grosería, ya que le noté un gesto en su cara, que yo le interpreté como una “sonrisita” de triunfo.
- No necesito la “varita mágica”, como tampoco la “bola de cristal” – Y acompañaba sus palabras con la parodia tanto de la “varita”, como de la ya famosa “bola de cristal”.
Por alguna razón que desconozco, me sentí humillado.
Como si fuera un infante de brazos. No me gustó y se lo hice saber de esta forma…
- Me suena a “burlita” de tu parte. – Tampoco me miró. Pero en esta ocasión su sonrisita se quedó congelada en el tiempo.
Y al cabo de unos minutos y mirando hacia otra parte, me respondió…
- No me estoy burlando y mucho menos de ti.
¡Dios me salve de semejante osadía!
¡Jamás me burlaría de un dilecto amigo y menos de ti!
No pongas palabras en mi boca, que nunca pronunciaría.
He hecho una parodia tanto de la varita como de la bola de cristal, pero sin connotación personal peyorativa sobre tu persona o sobre la mía.
¡Por favor amigo mío, no me mal interpretes! – Casi terminando, alzó su voz y su faz me mostró indignación hacía mi.
Y me hizo sentir peor que peor. Era evidente de que lo molesté. No supe ni qué hacer, ni que decirle…Solamente pude balbucear….
- ….Perdón pues. No fue mi intención ser indiscreto. Y si mis palabras te han molestado u ofendido…
Te presento mis disculpas humildemente.
Es que me dio la impresión de que…
¡Bueno es mejor que pasemos la página y continuemos con nuestra amena conversa! – No estoy muy seguro, pero él volvió a mirar hacia afuera…Pero creí notar que se seguía riendo, con esa sonrisota de oreja a oreja. No obstante, preferí obviar esto.
Al poquito tiempo, me volvió a mirar, ya lo encontraba sereno y hablador tal como hasta hace poco lo estaba. Me dio un apretón en el hombro derecho y me dijo…
- ¡Amigo las apariencias siempre ENGAÑAN!
Mi consejo: No sigas cometiendo el error de “suponer” o de “creer”. Ya estás viendo que siempre sales choreto.
Evidencias. Tenlas siempre presentes.
Y cuando vayas a afirmar algo…
¡Hasta que no tengas los pelos en tu mano…
No te aventures a definir ¡su color!
¡Nunca afirmes que son negros…Hasta que no te cerciores de ello!
¡Never!
Me gustaría que asimilases cuanto te estoy diciendo.
Y ojala que mis palabras no caigan en saco roto.
…Como siempre.
Bueno, es mejor que no nos metamos en camisa de once varas y afrontemos lo que te venía comentando.
- ¿Lo de las caras o lo de las apariencias?
- Mejor enfoquémonos en lo de las caras…
- OK. Dale pues, ya que me parece muy interesante.
- ¡Por supuesto que es interesante! 
…Jamás pierdo mi tiempo en banalidades.
Me he dedicado toda mi vida, en descubrir los pequeños enigmas que nos azotan. Y este es uno de ellos.
Históricamente se ha escrito y dicho millones de veces, esta conseja: “La cara es el espejo del alma”
Y es muy cierto. Por la cara podemos descubrir el estado de ánimo de cualquier persona.
Podemos vislumbrar si es buena o mala persona.
Y si tiene buenas o malas intenciones.
Cuando miente o te está diciendo la verdad.
- Discúlpame, pero tú sabes cuando alguien te ¿está “cobeando” o no?
- ¿”Cobeando”? O sea ¿Mintiendo?
- ¡Exacto!
- ¡Por supuesto que si!
¡Conozco todos los rictus que el rostro humano puede producir! Su tiempo.  Su duración cuando miente, y también cuando habla con la verdad. ¡Todos los veo en el acto!
Su espacio.  Porque sabrás que hay un espacio muy bien definido.
Y tomarle su medida, es buena precaución.
Su intención. Son muchísimas. Hay que estar pendiente.
Para mí  el rostro de los humanos: Son un libro abierto.

Y tú harías muy bien en estudiar este “pequeño detallito”.




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